El Legado Artístico de Miguel Ángel
Su David es una de las esculturas más icónicas del Renacimiento. En esta obra, Miguel Ángel representa la figura del héroe con serenidad y arrogancia, convirtiéndolo en un símbolo político de Florencia. La escultura colosal revisa el canon clásico de belleza, tomando como referencia el Doríforo de Policleto. La tensión interior del personaje se refleja en la expresión de su rostro y en el detalle de su mano derecha, que expresa la energía contenida de la terribilitá.
Otro proyecto ambicioso fue la tumba de Julio II, que nunca llegó a completarse en su versión original. De este encargo sobresale el Moisés, una de sus esculturas más impactantes. La figura, representada en actitud sedente, transmite una enorme fuerza interior a través de su intensa expresión, con ojos profundos y una barba rizada tallada con gran maestría. Los famosos cuernos en la cabeza de Moisés provienen de una mala traducción de la Vulgata.
También destacan las Tumbas de Lorenzo y Giuliano de Médicis, encargadas por León X en 1520. Estas esculturas están integradas en la Sacristía Nueva de la Iglesia de San Lorenzo y representan un concepto innovador en Italia: la tumba parietal, en la que las figuras principales se acompañan de alegorías como La Aurora y La Noche, dos esculturas inacabadas (non finito) que acentúan la sensación de movimiento y expresividad.
En su última etapa, Miguel Ángel desarrolló un estilo más introspectivo y espiritual, reflejado en la Piedad Rondanini, su última obra. Esta escultura quedó inacabada, pero transmite un profundo sentimiento de sufrimiento y redención. La tensión entre las partes trabajadas y las zonas aún toscas resalta la lucha entre la materia y el espíritu, mostrando una visión profundamente personal y emotiva de la fe y la existencia.
La obra exalta la belleza idealizada, más cercana a un concepto filosófico que a una representación realista. En su última etapa, se centró en obras de contenido religioso más dramático, como La Piedad. En esta obra, su trazo se vuelve más expresivo y sus figuras reflejan la angustia y el sufrimiento propios del final del siglo XV. La muerte de Piero della Francesca y Lorenzo el Magnífico en 1492 marcaron el fin del Quattrocento y el inicio de una nueva etapa en el arte renacentista.
Durante el siglo XVI, el Clasicismo consolidó la primacía de la pintura como medio para expresar emociones humanas y representar el mundo con realismo. Florencia reunió a tres grandes maestros: Leonardo, Rafael y Miguel Ángel, quienes, debido a la crisis florentina de finales del siglo XV, trasladaron su arte al nuevo epicentro cultural: Roma.
Las características del Clasicismo incluyen la importancia del contenido, la monumentalidad de las figuras, la simplificación arquitectónica y el predominio de esquemas geométricos. Se enfatiza la belleza idealizada y el cuerpo desnudo, influenciado por el clasicismo griego, mientras que la luz se utiliza para crear atmósfera mediante la perspectiva aérea.
Leonardo da Vinci (1452-1519)
Leonardo encarnó el ideal del hombre renacentista, combinando ciencia, arte y técnica. Su Tratado de Pintura expone sus estudios sobre anatomía, expresión y perspectiva. Su uso del esfumato fusiona figuras y fondo con suaves transiciones de luz y sombra.
Obras destacadas:
- Adoración de los Reyes Magos: inacabada, con una compleja composición.
- La Virgen de las Rocas: composición triangular con perspectiva aérea.
- La Última Cena: mural innovador con una profunda perspectiva ficticia.
- La Mona Lisa: el retrato más icónico del Renacimiento, con el uso magistral del sfumato y una enigmática expresión.
Rafael Sanzio (1483-1520)
De temperamento sereno y equilibrado, Rafael perfeccionó la idealización renacentista. Sus obras combinan belleza, armonía y claridad compositiva. Fue un gran retratista y colorista, con una temática principalmente religiosa.
