Introducción
La comprensión y proceso histórico requiere el conocimiento de los pueblos y las culturas. Este tema es un breve recorrido de nuestras raíces históricas: la prehistoria, la llegada de pueblos colonizadores, la conquista romana y las invasiones germánicas que dieron paso a la época visigoda. Con los diferentes periodos podemos ver la síntesis de culturas de nuestro pasado.
1. La Prehistoria
La prehistoria en la Península Ibérica va desde la aparición de los primeros homínidos (800.000 años) en la Sierra de Atapuerca (Burgos) hasta la aparición de la escritura ya entrado el primer milenio a.C.
A. La evolución del Paleolítico al Neolítico: la pintura cantábrica y la levantina
Los primeros seres humanos evolucionaron de sociedades cazadoras y recolectoras (Paleolítico) a otras productoras de alimentos (Neolítico) que descubrieron la fundición y aleación de los metales (Edad de los Metales).
1.1 Los restos más antiguos fueron hallados en Gran Dolina con 800.000 años de antigüedad.
Los arqueólogos llamaron a esta nueva especie Homo antecessor, antepasado común del Homo sapiens y del Homo heidelbergensis, y de su descendiente el Homo neanderthalensis. El Homo antecessor era muy parecido al Homo sapiens y su capacidad craneal podía superar los 1000 cm³. El Homo neanderthalensis tenía un aspecto robusto y su capacidad craneal era de 1500 cm³. La llegada del Homo sapiens a Europa fue hace 40.000 años.
1.2 Los primeros pobladores eran depredadores, no producían alimentos y eran nómadas. Presentaban una organización social colectiva y vivían en pequeños grupos.
1.3 El arte rupestre. La península posee un gran número de cuevas que conservan pinturas y grabados paleolíticos. Se distinguen dos zonas: la escuela naturalista franco-cantábrica y la escuela esquemática levantina. Destacan las cuevas de El Castillo y, sobre todo, Altamira, donde se encuentra un arte figurativo en el que destacan los animales (ciervos o caballos) pintados con técnica naturalista, superpuestos y sin formar escenas. Tienen efectos de volumen y movimiento que derivan de los salientes de la roca y de los colores, sobre todo el negro y el ocre.
En la zona levantina destacan El Cogul o Albarracín, que presentan escenas de carácter narrativo, como cacerías, con proliferación de figuras humanas. Utilizan colores como rojo y negro y formas esquemáticas. Las pinturas están relacionadas con creencias mágicas o ceremonias de magia simpática. Se han encontrado esculturas, grabados y pinturas sobre piedra y hueso, arte mobiliar, representaciones de animales, figuras humanas o símbolos abstractos.
B. Del Neolítico a la Edad de los Metales
Hacia 5000 a.C. surgieron en la península las primeras comunidades neolíticas procedentes del Próximo Oriente, iniciando la producción de alimentos, agricultura, ganadería y elaboración de cerámica y tejidos. Eran sedentarios y se distinguen en los primeros poblados dos fases:
- Neolítico inicial: se desarrolla en el Mediterráneo, en la costa valenciana (Cova de la Sarsa y Nerja). Los asentamientos fueron en cuevas, con presencia de cerámica cardial, decoración con conchas de molusco (Cardium edule). Aparecieron los primeros utensilios (hachas, molinos de mano), cultivaban trigo y domesticaban animales (ovejas y cabras).
- Neolítico pleno: ocupan llanos, construyen poblados estables. Se extendió por el interior de la Península, como por ejemplo Carigüela (Granada) y la llamada cultura de Almería, con viviendas circulares y sepulturas organizadas por primera vez en necrópolis. Se desarrolló la cultura de los sepulcros de fosa, donde los difuntos eran enterrados en fosas en el suelo o en sepulcros del corredor, acompañados de un ajuar funerario. Hallazgos de objetos de prestigio en algunas tumbas indican una cierta generalización social.
