La Arquitectura y el Arte del Gótico: Un Análisis Detallado

La estructura gótica

1 Introducción: los elementos de la arquitectura gótica

Arco apuntado

Su uso se ha considerado como el rasgo dominante del estilo. Ahora bien, es un elemento capital, pero no exclusivo del Gótico, ya existía en otros estilos, como el Románico o el arte musulmán. Este arco se forma por dos segmentos de círculo, y su utilización supone una serie de ventajas técnicas y estéticas:

  • Como los dos segmentos que lo forman se apoyan mutuamente, es más seguro. Su mayor verticalidad hace que las presiones que ejerce sean menores que el arco de medio punto. Su utilidad técnica está, por tanto, en que disminuyen los empujes verticales.
  • Su uso proporciona más esbeltez al edificio, contribuyendo a la verticalidad buscada en este estilo.

Al final del Gótico se adoptarán nuevos arcos, sobre todo carpaneles y conopiales, característicos del llamado Gótico Final.

Bóveda de crucería o de nervios

Es otra de las notas distintivas del estilo y uno de los elementos que permiten la estructura gótica. Esta bóveda se descompone en dos elementos:

  • Los arcos o nervios, que se cruzan y forman el esqueleto de la bóveda.
  • Los plementos o paños que, apoyándose en el esqueleto, cierran la bóveda.

La bóveda de crucería también tiene ventajas técnicas y estéticas:

  • Sobre los nervios descansa la bóveda y gracias a ellos el peso de la cubierta se concentra en cuatro puntos. Esa diferencia entre esqueleto y plementería permite que la bóveda pese menos y se vuelva más ligera, ya que los plementos son sólo relleno y se pueden construir con materiales ligeros. Al disminuir el peso de la bóveda y concentrarse éste en cuatro puntos, se atenúan los empujes de la cubierta y el edificio se puede elevar más.
  • Una vez resuelta la organización de la bóveda de crucería no se tardó en introducir sobre el patrón primitivo novedades que enriquecieron su trazado, y contribuyeron cada vez más a la decoración interior del edificio. El progresivo enriquecimiento decorativo de estas bóvedas dará como resultado final las bóvedas estrelladas.

Los tipos de bóvedas existentes son las siguientes:

  • Crucería simple, cuatripartita.
  • A partir del siglo XIII, aparece la bóveda sexpartita, al añadirse un nuevo arco.
  • A partir del siglo XIV, aparece la bóveda de terceletes, al añadir, a la bóveda normal nervios secundarios o terceletes.
  • En el siglo XV se utilizaron bóvedas estrelladas al añadirse nervios con función estrictamente decorativa, dando lugar a formas estrelladas.

El progresivo aumento de los nervios no sólo influyó en el aspecto del edificio, sino también en las características que fueron adoptando los pilares interiores que sustentaban las bóvedas.

Los soportes: pilares arbotantes contrafuertes

Pilares

En el interior, el peso de las bóvedas va a parar a los pilares que lo transmiten a los cimientos. El pilar utilizado en el Gótico es una evolución del pilar románico. Consta de un núcleo central al que se adosan columnas que recogen el peso de los diferentes arcos de las bóvedas. El soporte se fue complicando a medida que se hicieron más complejas las bóvedas con la multiplicación de los nervios, y las columnas de los pilares compuestos se fueron haciendo cada vez más finos, hasta convertirse en simples baquetones.

Estas columnas tuvieron en un primer momento capitel, que después desapareció y fue sustituido por una franja corrida decorada, sobre todo, por elementos vegetales (el tipo de capitel gótico más usual es el cubierto de hojas naturalistas, en especial de cardo, que es el llamado capitel de cardinas).