Obras destacadas:
- Las Estancias Vaticanas: frescos que representan la filosofía, la religión y la poesía.
- La Escuela de Atenas: síntesis del pensamiento clásico con retratos de figuras como Platón (Leonardo) y Heráclito (Miguel Ángel).
Miguel Ángel (1475-1564)
Más que pintor, Miguel Ángel fue escultor, lo que influyó en su estilo pictórico. Sus figuras presentan gran fuerza, movimiento y proporciones heroicas. Eliminó fondos paisajísticos para centrar la atención en los cuerpos monumentales.
Obras destacadas:
- Capilla Sixtina: obra maestra del arte decorativo, con escenas del Génesis y profetas en una arquitectura ilusoria (quadratura).
- El Juicio Final: fresco con más de 400 figuras en una composición dramática y expresionista, posteriormente censurado por la Iglesia.
Estos tres maestros definieron el arte del Renacimiento, combinando innovación técnica con un ideal de belleza y profundidad conceptual.
Durante el siglo XVI, la pintura renacentista española se desarrolló en las Coronas de Castilla y Aragón. Su difusión se produjo desde el litoral mediterráneo, por lo que llegó más rápido a Aragón, con estrechos lazos con Italia, mientras que en Castilla persistieron influencias flamencas.
El Renacimiento español se divide en tres períodos a lo largo del siglo XVI. Predomina la pintura religiosa, mientras que los temas mitológicos, históricos y alegóricos son escasos. También se realizaron retratos, principalmente en la corte. La llegada de artistas italianos y flamencos enriqueció la producción pictórica. Entre los pintores más destacados, sobresale El Greco a finales de siglo.
El Greco (1541-1614)
Nacido en Creta, se formó en la pintura de iconos. En Italia, asimiló el estilo veneciano de Tiziano y Tintoretto, adoptando el cromatismo vibrante y la técnica del óleo. En Roma, estudió la obra de Miguel Ángel, de quien tomó las composiciones dinámicas y figuras alargadas.
Se trasladó a Madrid para trabajar en la decoración de El Escorial, pero su obra San Mauricio y la legión Tebana no satisfizo a Felipe II, por lo que se estableció en Toledo en 1577, donde desarrolló su estilo místico y personal. Su arte fue incomprendido en su época, pero valorado por intelectuales como Góngora y Fray Hortensio Paravicino, y posteriormente revalorizado por los románticos del siglo XIX.
Obras destacadas:
- El caballero de la mano en el pecho: crea el prototipo de noble español.
- El expolio de Cristo: destaca por su túnica roja vibrante y el alargamiento de las figuras.
- El entierro del Conde de Orgaz: obra maestra que combina el mundo terrenal y celestial con una galería de retratos de la sociedad toledana.
- La Adoración de los pastores: con figuras alargadas, colores brillantes y fuertes contrastes lumínicos.
Falleció en Toledo en 1614, dejando un legado pictórico único.
Sofonisba Anguissola (1530-1626)
Pintora italiana de Cremona, perteneciente a una familia noble, se formó junto a sus hermanas en la pintura y el dibujo. Sus retratos muestran un enfoque informal, representando a los modelos en actividades cotidianas con objetos que reflejan su personalidad.
Influenciada por su maestro Campi y por Correggio, perfeccionó el estudio psicológico de sus modelos y realizó pequeñas obras religiosas para devoción privada.
En 1559, fue invitada a la corte de Felipe II, donde sirvió como dama de compañía de Isabel de Valois y continuó su producción retratística. Contrajo matrimonio con Fabrizio de Moncada y, tras enviudar, se casó nuevamente con Orazio Lomellino, viviendo entre Génova y Palermo. En 1624, Anton van Dyck la visitó y destacó su lucidez artística a los 96 años.
Obras destacadas:
- Retrato de Felipe II (Museo del Prado).
