Obras Maestras del Arte Europeo: Románico, Gótico y Arquitectura Civil
El Crucifijo de Fernando I y Doña Sancha
El Crucifijo de Fernando I y Doña Sancha es una de las obras más interesantes de la eboraria española. Construida en marfil, fue donada por los reyes en el año 1063, como testifica una carta-testamento del mismo año. En ella se incluían varias piezas que actualmente se conservan en el Museo Arqueológico Nacional y en el Museo de la Colegiata de San Isidoro de León. La obra fue ideada para ser una estauroteca (lugar en que se guarda un fragmento del lignum crucis o cruz de Cristo), como han demostrado las restauraciones a las que ha sido sometida. Gracias a ellas, se halló una pequeña cavidad en la espalda de Cristo. La cruz se ajusta a la tipología de Cristo románico de cuatro clavos que triunfa sobre la muerte, sin muestras de sufrimiento en su cuerpo. En los ojos se conservan las incrustaciones que brillan, dándole un halo de vida muy especial. El faldellín es la ropa que le cubre. A sus pies vemos a Adán en la tumba. Es una figura de bulto redondo, además de ser una escultura hierática. En la parte superior encontramos a Cristo ya resucitado con una inscripción en la que se lee: «Jesucristo nazareno rey de los judíos». La superficie de la cruz está decorada con pequeñas figuras de individuos que salen de la tumba. En la base, una inscripción deja suficientemente claro que esta obra fue mandada realizar por el rey Fernando I y su esposa doña Sancha, lo que, además de reforzar al carácter de donación de esta pieza, subraya la idea de posesión. En el reverso aparece el Cordero apocalíptico y en torno a él los animales que simbolizan a los cuatro evangelistas: el león, el águila, el toro y el hombre. La decoración, en este caso, es de formas vegetales y animalísticas que plagan la superficie, llegando al horror vacui. Estamos ante una obra preciosista, de gran virtuosismo técnico, que ha permitido plantear la posibilidad de que en la ciudad de León existiese una escuela de eboraria similar a la que se estableció en torno a San Millán de la Cogolla.
La Anunciación a los Pastores (San Isidoro de León)
Esta pintura cubre una de las bóvedas del panteón de los reyes de San Isidoro de León, y fue realizada hacia el año 1150 por un maestro anónimo. Está realizada al fresco y se encuentra en su emplazamiento original. Describe un episodio del evangelio de San Lucas, poco habitual en la iconografía: un ángel anuncia a los pastores el nacimiento de Jesús y les llama para que vayan a adorarlo. La escena está desarrollada en un friso que se despliega por el perímetro de la bóveda. En un tramo están las figuras principales, sobre las que podemos leer las palabras: ANGELUS y PASTORES. A la derecha, el friso tiene dos niveles, como si hubiera dos planos de profundidad. Las figuras presentan canon largo, naturalidad y movimiento, y se comunican, algo característico del siglo XI en escenas narrativas. Carecen de volumen; los pastores están sentados pero representados de perfil, para evitar el escorzo. El mismo interés por la decoración lineal se advierte en los arbustos y arbolitos que alternan con las figuras. En ellos predomina la curva. Los animales (cabras, terneros, un perro) tienen el mismo tratamiento animado y lineal, y denotan observación de la realidad. Aparecen detalles anecdóticos (el perro lamiendo la escudilla de un pastor, dos machos enfrentados), también frecuentes en esta época. Las figuras se recortan sobre un fondo claro y los colores sirven para potenciar la estructura de la escena y su valor decorativo, como se advierte en los animales. En el intradós de los arcos y enmarcando la escena hay decoración de elementos vegetales estilizados, muy semejantes a los de los capiteles. El maestro que pintó las bóvedas tiene poca relación con otros artistas y es muy avanzado en su concepción del espacio (fondo claro, intento de paisaje) y en la reproducción de escenas animadas como esta. León había sido una importante ciudad romana en la que, ya en el siglo X, los reyes leoneses habían instalado su corte, afirmando así su empeño en restaurar el reino visigodo e impulsar la reconquista. En este sentido, el artista de San Isidoro parece esforzarse en recuperar el pasado romano para mayor honra de sus reyes. Esta misma influencia se advierte en otras obras de San Isidoro de León, como la puerta del Cordero.