Arbotantes y contrafuertes

Los pilares no son el único soporte: en el exterior, dada la altitud de los edificios, se recurre a un sistema que descarga mejor las presiones y de una forma escalonada. Esto se consigue con un elemento ya usado con anterioridad, el contrafuerte, asociado a otro original del estilo, el arbotante, con lo que se logra contrarrestar los empujes laterales de las bóvedas:

  • El arbotante: es un arco rampante apoyado en su parte superior en la base de la bóveda de crucería, transmitiendo el empuje de ésta al contrafuerte exterior sobre el cual se apoya. Es, por tanto, un arco de descarga. El arbotante también cumple la misión de canalizar las aguas procedentes del tejado.
  • El contrafuerte: soporta el peso de la bóveda que le transmite el arbotante. Es un elemento utilizado abundantemente con anterioridad, pero que ahora adquiere en el conjunto de la edificación mayor relieve.

Otro aspecto novedoso del Gótico consiste en enmascarar parcialmente los elementos sustentes. Esto se hace rematando los contrafuertes por pináculos decorados, lo que da al conjunto la sensación de un encaje. Se discute si este elemento tiene sólo un papel decorativo o si cumple una función estructural, al afirmar el contrafuerte sobre el suelo por su peso.

Todos estos elementos (arco apuntado, bóveda de crucería y sistemas de soporte) determinan las características generales.

2. Características generales de la arquitectura gótica

Sistema de equilibrio dinámico

La adopción de los arbotantes lleva aparejada una transformación completa y radical del sistema de equilibrio del edificio:

  • Hasta el Románico, el empuje de las bóvedas se combatía oponiendo masas (por ejemplo, contrafuertes robustos, otras bóvedas, etc.).
  • En el Gótico, el empuje de las bóvedas es descompuesto en cargas verticales y las presiones laterales. Con ello el espacio interior del edificio se despeja, se hace diáfano. Este sistema de equilibrio permite construir edificios de gran altura.

Nulo panel del muro: predominio del vano sobre el macizo

El muro deja de desempeñar un papel sustentante, deja de ser necesario para la estabilidad del edificio, y se convierte en un simple cerramiento. Como no sustenta nada, en él pueden abrirse abundantes vanos. Desaparece, así, el lienzo del muro corrido, que es reemplazado en grandes espacios por vidrieras que tamizan la luz y colorean el espacio interior. El edificio se convierte en una caja de vidrio y piedra, las ventanas van de pilar a pilar, y el muro, que muchas veces se limita al zócalo, sirve más como defensa contra la intemperie que para la estabilidad del edificio.

Para cerrar y decorar estos vanos, se levantan en su interior una o varias columnillas unidas en su parte interior por arcos sobre los que descansan las tracerías, que son decoraciones formadas por combinaciones de figuras geométricas. A lo largo del estilo estas tracerías se fueron enriqueciendo progresivamente.

Las ventanas y puertas suelen rematarse con gabletes, molduras angulares que contribuyen al movimiento ascendente de los vanos y del conjunto en general.

La desaparición del muro supuso el triunfo de la vidriera y el escaso desarrollo de la pintura mural, que en el Románico había sido de capital importancia y en el Gótico se queda sin espacio.

Importancia de la luz

Debido al nulo papel del muro y a la posibilidad de abrir en él abundantes vanos, el Gótico adquiere su papel decisivo de estilo luminoso. En el Gótico el muro da la sensación de ser poroso, la luz se filtra a través de él, penetrándolo, fundiéndose con él, transfigurándolo. Tan importante es el papel de la luz en el Gótico que se ha llegado a considerar como el verdadero elemento definidor de la nueva arquitectura, y no la bóveda de crucería, ni el arco apuntado o el arbotante o la gran altura.

En esta interpretación, la luz —identificada con la luz verdadera, la luz divina—, es la que lleva a realizar los avances técnicos, puesto que la necesidad de inundar el espacio interior de luz llevaría a elevar la iglesia y a aligerar el muro, procurando abrir el máximo número de ventanas.

Elevación: movimiento ascendente

Si penetramos en el interior de un edificio gótico, la primera sensación que se recibe es la gran altura, el movimiento hacia arriba. Gracias a la altura y al paralelismo de los soportes, la mirada se siente impulsada a mirar hacia arriba.