- Isabel de Valois sosteniendo un retrato de Felipe II, previamente atribuido a Juan Pantoja de la Cruz.
Su obra dejó un impacto significativo en el retrato cortesano del Renacimiento español.
CRONOLOGIAS
En el SXVI Italia se convierte en el lugar en el que se enfrentan los intereses de las dos grandes potencias europeas: Francia y España. Al mismo tiempo los estados italianos giran hacia formas de gobierno absolutista y aparece la corte del príncipe. Aquí los artistas se convierten en mercenarios. Gran fuerza política e ideológica del estado pontificio. El centro político va a pasar a Roma, siendo ahora los Papas, como los enérgicos Julio II y León X los que fomenten la cultura y ostenten la riqueza. En 1527 los soldados de Carlos V asolaron Roma en respuesta a la alianza del papa con los enemigos del emperador. Este episodio, llamado el sacco de Roma tuvo numerosas consecuencias, entre ellas señaló el fin del Renacimiento romano. Además, los saqueadores causaron cuantiosas pérdidas al arte y la economía vaticanos, provocando que el centro artístico se trasladara a Venecia.
El Renacimiento en España se desarrolla durante el siglo XVI, con un retraso respecto a Italia. En esa época, la clase mercantil en España era débil, y la nobleza tenía gran poder económico, aunque el Estado monárquico centralizado limitaba la autonomía de las ciudades. Esto impidió que la burguesía tuviera un papel relevante en el impulso de las artes, como ocurrió en otros países europeos. En España, el arte estuvo mayormente impulsado por la Corte, la Iglesia y la nobleza.
A pesar de que el Renacimiento italiano tardó en llegar, las influencias italianas comenzaron a penetrar en España a través de artistas como Domenico Fancelli, que trabajó en el sepulcro de los Reyes Católicos, y el viaje de pintores españoles como Pedro Berruguete a Italia. La circulación de grabados y el mecenazgo de familias nobles también ayudaron a difundir el estilo renacentista. Esta fusión de formas medievales y renacentistas, junto con el apoyo de la nobleza, marcó el desarrollo del Renacimiento en España.
ARQUITECTURA DE ESPAÑA
Durante el reinado de los Reyes Católicos tuvo lugar una incorporación de motivos ornamentales del Renacimiento italiano, que se insertaron en las fachadas platerescas. La influencia italiana se limita en este primer período a elementos decorativos, como ejemplos tenemos la Capilla Real, el Hospital Real de Granada y la fachada de la Universidad de Salamanca de tipo retablo que esconde el edificio gótico, está cubierta con una decoración menuda parecida al trabajo de los plateros con elementos heráldicos y vegetales. Se representan los vicios a rechazar y las virtudes a seguir por los estudiantes. En Andalucía se notó pronto un estilo más depurado, dándose un clasicismo a la italiana como en el Palacio de Carlos V, proyectado por Pedro Machuca, que tiene rasgos de pureza clásica y en el que ya se ve una asimilación del estilo más global abarcando aspectos espaciales y culturales de fondo y no solo puramente decorativos. Esto se debe a la aparición de libros teóricos como el de Diego Sagredo “Medidas del Romano”. En este momento, el arte es patrocinado desde la corte para difundir una imagen triunfal del emperador. Además, la iglesia y la nobleza son también promotores del nuevo estilo.
Ya bajo el reinado de Felipe II se crea la gran obra de la arquitectura renacentista en España, que fue el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, palacio, convento y basílica en una sola y monumental pieza. Los artistas españoles dominan ya el clasicismo y el arte aparece marcado por la problemática religiosa de la Contrarreforma. Su principal artífice fue Juan de Herrera (1530-1597), que es un gran conocedor de temas matemáticos y de la obra de teoría arquitectónica contrarreformista. Tuvo un estilo purista, de extrema sobriedad. Eliminó las esculturas de las fachadas y usó una expresividad basada solo en masas y volúmenes. Se adelanta al movimiento moderno.