Estructura de los Anticuerpos
Los anticuerpos son glucoproteínas globulares denominadas inmunoglobulinas (Ig). Los más sencillos son las IgG, formadas por dos cadenas pesadas (H) y dos cadenas ligeras (L).
- Las dos cadenas ligeras (L) son idénticas (200 aminoácidos cada una) con dos dominios: uno variable en el extremo N-terminal y otro constante en el extremo carboxi-terminal.
- Las dos cadenas pesadas (H) son idénticas, con una región variable en el extremo N-terminal y tres constantes en el extremo carboxi-terminal.
Las cadenas se mantienen unidas por uniones no covalentes y covalentes (puentes disulfuro). La región variable H y L es el sitio de unión al antígeno o parátopo. Las regiones constantes son iguales para cada tipo de inmunoglobulina.
Clases de Inmunoglobulinas
- IgM: Son el 5 al 10% de los anticuerpos del suero.
- IgG: Son el 80% de los anticuerpos y el 20% de las proteínas plasmáticas totales. Proporcionan resistencia a largo plazo por ser la producida por las células B de memoria. A través de la placenta llegan al feto y también por la leche materna para proporcionarle inmunidad pasiva. Facilitan la fagocitosis.
- IgA: Son el 10% de los anticuerpos del suero. Además del suero, pueden aparecer en las secreciones. Aparecen en el calostro sobre todo, proporcionando inmunidad pasiva. Están formados por dímeros o trímeros.
- IgE: Se encuentran principalmente en la piel. Participan en fenómenos alérgicos estimulando a células cebadas y a los basófilos para liberar histamina.
Reconocimiento del Antígeno
Los linfocitos B, mediante receptores inmunoglobulínicos presentes en la membrana, reconocen zonas superficiales de proteínas que actúan como inmunógenos. Si estas proteínas se desnaturalizan, los anticuerpos generados frente a ellas no reconocen a las proteínas nativas sin desnaturalizar. Los anticuerpos generados por los linfocitos B reconocen las proteínas por su forma espacial, es decir, su estructura tridimensional.
Los linfocitos T responden al antígeno solo cuando las células presentadoras de antígenos lo presentan. Estas células fragmentan el antígeno antes de presentarlo en forma de pequeños péptidos. El reconocimiento mediado por linfocitos T no se ve afectado por la desnaturalización del inmunógeno. El reconocimiento de los linfocitos T responde al orden de los aminoácidos en la cadena de la proteína, es decir, a su estructura primaria.
En la superficie de los linfocitos T existen receptores (TCR) capaces de distinguir millones de estructuras antigénicas diferentes. Los TCR son proteínas formadas por dos cadenas polipeptídicas distintas, α y β. Cada una está formada por dos dominios, uno variable y otro constante. Los variables están implicados en la unión con el antígeno. El TCR reconoce una porción del antígeno proteico que ha sido procesado previamente en forma de péptido y presentado por una proteína de histocompatibilidad.
Respuesta Inmunitaria Frente a Patógenos Extracelulares
Tiene como objetivo destruir el patógeno y neutralizar sus productos. Colaboran los fagocitos y las proteínas del complemento, anticuerpos y proteínas de fase aguda que favorecen la fagocitosis. Además, se produce una respuesta inflamatoria local que facilita la llegada de defensas al foco de infección. La respuesta inflamatoria con vasodilatación, aumento de la permeabilidad de vasos sanguíneos hacia los tejidos con la llegada de células sanguíneas y anticuerpos. Las primeras células que presentan a los patógenos son los fagocitos. Los macrófagos actúan reconociendo y fagocitando directamente microorganismos sin necesidad de opsonización, y se activan diversos mecanismos destructivos. Los macrófagos que intervienen en la respuesta inflamatoria secretan citocinas e interleucinas que actúan induciendo fiebre.
Respuesta Inmunitaria Frente a Patógenos Intracelulares
En el caso de bacterias parásitas intracelulares, son fagocitadas por los macrófagos pero no digeridas por los lisosomas, para ello necesitan de los linfocitos T. Algunas de las células parasitadas son lisadas por células NK, pero como algunas también pueden sobrevivir extracelularmente se deben eliminar con anticuerpos y el sistema complemento o bien con macrófagos activados.
En el caso de virus, las células infectadas producen interferones que producen resistencia a las células vecinas. También intervienen las células NK que también reconocen las células tumorales.