En el exterior, la abundancia de arbotantes que conducen la vista hacia los pináculos, las torres con frecuencia acabadas en flechas agudas, etc., contribuyen a la misma elevación y movimiento ascendente. Este resulta tanto del sistema constructivo como de una voluntad estética.

El Gótico refleja una actitud espiritual completamente distinta del Románico: el desarrollo del individuo como tal lleva a que se abandone la actitud pasiva que en materia religiosa había adoptado el Románico. Ahora, en el Gótico, el individuo tiene iniciativa y puede elevarse hacia Dios a través del movimiento ascendente de la arquitectura y de la luz que inunda los edificios.

Nueva planta

El Gótico desarrolla en planta un enorme coro semicircular, que se instala en la cabecera y que impide distinguir la estructura de cruz latina. El crucero se traslada hacia el centro de la iglesia y la planta queda casi transformada en una estructura basilical.

Las artes plásticas en el Gótico

La nueva religiosidad

Es, sin duda, uno de los aspectos fundamentales de la nueva mentalidad:

  1. El siglo XII coincide con la reforma cisterciense, conducida por San Bernardo de Claraval. Su éxito fue extraordinario, como lo demuestra el gran número de monasterios fundados en un periodo de años relativamente corto. El espíritu de San Bernardo y la reforma cisterciense suponen una apertura al mundo material que se considera reflejo del divino, dando paso a una visión más optimista de la existencia.
  2. En el siglo XIII, con la aparición de las órdenes mendicantes, franciscanos y dominicos —aceptadas respectivamente en 1209 y 1226—, parte de la influencia cisterciense se desvía hacia ellas. Su papel en la nueva religiosidad, sobre todo el de los franciscanos, fue decisivo: San Francisco, con una visión de la naturaleza y el mundo más optimista e ingenua, expresada en obras como Florecillas o Cántico al sol, admite el mundo de las realidades concretas y enseña a amar a Dios a través de su obra, en la creación, bajo todos sus aspectos: los astros, los pájaros, los árboles… En el franciscanismo encontramos el nuevo espíritu del Gótico: la naturaleza es buena y amándola se rinde culto al Creador. De ahí el acercamiento a la naturaleza que se produce en el Gótico y la evolución hacia el naturalismo en las artes plásticas.

Por otra parte, el sentimiento protohumanista de San Bernardo cuaja definitivamente en San Francisco durante el siglo XIII, produciéndose una reacción contra la religiosidad y el espíritu del Románico. Así:

  • Frente a éste, que concibe a Dios como un ser distante e inaccesible, sentado en su trono y convertido en el juez implacable de los hombres.
  • El Dios del Gótico es un ser próximo, que viene al mundo y se encarna en un hombre para redimir al género humano, un ser con el que es posible establecer una relación de amor y comprensión.

Características generales de las artes plásticas

Las características generales son una consecuencia de la nueva mentalidad y se pueden resumir en dos puntos: 1. Naturalismo. 2. Renovación de la iconografía.

1. Naturalismo

Influido por la nueva valoración de la Naturaleza, el artista gótico encuentra en ella su principal fuente de inspiración e intenta imitarla. Así, desaparecen las estilizaciones y deformaciones expresivas del Románico y, por ejemplo:

  • La decoración vegetal se hace cada vez más carnosa y realista.
  • Las figuras humanas, representadas con ingenua sencillez, ganan volumen corpóreo, individualizan su rostro, y sus ropajes caen formando amplios y voluminosos pliegues que crean bellos efectos plásticos.

Pero el naturalismo no es meramente realista sino idealizado: se busca la belleza ideal puesta al servicio del mensaje religioso, como el mejor medio de expresar la idea religiosa.

La escultura

1. Características generales

Los asomos naturalistas de la escultura del Románico final dieron paso, a partir del XIII, a la escultura gótica, una escultura naturalista y humanizada que, por su claridad de exposición, supone una reacción frente al oscuro simbolismo del Románico.

