Es característico de las sociedades desarrolladas la convivencia de varias culturas en un mismo lugar y país. El origen es, en gran medida, la inmigración. Necesita como condición un estado laico, es decir, sin religión oficial, lo que hace posible la convivencia de diferentes religiones con sus correspondientes costumbres morales.
Modelos de Integración Cultural
A. El modelo francés
Considera que para que el inmigrante se integre rápidamente, debe igualarse lo más posible al francés. Para ello, debe gozar de sus mismos derechos, libertades y oportunidades. Esto garantiza que cada uno pueda pensar por sí mismo, tener su propia moral, su propia religión, casarse libremente y participar en las elecciones. Por este motivo, se considera que símbolos como el burka, el velo islámico o la imposibilidad de hacer gimnasia deben ser rechazados del espacio público (escuelas, dependencias estatales, negocios cara al público) porque simbolizan la sumisión de la mujer a la religión, al padre o a los hermanos. También están prohibidas costumbres como los matrimonios obligatorios y la poligamia.
Los disturbios en los suburbios, las quemas de coches e instalaciones deportivas y culturales expresan que dichos derechos no se cumplen en su totalidad. El paro es elevado, la vivienda está muy degradada, se piensa que la escuela no sirve para nada y no hay protección contra la delincuencia. En estas condiciones, el peligro es el radicalismo de estos jóvenes y su orientación hacia la delincuencia y el islamismo radical. En los suburbios degradados se concentran los hijos de segunda y tercera generación de inmigrantes.
B. El modelo anglosajón
Predomina en países como Inglaterra, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá. Aquí se considera que para que el emigrante se integre, debe gozar de enorme autonomía en todos los ámbitos. A diferencia de Francia, puede elegir su área de residencia libremente, hay gran libertad para usar los lugares públicos y la propia ropa, y hay enorme libertad de culto. Para litigios y cuestiones relativas a la herencia o disputas matrimoniales, se permiten jueces propios.
El peligro es que se formen grietas donde es mayor el índice de paro, el fracaso escolar, la pobreza y la degradación de la vivienda, lo cual se convierte en caldo de cultivo para la violencia. Esta violencia no procede solo del suburbio, pero algunos estudios indican que se ha incrementado enormemente. Los atentados de 2005 mostraron que ni siquiera una segunda y tercera generación de hijos de inmigrantes se sentían tratados en igualdad, lo que propicia que las comunidades se encierren en sí mismas, se radicalicen y se hagan violentas, abrazando el islam.
Etnocentrismo
El etnocentrismo significa la creencia en la superioridad de una raza, basada en el desarrollo tecnológico y su aplicación al armamento. Sin embargo, no es cierto que haya existido una raza superior y que haya creado una cultura superior. No existe una relación directa entre raza y cultura. El número de razas es limitado, mientras que el de culturas es casi infinito. La gran revolución neolítica no fue una creación de la raza blanca, sino que se dio en áreas como Mesopotamia, Egipto, India y Latinoamérica. Según Lévi-Strauss, esta revolución fue tan importante como la científica de los siglos XIV y XV. Aunque la Revolución Industrial fue fruto de la raza blanca, la vanguardia de la investigación ha pasado al extremo oriente.
Relativismo Cultural
Las culturas son heterogéneas, todas tienen aspectos negativos y positivos, y no son estrictamente comparables. No se puede decir que unas sean superiores a otras. Por ejemplo, Estados Unidos tiene un gran desarrollo económico y técnico, pero en solidaridad, países europeos como Suecia, Noruega, Alemania y Francia son superiores, ya que la riqueza se distribuye sufragando sanidad, educación, vivienda pública y pensiones. En Estados Unidos, con un 5% de la población mundial, el 25% de la población total son reclusos. En países en vías de desarrollo como Latinoamérica, se valora fuertemente los vínculos sociales, los ancianos, los adultos y la vecindad.
Alta Cultura y Cultura Popular
A) Alta cultura
Es lo que se suele entender por cultura, integrada por saberes elaborados y complejos como la ciencia, la filosofía, la religión ilustrada, el arte, la literatura y la música. Durante siglos fue un monopolio de la aristocracia y la burguesía. En el siglo XIX, gracias a la escuela, se democratizó en gran medida, sobre todo a partir de 1960. Sin embargo, la escuela es un sistema selectivo donde fracasan mayoritariamente las clases populares. Según el informe PISA, el 75% del fracaso escolar recae sobre personas cuyos padres carecen de título universitario y tienen un bajo nivel económico.
B) Cultura popular
Son los saberes del pueblo, las técnicas fundamentales para la supervivencia: agricultura, ganadería, alfarería, construcción y pesca. Estos saberes eran desconocidos para la aristocracia y la burguesía. Su importancia radica en que han permitido vivir a la humanidad y desarrollarse. Lévi-Strauss señala que el descubrimiento de estas técnicas neolíticas fue tan complejo e importante como la Revolución Industrial y Científica. Gran parte de las construcciones históricas fueron realizadas por personas que habían comenzado a trabajar de aprendices. Con la organización científica del trabajo de Taylor y Ford, el saber pasó a manos de los ingenieros y de la burguesía.
La ideología de los trabajadores ha sido el marxismo, el anarquismo y el socialismo, que surgen de la experiencia del trabajo en la fábrica. Gracias a la agricultura popular y el saber sobre la producción, el trabajador pedía hablar de tú a tú a los propietarios. Al desaparecer dicho saber y dicha cultura, los trabajadores perderán parte de su poder.
La Percepción
La percepción, más que un reflejo fiel de la realidad, es una construcción cultural. La cultura nos hace ver cosas que no existen, como las apariciones milagrosas en el occidente cristiano. En culturas como la musulmana, donde no hay imágenes, no se producen apariciones. Si en el mundo budista o hinduista hubiera una aparición cristiana, no podrían reconocerla, ni nosotros a sus dioses.
3.2 Elementos de la percepción
La percepción es la suma de las impresiones de los sentidos más la cultura. El primer cigarrillo, la primera cerveza o el primer whisky generalmente resultan desagradables, pero con el tiempo somos capaces de disfrutar su consumo porque en nuestra cultura están valorizados. En otras culturas, como la islámica, se condena dicho consumo. Un suizo que vive en una cultura obsesionada por la limpieza y el silencio percibiría todo mucho más oscuro y sucio que los nativos en el tercer mundo, aunque la impresión visual sea igual para todos.