Estructura de “El Segundo Sexo”
La obra está dividida en dos volúmenes:
- El primer volumen tiene tres partes.
- El segundo volumen tiene cuatro partes y la conclusión de la obra entera.
En el primer volumen, las mujeres son un objeto de estudio, mientras que en el segundo se describe cómo han vivido las mujeres a lo largo de la vida, su situación concreta, y cómo la asumen como sujetos. Al mismo tiempo, se evalúan las posibilidades de modificar su situación más adelante.
Volumen 1
Parte 1: Destino
Beauvoir considera tres discursos distintos (biológico, psicoanalítico y del materialismo histórico) que tienen como factor común el considerar que “ser mujer” tiene un modo de ser predeterminado por factores fisiológicos, psicológicos o económicos respectivamente, que no deja espacio para el desarrollo de la libertad, es decir, un destino.
Parte 2: Historia
Se lleva a cabo una regresión con el objetivo de sacar a la luz las causas que se encuentran en el origen de la situación de inferioridad vivida por las mujeres. Para esto, se retrocede a los tiempos primitivos en los que se asentaron las bases de esta jerarquización.
Parte 3: Mitos
Se analiza el importante papel que han desempeñado los mitos, creados por los hombres, en el modo de organización social que oprime a las mujeres, llamado patriarcado.
Volumen 2
Parte 1: Formación
Se enfoca en la cuestión de aprendizaje de la condición de mujer desde la infancia, dedicando especial atención al desarrollo de la sexualidad.
Parte 2: Situación
Recorre diferentes facetas de la experiencia de las mujeres: matrimonio, maternidad, relaciones sociales, etc.
Parte 3: Justificaciones
Se describen algunos de los mecanismos que usan algunas mujeres para realizarse individualmente en la sociedad desigual y destaca tres casos típicos: la narcisista, la enamorada y la mística.
Parte 4: Hacia la liberación
Considera los cambios requeridos para liberar a la mujer y que esta pueda gozar de las oportunidades que le fueron arrebatadas.
Dialéctica en “El Segundo Sexo”
Beauvoir traslada la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo a su estudio para realizar una comparación entre las relaciones de hombres y mujeres.
Hegel distingue en su dialéctica a dos figuras que mantienen una relación de necesidad recíproca y en la que distinguimos una figura opresora que somete (el amo) y una figura oprimida y sometida (el esclavo) que, además, no emplea esa necesidad que tiene el amo en su figura para definirse como amo para poder llegar a emanciparse.
El esclavo requiere de la protección del amo y les une una necesidad económica que además evita que este exija su libertad, ya que reconoce el prestigio del amo e interioriza la necesidad que tiene de este.
Esta dialéctica hace referencia a un tipo de movimiento desarrollado mediante la oposición de elementos (amo – esclavo) y que aplicado al ámbito de hombres y mujeres, Beauvoir emplea para explicar que, al igual que el amo y el esclavo, los hombres requieren como consciencias el reconocimiento que reciben de las mujeres por sus acciones. Dicho reconocimiento les otorga un prestigio que posteriormente llevará al varón al someter a las mujeres. Esta dialéctica la podemos observar en tres momentos de su relación en la que:
- Los varones hacen uso de su libertad para arriesgar su vida en acciones peligrosas.
- Las mujeres – relegadas al ámbito natural – reconocen el valor de dichas acciones otorgándoles un prestigio.
- Los varones someten a las mujeres gracias a ese prestigio y les ofrecen protección para mantenerlo.
Ambigüedad de la Condición Humana
Beauvoir afirma que la condición humana es ambigua, pues, por un lado, se encuentra la libertad, la existencia y la responsabilidad de hacerse en sus acciones, y por otro, todo aquello que los vincula como especie a su animalidad. La teoría del dualismo antropológico, la carne, que representa el aspecto menos humano y fisiológico; y el espíritu, que se refiere a la indeterminación de la conciencia que hace posible la libertad y la trascendencia. En el caso específico de las mujeres, pues como todo ser humano, son libertad autónoma, pero los hombres les han impuesto a vivir en dependencia respecto a ellos, que se consideran como únicos sujetos.
Existencialismo, Autenticidad y Mala Fe
El existencialismo entiende por autenticidad la actitud humana caracterizada por el reconocimiento y aceptación tanto de la libertad propia como la libertad de los demás. Asumir la existencia con autenticidad es una tarea ética porque requiere esfuerzo moral: se trata de una libertad que debe inventar sus propios fines sin ayuda y esto puede provocar angustia y tensión.
En contraposición, encontramos la mala fe, que supone autoengañarse por comodidad en relación a la realización libre de la existencia propia, ya que es huir de la libertad y convertirse en presa de las voluntades ajenas; esta huida es una falta moral, porque implica renunciar a realizar al difícil esfuerzo que requiere el autodesarrollo.
Servidumbres de la Reproducción
Cuando la autora habla de “las servidumbres de la reproducción” se refiere a que la mujer, en la época primitiva, era “sierva” de los embarazos casi continuos. Estos eran un obstáculo que las alejaba de determinadas tareas dentro del grupo (caza, defensa, etc.) que serían asumidas por los hombres, estableciendo así una diferencia fundamental en las posibilidades de desarrollo humano de ellas.
La Necesidad de Conciliar el Trabajo Productivo y Reproductivo
Beauvoir establece como necesaria la conciliación del trabajo productivo y reproductivo para conseguir la autonomía. Como ya ha indicado previamente, en las primeras tribus nómadas la mujer se veía condicionada por “las servidumbres de reproducción”, lo que provocaba que se encontrasen en estado la mayor parte de su vida. Con el avance de las sociedades y la incorporación de la mujer al mundo laboral, se encontró una situación de precariedad que afectaba principalmente a las mujeres y que, aunque le otorgaba cierta independencia económica, esta abusaba de ellas con salarios indignos y condiciones infrahumanas.
Otro aspecto a tener en cuenta son las relaciones heterosexuales y el nuevo factor que incide en las mismas: el embarazo no deseado. La sexualidad de la mujer se ve, por lo tanto, condicionada por una serie de factores que no permiten la misma satisfacción que a los hombres.
Para Beauvoir, es por lo tanto un motivo de mejora el desarrollo de los anticonceptivos seguros, lo que permitirá que las mujeres puedan controlar sus maternidades, ergo ya serán libres de acceder al mundo laboral sin la preocupación derivada de la gestación y así lograr la autonomía económica que llevará a su identificación como sujetos y emancipación.
Trascendencia e Inmanencia
La trascendencia es la superación como característica específica de los humanos, cuyo existir consiste en hacerse a sí mismos a través de proyectos propios escogidos desde la libertad dentro del contexto determinado en el que vivan.
Mientras que la inmanencia es una característica específica de las cosas y animales con definiciones cerradas sin ningún tipo de posibilidad a superarse, puesto que no tiene más posibilidades que lo que ya es.