Esta actividad escultórica se mantiene en la arquitectura en los mismos lugares que en el Románico: portadas y capiteles (aunque pierde paulatinamente importancia en estos últimos), y continúa desarrollando la escultura exenta con la misma temática de Cristos y Vírgenes. Pero al mismo tiempo se amplía hacia otros campos:

  1. En el exterior de las iglesias la decoración va progresivamente ganando terreno, y fachadas, torres, pináculos, cimborrios, etc., se decoran cada vez con más profusión, combinándose figuras, elementos geométricos y vegetales.
  2. En los interiores de los templos se desarrolla en:
  • Los retablos, que algunos son esculpidos (aunque en el Gótico son mayoritariamente pintados).
  • Las sillerías de los coros, decoradas con relieves.
  • Los sepulcros, que adquieren ahora un gran desarrollo, en especial en el último siglo. Representan generalmente al difunto yacente sobre el lecho funerario, que puede ser exento y tener decoración escultórica en sus cuatro lados, o instalarse adosado al muro dentro de un arco.
  • Los púlpitos, que alcanzan gran belleza en Italia.

La escultura con frecuencia es de madera, muchas veces policromada (imaginería exenta y retablos) y otras en su color (sillerías de coro), pero también se usan:

  • La piedra (escultura monumental incorporada a los edificios).
  • El bronce (puertas).
  • El mármol (púlpitos italianos).
  • El alabastro (retablos).

2. La portada gótica y sus diferencias con la románica

Aparte del uso de arcos apuntados y del carácter naturalista de figuras, que son proporcionadas y de mayor volumen, las principales diferencias con una portada románica son:

  1. Estructura diferente:
  • Las pequeñas esculturas de las arquivoltas no se disponen radialmente, sino siguiendo la dirección del arco.
  • Las figuras de las jambas y el parteluz no están condicionadas por la arquitectura, y se independizan por completo de los soportes: ya no se adosan a la columna, son exentas y poseen cada una un espacio propio delimitado por la ménsula de apoyo y el dosel de remate.
Nueva temática. La vieja temática del Románico va desapareciendo y se ve sustituida por la nueva gótica. Así, se presta más atención a la vida de Cristo, a los Santos y la Virgen. Esta aparece en el parteluz con el Niño, mientras que el tímpano desarrolla, por ejemplo, su Coronación, uno de los temas marianos más repetidos. Nuevo sentido espacial del tímpano. En la composición del tímpano hay un sentido espacial nuevo que dosifica lo vacío y lo lleno: las figuras se colocan sobre fondos lisos que dejan espacios vacíos entre ellas, lo que las hace perfectamente visibles. A veces el tímpano adquiere un carácter narrativo al subdividirse en franjas horizontales que ilustran distintas escenas de la vida del personaje al que está dedicado.

3. Los retablos

Es la obra más original de la escultura gótica europea. Primero fue muy pequeño, pero su tamaño fue creciendo a medida que avanzaba la Edad Media, llegando en el siglo XV a alcanzar enormes dimensiones.

Es un armazón de madera o alabastro y su estructura es la siguiente:

  1. Se divide en franjas verticales o calles y franjas horizontales o pisos. Los pisos y las calles se cruzan mutuamente y forman recuadros donde se alojan pequeños relieves con escenas referentes al santo titular del retablo o a la vida de Cristo.
  2. La parte inferior donde se apoya el retablo, el banco o predela, se decora también con relieves.
  3. Cuando la calle central se prolonga y sobresale del último piso recibe el nombre de ático, y con frecuencia es ocupado por Cristo crucificado acompañado por San Juan y la Virgen (deesis).
  4. Para protegerlo, el retablo se encuadra dentro de un marco llamado guardapolvo.

El retablo es interesante sobre todo por su nueva forma de narrar propia de la Baja Edad Media: para ilustrar un hecho religioso se prefiere representar cada una de las escenas que lo componen, una tras otra, como un cinematógrafo que recoge la historia completa. Esta técnica llena los retablos de escenas y anécdotas sin fin.

