El Renacimiento: Un Nuevo Amanecer Cultural y Artístico
La Edad Moderna en Europa, iniciada en 1492 con el descubrimiento de América, trajo consigo una profunda transformación cultural. Se caracterizó por una laicización de la cultura, separando lo profano de lo religioso, y un notable avance científico y tecnológico. La burguesía, como nueva clase social dominante, se convirtió en la principal demandante de obras de arte, alterando el panorama del mecenazgo.
El Mecenazgo y la Nueva Posición del Artista
El mecenazgo se diversificó, dejando de ser exclusivo de la Iglesia. Familias poderosas como los Medici en Florencia, los D’Este en Ferrara, los Montefeltro en Urbino y los Sforza en Milán, se convirtieron en importantes protectores de artistas. El encargo artístico se transformó en una herramienta de ostentación de prestigio político, ideológico y social. Las cortes europeas contrataron a los mejores artistas, quienes, liberados del sistema gremial, ingresaron a un nuevo mercado artístico. Esto les otorgó un sueldo fijo o la posibilidad de trabajar por encargo, elevando su profesión a un estatus liberal y con un prestigio social antes inexistente.
El Renacimiento Italiano: Retorno a la Antigüedad Clásica
El Renacimiento artístico surgió en Italia, impulsado por una renovación estética en el Quattrocento (siglo XV). Se revalorizaron las formas del arte grecolatino, precedido por el impulso de figuras como Duccio di Buoninsegna, Giotto, los Lorenzetti, Simone Martini y los Pisano, vinculados a las escuelas de Florencia y Siena.
El Humanismo: Pilar Fundamental del Renacimiento
El Humanismo, como fenómeno cultural, propuso un retorno a las fuentes de la Antigüedad clásica, a sus textos y corrientes filosóficas, principalmente el Neoplatonismo y el Aristotelismo. Este interés se reflejó en el arte italiano, con un enfoque en el estudio de la naturaleza, la búsqueda de la armonía en las composiciones (a través de leyes teóricas) y el reconocimiento individual de los artistas (individualismo) basado en su calidad y rasgos particulares.
La imitación de formas y temas antiguos, iniciada tras el descubrimiento de la Domus Aurea de Nerón, no fue una simple copia, sino una emulatio: un redescubrimiento de lo antiguo para crear algo nuevo. El Humanismo sentó las bases para las nuevas teorías científicas de Galileo y la teoría política de Maquiavelo, separando la moral de la política.
Influencia Filosófica y el Nuevo Lenguaje Artístico
La Academia florentina de Marsilio Ficino y Pico della Mirandola influyó en los artistas al servicio de Lorenzo el Magnífico. En Venecia, la Escuela de Padua de Poponazzi, centrada en el Aristotelismo, también dejó su huella. El arte ganó en naturalismo, adoptando un nuevo lenguaje basado en la perspectiva y la proporción.
Lorenzo Ghiberti fue pionero en aplicar este nuevo lenguaje en las Puertas del Baptisterio de Florencia, basándose en:
- Disminución del tamaño de las figuras en relación con la profundidad.
- Articulación geométrica del espacio con arquitecturas clásicas ideales.
- Disminución del volumen y precisión de las figuras según la lejanía.
- La perspectiva visual: las líneas confluyen en un punto, creando una pirámide visual hipotética.
Alberti sistematizó estos principios en su tratado De Statua. Brunelleschi los aplicó en arquitectura, y Alberti teorizó sobre ello en De re aedificatoria. En pintura, Alberti definió la perspectiva científica en De pictura.
Características de las Disciplinas Artísticas del Renacimiento
Arquitectura
Brunelleschi fue el primero en aplicar las nuevas teorías constructivas, organizando el espacio según las leyes de la perspectiva. Alberti, en De re aedificatoria, definió el edificio como una obra armónica, estableciendo tres exigencias:
- Número: Búsqueda de proporciones.
- Finito: Colocación armónica de las masas.
- Collocatio: Ordenamiento riguroso de los elementos.
Se buscaba la simetría, la proporcionalidad y la armonía. Se utilizaron elementos grecolatinos como:
- Planta de cruz latina.
- Columnas con diferentes capiteles.
- Arco de medio punto.
- Entablamentos.
- Cubiertas con casetones.
El Renacimiento también aportó al Urbanismo, racionalizando la ciudad medieval y creando ciudades ideales como las de Filarete o la planta estrellada de Palmanova.
Escultura
Los temas principales fueron religiosos y profanos (mitológicos). Se utilizaron materiales como mármol, bronce y madera. Se destacó la importancia del cuerpo humano, reflejando el Humanismo, y el realismo. Las esculturas se presentaron en bulto redondo y en relieves (bajo, medio y alto), siguiendo las leyes de la perspectiva.
Pintura
Hubo dos tendencias: renovadores y pintores apegados al gótico internacional, además de intentos de combinar ambas. Los renovadores priorizaron el dibujo, los volúmenes marcados, la perspectiva y las escenas en espacios naturales.
El Cinquecento y la Expansión del Renacimiento
Cinquecento: De Florencia a Roma
Si Florencia fue la ciudad del Quattrocento, Roma lo fue del Cinquecento (siglo XVI). El Papado se convirtió en el principal protector de los artistas, trasladando la capital artística a Roma. El Cinquecento se caracterizó por la normativa y la sistematicidad. El clasicismo sometió a regla los planteamientos anteriores, relacionando arte y ciencia, teoría y práctica. Hacia 1535, el clasicismo entró en crisis, dando paso al Manierismo, un estilo caracterizado por formas difíciles y artificiosas, que se extendió por Europa.
Los centros importantes del clasicismo fueron:
- Milán: Leonardo y Bramante.
- Florencia: Leonardo, Miguel Ángel y Rafael.
- Roma: Bramante, Rafael y Miguel Ángel.
- Venecia: Giovanni Bellini, Tiziano y Giorgione.
El Renacimiento Fuera de Italia
La moda italiana se extendió por Europa, pero con versiones nacionales. El gótico tardío, la influencia flamenca y estilos locales (como el mudéjar en España) impidieron una imitación exacta del modelo italiano. Las etapas italianas (Quattrocento, Cinquecento y Manierismo) se mezclaron en el siglo XVI. La difusión del arte italiano se produjo por la presencia de artistas italianos en cortes europeas, artistas europeos en cortes italianas (Berruguete en Urbino, Durero en Venecia) y la presencia de estados europeos en Italia (Aragón en Nápoles, Francia y España en Lombardía, el Sacco de Roma).
El clasicismo tuvo un digno representante en Europa: Alberto Durero, artista alemán, grabador de dibujo preciso y atento a las innovaciones, especialmente en Venecia.