C. La importancia de la metalurgia
Sus inicios se relacionan con el desarrollo del megalitismo. Tumbas colectivas elaboradas con grandes piedras destacan en Los Millares de Almería. Las poblaciones se apegaron a sus tierras de cultivo, construyeron poblados amurallados en zonas elevadas y en el exterior se situaba la necrópolis. Aparece un nuevo tipo de cerámica, campana invertida (vaso campaniforme), que se extendió por toda Europa. Destacando en la cultura de El Argar (Almería), cuidados poblados que se extendían por las actuales provincias de Murcia, Almería, Alicante, Granada, Jaén y Albacete, rodeados de murallas y torres defensivas, con calles estrechas y viviendas rectangulares. Destaca la cultura talayótica de las Islas Baleares, con la construcción de murallas ciclópeas y la aparición de megalitos con formas muy peculiares: talayots, taulas y navetas.
D. La configuración de las áreas celta e ibérica: Tartessos, indoeuropeos y colonizadores orientales
El final del segundo milenio a.C. fue una época de grandes cambios. A través del Mediterráneo llegaron fenicios, griegos y cartagineses, mientras pueblos indoeuropeos penetraban por los Pirineos y en el sur estaban los Tartessos.
1.1 Los pueblos indoeuropeos. Procedentes del centro de Europa, se establecieron en Cataluña y en la Meseta, expandiéndose hacia el norte y el oeste peninsular. Conocían el hierro, tenían una economía basada en la agricultura y la ganadería, practicaban un ritual funerario y depositaban los cadáveres en campos de urnas.
1.2 Fenicios, griegos y cartagineses. El sur de la península, rico en cobre, plata y oro, y situado en la ruta del estaño, fue escogido para fundar establecimientos comerciales. Los fenicios fundaron Gadir (Cádiz), los griegos Mainake (Málaga) y los cartaginenses (S. VI-V a.C.) Villaricos (Almería) y Cartago Nova, que fue el más claro de poder cartaginés.
1.3 Tartessos. Su expansión se extendió por la actual Andalucía y el sur de Extremadura (Huelva-Sevilla-Cádiz). Encontraron tesoros como el Carambolo en Sevilla. Los Tartessos desaparecieron por causas desconocidas, quizás por agotamiento de sus minas o por la dominación cartaginesa.
2. Los pueblos prerromanos: íberos, celtas y celtíberos
Se conforman tres culturas diferentes interrelacionadas.
Los íberos habitaron la costa este y sur, los celtas en el centro y oeste peninsular, y el contacto entre celtas e íberos dio lugar a los celtíberos.
A. Los pueblos celtas y celtíberos
Los celtas tenían una economía agropecuaria. En agricultura cultivaban cebada, legumbres y hortalizas; en ganadería, caballos y vacas; y en cerámica, armas de hierro y bronce. No conocían ni la moneda ni la escritura. Eran sedentarios, vivían en poblados (castros) situados en montículos, defendidos por fosos y murallas. Tenían una planta circular, como por ejemplo en Mohías (Asturias).
La explotación minera, sobre todo en tierras gallegas, que eran ricas en estaño y oro, favoreció el comercio con otros pueblos de la costa atlántica de Francia e Inglaterra. La sociedad celta estaba organizada en clanes unidos por lazos familiares y formaban una tribu con predominio de la casta guerrera. Los pueblos celtíberos tenían una economía basada en la agricultura, la ganadería y la producción de hierro. Desarrollaron el torno alfarero, la rueda, la moneda y adoptaron su alfabeto.
B. Los pueblos íberos
Habitaban en poblados amurallados próximos a las rutas de comercio. Las viviendas eran rectangulares, y su economía estaba basada en la agricultura (cereales, vid y olivo) y también cultivaban plantas de uso textil (lino y esparto). Explotaron las minas y destacaron en la fabricación de armas (falcatas) y la orfebrería. Tenían moneda propia y desarrollaron el urbanismo y la escritura. La organización social estaba basada en la tribu y daba origen a una aristocracia guerrera. En el arte íbero, en escultura se utilizaron la piedra y el bronce con temas religiosos, pequeñas estatuillas de bronce utilizadas como ofrenda o exvotos con finalidad funeraria o religiosa (Dama de Elche), también representaban animales, algunos de ellos antropocéfalos. En la cerámica destacó la difusión del torno alfarero, que presentaba una rica decoración pintada con motivos geométricos y también con motivos figurativos.