El retablo desempeña una función de primer orden en la vida religiosa, ya que es un arte pedagógico que ilustra por medio de imágenes las grandes verdades de la fe, completando la palabra del predicador. A ello hay que añadir la fuerza emocional de las imágenes que provocan el sentimiento religioso de los fieles y acaparan la atención hacia el altar. Dada la función didáctica del retablo y su carácter de sermón permanente, la iconografía ha de responder a un programa perfectamente definido que se ordene en un sentido determinado: el orden seguido por regla general en los retablos es de izquierda a derecha y de abajo arriba. Existe, además, una jerarquía entre las calles, y la central está destinada a las escenas principales.

Pintura

Características generales

1. Campos donde se desarrolla

Son los siguientes:

  • La pintura mural, que tanta importancia había tenido en el Románico, desaparece del interior de las iglesias (salvo en Italia) por la escasez de macizos y el predominio de los vanos característicos de la nueva arquitectura.
  • Por las mismas razones, la vidriera alcanza ahora una importancia capital.
  • Dentro de los templos su empleo se concreta sobre todo en los retablos, que se colocan detrás de los altares para resaltar su importancia. Los retablos tanto son esculpidos como pintados, siendo estos últimos más importantes en el Gótico. La técnica de esta pintura sobre tabla es el temple: esto permite mayor minuciosidad y detalle, y unos colores más brillantes que el fresco.
  • Otro gran campo de la pintura gótica es la miniatura que ahora adquiere un gran desarrollo.

2. Temática

La pintura, como la escultura, busca temas más patéticos que tratan de provocar el sentimiento: la Crucifixión, el Nacimiento, la Virgen con el Niño, etc.

3. Características formales

  • El color es uno de los ingredientes básicos como consecuencia de la nueva técnica del temple. Este color delata la gran explosión vital que esta época representa.
  • Como en el Románico, el dibujo es un elemento fundamental, sin embargo se destaca menos ante la importancia del color.
  • Es frecuente el escenario natural, pero abunda más el arquitectónico (arquitecturas basadas en la realidad pero no realistas). Otras veces el artista rechaza el fondo y concentra su atención en el primer plano. En tal caso se cubre el fondo con panes de oro, frecuentes tanto en las miniaturas como en las tablas de los retablos. El fondo dorado es un recurso simbólico para desarrollar las escenas religiosas en un espacio sagrado y con la dignidad que se merecen.
  • Se producen avances en la construcción tridimensional del espacio (mediante recursos como los escenarios arquitectónicos), pero la perspectiva, el espacio en tres dimensiones, será una conquista del Renacimiento.
  • Aunque es indudable el naturalismo, todavía se siguen utilizando ciertos convencionalismos.

La pintura de los “Primitivos”

Dos escuelas pictóricas anteceden al Renacimiento en lo referente a la captación de la profundidad y la tercera dimensión:

  • Los “primitivos” italianos.
  • Los “primitivos” flamencos.

1. Los “primitivos” italianos

En el siglo XIV —Trecento— la pintura italiana, sobre todo la realizada en la Toscana, anima el panorama europeo y establece los cimientos de la pintura del Renacimiento. Esta escuela se conoce con el nombre de pintura de los primitivos por comparación entre estos pintores y los renacentistas del XV. Con respecto a estos últimos, es evidente que son primitivos, pero comparados a los pintores anteriores, representan un progreso notable e indiscutible.

En el desarrollo de esta escuela influyen algunas circunstancias:

  • El escaso desarrollo del Gótico típico en Italia.
  • La influencia bizantina (consecuencia de las vinculaciones de Italia y Bizancio por razones comerciales).
  • La importancia de la burguesía y del pensamiento racionalista, lo que en conjunción con las pervivencias clásicas lleva a una gran estimación de los valores humanos.