La Catedral de Chartres
Su construcción abarca desde el siglo XII hasta el XIII. Es una obra anónima que se erigió sobre una antigua catedral románica que fue destruida por un incendio en el siglo XII. Su reconstrucción comenzó en ese mismo siglo y concluyó en el año 1220. La planta de la catedral sigue el modelo típico de las catedrales góticas, con forma de cruz latina y una cabecera especialmente desarrollada. La iglesia cuenta con tres naves, pero en la amplia cabecera se expanden a cinco, dotando al conjunto de una majestuosidad especial. En su interior destacan las bóvedas de crucería que cubren las naves, mientras que la nave central está marcada por un impresionante crucero. Las naves están separadas por esbeltos arcos apuntados, que aportan a la estructura ligereza y verticalidad. Uno de los elementos más sobresalientes de la catedral son las vidrieras, que relatan escenas bíblicas a través de intensos colores y detallados motivos. En la fachada principal, se pueden observar tres grandes arcos que corresponden a las tres naves del interior, un detalle característico del estilo gótico. Coronando la fachada, destaca un magnífico rosetón, usualmente dedicado a la Virgen María. La catedral presenta dos torres notablemente diferentes. La torre derecha, de estilo románico, muestra arcos de medio punto, mientras que la torre izquierda, claramente gótica, se distingue por sus arcos apuntados. Esta última fue terminada en el siglo XVI, en un momento en el que el estilo gótico alcanzaba su fase flamígera, caracterizada por formas que recuerdan a las llamas. Finalmente, el pórtico real central, aunque perteneciente a la catedral gótica, conserva una reminiscencia románica en su estructura, conectando visualmente ambos estilos y épocas. La Catedral de Chartres se presenta como una obra maestra que combina de manera armónica elementos de diferentes estilos, reflejando el paso del tiempo y la evolución de la arquitectura religiosa.
Lonja de la Seda de Valencia
Esta obra, construida entre 1482 y 1498, es de carácter civil y se encuentra en Valencia. Se trata de un espacio rectangular con planta basilical, compuesto por tres naves cubiertas con bóvedas de crucería. El interior está sostenido por 24 columnas de fuste helicoidal, que destacan por su belleza arquitectónica. Los muros están perforados por grandes ventanales decorados con tracerías, un tipo de ornamentación delicada y detallada. Además, un gran friso recorre todo el salón con una inscripción en latín que recuerda a los comerciantes que aquellos que practiquen la usura no gozarán de la vida eterna, repetida a lo largo de la obra. Este tipo de construcción civil refleja el crecimiento de las ciudades y, como consecuencia, el auge de la burguesía mercantil, que necesitaba de espacios como este para llevar a cabo sus negocios.
Parlamento de Londres
En 1834, el incendio del Palacio de Westminster llevó a la necesidad de construir un nuevo edificio, especificando desde un inicio que el estilo sería el gótico, emblema de Inglaterra. Se convocó un concurso del cual fueron seleccionados dos arquitectos: Charles Barry y Augustus Pugin. Barry diseñó la estructura y distribución del edificio, mientras que Pugin, un defensor apasionado del gótico, se encargó de la decoración y detalles ornamentales, manteniendo la sobriedad para destacar la belleza de las formas góticas. La Revolución Industrial aportó nuevas técnicas y materiales, como grúas móviles y andamios, facilitando la construcción. El Parlamento se extiende sobre una plataforma de hormigón de casi tres hectáreas a orillas del río Támesis. Sus muros son de ladrillo y piedra, complementados con hierro fundido para soportar las cubiertas en espacios amplios. La horizontalidad del edificio es interrumpida por torres que destacan en el horizonte. La Torre de la Victoria mide más de 100 metros, la torre central actúa como sistema de ventilación, y la famosa Torre del Big Ben es la más decorada de todas. En su interior, se encuentran las cámaras parlamentarias de los Lores y los Comunes. El Palacio de Westminster representa la unión entre funcionalidad y la forma más emblemática del gótico, simbolizando la grandeza de la Inglaterra victoriana, que buscaba reafirmar su poder en un momento de incertidumbre.
Catedral de Burgos
La construcción de esta obra comenzó en 1221, bajo la dirección del arquitecto Maestro Enrique, con el apoyo de Fernando III. Esta catedral contiene la tumba del Cid Campeador. El edificio tiene tres naves, deambulatorio y capillas radiales tanto en la cabecera como en el crucero. Las arquerías separan las naves, y la estructura incluye un triforio y ventanales. La fachada está compuesta por cuatro cuerpos superpuestos que se rematan con agujas caladas, añadidas en el siglo XV. El acceso principal es triple, y en el segundo piso destaca un gran rosetón. En el piso superior se encuentran dos grandes arcos apuntados con tracerías, con piedra en el vano. La planta es de cruz latina, con una girola en el crucero y capillas absidiales.
Catedral de León
Esta catedral fue construida bajo el reinado de Alfonso X en la segunda mitad del siglo XIII. Cuenta con una triple entrada y torres cuadradas rematadas por pináculos. En su fachada destaca un gran rosetón. La planta es de cruz latina, muy similar a la de la catedral de Reims. El edificio tiene bóvedas de crucería, arbotantes y contrafuertes, así como grandes pilares baquetonados. La nave central es significativamente más alta que las laterales, y cuenta con un triforio y claristorio, lo que permite la entrada de abundante luz natural. Las vidrieras cubren una superficie de 1.700 metros cuadrados, lo que le otorga una gran luminosidad y realza el simbolismo espiritual característico del estilo gótico. Esta catedral destaca por ser considerada la más “francesa” de todas las catedrales góticas españolas.