Las principales preocupaciones de estos pintores son:

  • La exploración en las formas humanas y su psicología.
  • La investigación en el espacio pictórico, alcanzándose un paulatino dominio de la representación tridimensional sobre superficies de dos dimensiones, lo que conduce a un replanteamiento del papel del dibujo y del color y sus tonos.
  • La realización de los primeros intentos de convertir los fondos paisajísticos en verdaderos paisajes.

Esta renovación artística la realizan dos escuelas:

  • La escuela florentina.
  • La escuela sienesa.

La escuela florentina: Giotto

Giotto es el artista más relevante del Trecento italiano, tanto por el volumen de su obra como por la trascendencia de la misma. Nació en la segunda mitad del siglo XIII, en una fecha desconocida, y murió en 1337. Aunque toda su vida estuvo vinculado a Florencia, pasó largas temporadas en otros lugares por motivos de trabajo, como Padua o Asís.

La ruptura con la tradición la realiza Giotto partiendo, no de una imagen ideal de la realidad, sino de su imagen óptica, y trata de:

  1. Representar el volumen y la profundidad gracias a:
  • Al sombreado, rompiendo con la tradición plana del arte bizantino y con los colores puros heredados de la pintura gótica.
  • A determinados recursos efectistas como:
    • Amplias túnicas, que dan corporeidad a los personajes a la vez que una gran solemnidad.
    • La colocación de los personajes en distintos planos, para que los espectadores perciban unas figuras más cerca que otras.
    • En algunos casos, escorzos.
Representar un marco convincente. Abandona los fondos planos (muchas veces de oro) y los sustituye por paisajes rurales o urbanos que proporcionan el marco real donde evolucionan las figuras. Sin embargo, estos paisajes son todavía esquemáticos, están subordinados al suceso narrado (que es lo que verdaderamente preocupa al pintor) y no guardan proporción con las figuras humanas. Expresar los sentimientos y estados de ánimo. Giotto es el pintor que introduce el sentimiento manifestándolo a través de gestos, gracias a los cuales los personajes muestran sus estados de ánimo. Esta preocupación por los sentimientos, por el hombre, está muy próxima a la nueva religiosidad franciscana. No es raro, por tanto, que buena parte de su pintura está dedicada a San Francisco.

Entre sus obras destaca:

La decoración de la Basílica de Asís

Giotto realiza en Asís la mayor parte de los episodios dedicados a San Francisco, y sus escenas responden a la vida oficial del santo redactada por San Buenaventura, donde se eliminan ciertos hechos difundidos en la primera época de la orden y que tuvieron un gran impacto popular por su carácter maravilloso.

Giotto, con su lenguaje racional y pragmático, colabora magníficamente en mostrar la nueva ideología ajena al misticismo que dominó la vida de San Francisco, y que estuvo patente en la producción de ciertos artistas del siglo XIII que desarrollaron ciclos franciscanos apoyados en Florecillas.

Para explicar el volumen de su producción, es inevitable acudir al taller que dirigió el maestro, de gran trascendencia posterior, pues los artistas que trabajaron con él fueron continuadores de su estilo.

2. “Primitivos flamencos”

A comienzos del siglo XV, alrededor de la segunda década, cristaliza en el Condado de Flandes una importante escuela pictórica. Su origen hay que buscarlo en el Gótico Internacional, algunos de cuyos rasgos específicos —como el gusto por el detalle y el uso de colores brillantes— se manifiestan en esta pintura. La clientela de estos pintores es variada: la aristocracia, la Iglesia y la sólida burguesía de la zona, sobre todo ésta, una clientela seducida por la alta calidad de ejecución de estos pintores.

Características

Pintura sobre tabla

La pintura flamenca se caracteriza por el uso exclusivo de la tabla, muchas veces son obras de pequeño tamaño (los flamencos son los inventores del cuadro de caballete), y con frecuencia destinadas a la decoración de interiores domésticos y, por tanto, dirigidas a la contemplación individual de sus mecenas. Estos cuadros pueden instalarse provisionalmente y ser trasladados de un sitio a otro con facilidad. Es habitual que estas pinturas consten de más de una hoja. Pueden ser:

  • Dípticos (dos hojas).
  • Polípticos (varias hojas).
  • Trípticos (tres hojas). Este tipo es el más frecuente.

Estas tablas son móviles, de forma que las laterales, montadas sobre bisagras, sirven de puertas a la central. En cualquier caso, las tablas forman un conjunto interrelacionado, se pintan por las dos caras, y es frecuente que las exteriores usen tonos grises (grisallas), que imitan el efecto de la escultura en relieve.

Captación de la realidad

La principal característica de la pintura flamenca es la progresiva captación de la realidad, que se consigue mediante:

  1. El gusto por el detalle: Esta pintura es de un intenso naturalismo, y está concebida para ser vista desde cerca, de forma que sólo una lente de aumento permite una visión absoluta de las cosas, puesto que se recrean hasta los más mínimos detalles:
  • Las cabelleras y barbas no son una masa confusa, sino una serie de cabellos perceptibles uno a uno.
  • En los paisajes, uno de los temas favoritos, pueden contarse las hojas de las hierbas o los pétalos de cada flor.
  • En los libros se distinguen las líneas y las letras.
  • En los paños —convencionalmente plegados, con pliegues geométricos y duros, como si estuviesen almidonados— se pueden distinguir los hilos y el trenzado.
  • En los interiores domésticos, los muebles, lámparas, espejos, etc., son descritos con la misma minuciosidad. Muchos de estos objetos tienen un carácter simbólico, sin que podamos saber en ciertas ocasiones lo que significan con exactitud.
  • En los rostros humanos, como en los retratos —otro tema fundamental—, se captan también hasta los últimos detalles, como poros y arrugas, e incluso en algunos casos, como en el Retrato del canónigo Van der Paele de Van Eyck, es posible hacer un análisis clínico del personaje a través de la deformación de sus tendones o de la hinchazón de sus arterias.

Por tanto, son cuadros técnicamente perfectos, donde nada se deja a la improvisación, y donde los pintores —que saben magníficamente su oficio— tardan meses e incluso años en su realización. Este detallismo llevado al límite refleja el bienestar material del que se sentía tan orgullosa la burguesía flamenca.

La creación de un espacio pictórico veraz, convincente, tridimensional, que se consigue de diferentes formas:
  • Con líneas convergentes hacia el fondo, hacia un punto lejano, lo que se realiza de una forma intuitiva, sin utilizar un sistema geométrico de reglas fijas y fiables como el de los italianos del XV.
  • Con la luz, que se difunde por los objetos y personas —resaltando unos planos y oscureciendo otros— y crea la sensación de profundidad. Esta luz es suave y contribuye a crear la atmósfera de la escena.
  • Mediante recursos efectistas —a veces utilizados—, por ejemplo, en El matrimonio Arnolfini ese papel lo cumple el espejo representado al fondo, donde se reflejan detalles que no se ven o sólo lo hacen parcialmente en la pintura, como el techo, la pared de la izquierda o la que miran los retratados, o dos personajes que imaginariamente están frente a los esposos (cuando en realidad quien está frente a ellos es el espectador, con lo que el pintor obliga a éste a ser parte activa de la acción representada).

Técnica pictórica: el óleo

La principal aportación técnica de esta escuela es el uso del óleo, conocido muchos siglos antes —se debió de inventar hacia el siglo IX—, pero que los flamencos perfeccionaron con fórmulas de taller mantenidas muchas veces en secreto, de manera que sus obras han perdurado mucho más que las italianas contemporáneas, y la mayoría conservan un magnífico colorido.

La técnica consiste en utilizar como aglutinante de los colores aceite de linaza, que no sólo mejora la fluidez sino que además acelera el secado.

La importancia del óleo vino dada por:

  • Influyó en la mayor viveza de los colores (entre éstos predominan rojos, azules, verdes… todos ellos muy vistosos) y una gama más variada de tonos mediante la superposición de dos o más colores (veladuras).
  • Permitió plasmar, mediante el uso de pinceles muy finos, los detalles más minuciosos y las materias más sutiles (metales, vidrios, brocados o sedas) con una precisión desconocida hasta entonces.
  • Contribuyó de forma considerable a la ilusión de la tercera dimensión, al poder captarse de forma más precisa los efectos de luz para crear la atmósfera de los cuadros.

Van Eyck

Jan Van Eyck es, como Giotto, uno de los artistas más grandes de todos los tiempos. En vida gozó de gran prestigio. Tuvo el favor de los duques de Borgoña, que le encargaron obras importantes y misiones al margen de su oficio, pero su clientela fue más amplia: abarcó a personajes importantes de la aristocracia (como el canciller Rollin) y de la burguesía flamenca, así como de la Iglesia. Se supone que nació hacia 1390 y murió en Brujas en 1441.

Entre sus obras destacan:

Políptico de la iglesia de San Bavón o del Cordero Místico

La firma de esta obra, realizada en 1432, alude a que había sido comenzada por su misterioso hermano Huberto. Los críticos, sin embargo, no se ponen de acuerdo sobre qué parte del políptico le pertenece; además no se conocen otras obras de Huberto, aunque algunas le son atribuidas, ni se conocen sus relaciones con Jan, ni datos concretos que permitan trazar una imagen aproximada de su vida.

Mide 3,5 x 5 m, fue encargado por un importante burgués de Gante por varios motivos entre los que se incluía un deseo de expiar las faltas de su padre, y consta de doce tablas:

+ Cerrado presenta

– en la parte superior la Anunciación.

-en la inferior los Santos Juanes y los retratos del donante y su esposa. Algunas figuras van pintadas en grisalla. 

+ Abierto ofrece: 

e En la parte superior las figuras monumentales de Cristo-juez, la Virgen y San Juan en el centro, y los ángeles músicos y los ángeles cantores junto a Adán y Eva en los laterales. 

e En la parte inferior: 

Y La tabla central está ocupada por la escena principal del políptico, el Cordero Místico, colocado en un altar, vertiendo su sangre en un cáliz, mientras es adorado por las multitudes. 

Y En las tablas laterales se representan cuatro grupos: jueces íntegros, caballeros, peregrinos y ermitaños, que aluden, respectivamente, a las siguientes virtudes: Justicia, Fortaleza, Prudencia y Templanza. 

El tema principal es la Eucaristía. A ella alude el Cordero Místico, que derrama su sangre para redimir al género humano, y la Fuente de la Vida colocada en el mismo eje. 

En cuanto a sus características formales posee la mayor parte de las características de esta escuela: detallismo, amor al paisaje, composición detenidamente pensada, etc

La Virgen y el canciller Rollin 

Desarrolla un tipo de retrato que es una pintura religiosa donde el donante”, captado con una fiabilidad extrema, se sitúa arrodillado en el mismo plano y con el mismo tamaño que la Virgen, la cual aparece representada con idealismo poético. La escena está cargada de signos iconográficos: en los capiteles, por ejemplo, se pintan temas relativos a la Virgen María. 

Desde los arcos del fondo se ve el paisaje de una ciudad — identificada para algunos con Lyonque, a pesar de ocupar una superficie mínima, es muy profundo. 

El matrimonio Arnolfini 

Retrato del mercader italiano Juan Arnolfini y su esposa en el interior de una vivienda burguesa acomodada. El cuadro está dentro del género calificado como realismo simbólico, pues muchos de los objetos reproducidos son símbolos cuyo significado, en algunas ocasiones, plantea problemas de interpretación difíciles de resolver. 

Está dedicado al carácter sagrado del matrimonio y de la maternidad, y a ello hacen referencia: 

-El perro (la fidelidad conyugal).

-Los testigos reflejados en el espejo.

-Lámpara encendida. 

-Santa Margarita, la santa que se invoca en los partos.