El existencialismo de Simone de Beauvoir y la crítica al determinismo en la condición femenina

1. El existencialismo de Simone de Beauvoir: Principios y crítica al determinismo

1.1. Contexto filosófico

Teoría de la personalidad de Freud

Freud aportó al conocimiento sobre la mente humana el concepto de inconsciente, aquella parcela del conocimiento no racional, de difícil acceso para el cerebro humano y que es la causa de gran parte de la conducta del ser humano.

Freud consideraba que la personalidad humana está constituida por:

  • El Ello: Impulsos que llevan al placer o son destructivos.
  • El Superyó: Conjunto de normas morales interiorizadas en la infancia y que reprimen el Ello.
  • El Yo: Conjunto de conductas y actuaciones que realiza el individuo para adaptarse al mundo tras la lucha del Ello y del Superyó.

Las dos primeras, Ello y Superyó, son inconscientes, mientras que el Yo es consciente.

El complejo de castración

Freud distingue seis fases de desarrollo de la personalidad: oral, anal, fálica, latencia, genital y adultez. En la etapa fálica, los niños pasan por el “Complejo de Edipo”, enamorándose de sus madres, y las niñas por el complejo de Electra, enamorándose de su padre. El complejo de castración es el sentimiento del niño que teme que el padre lo mutile para que no sea un rival. El niño reprime sus deseos para evitar la castración, desarrollando el Superyó. En las niñas ocurre una situación similar, creyéndose que han sido mutiladas.

Aceptación y crítica del materialismo histórico en Simone de Beauvoir

El materialismo histórico afirma que el ser humano es un ser social que se desarrolla a través de la acción. El ser humano actúa sobre su entorno y lo transforma. Por otra parte, la base de cualquier situación histórica es la estructura económica, la forma en que se distribuye el trabajo, los medios de producción y los bienes, el conocimiento técnico, elementos que generan las clases sociales.

Crítica del existencialismo al determinismo

El existencialismo es un movimiento filosófico de mediados del siglo XX en el que se encuentran Sartre y Simone de Beauvoir. El primer principio del existencialismo afirma que la existencia precede a la esencia, primero somos y luego existimos. El ser humano al nacer existe, pero no es nada porque nada ha hecho o actuado en este mundo, no ha tomado ninguna decisión. El ser humano al nacer tiene la misma naturaleza que el resto de los seres humanos, la biología no nos hace distintos unos de otros. Lo que nos diferencia, nuestra esencia, está en nuestra actuación y en la creación de nuestros propios proyectos. Y podemos elegir cómo hacerlo. Por ello, el ser humano es completamente libre y, por tanto, el único responsable de lo que haga de sí mismo.

Por otra parte, nuestras decisiones sobre nuestra vida implican a las demás personas al actuar y, en consecuencia, también somos responsables de la acción de los demás y de toda la humanidad. Esta responsabilidad genera angustia porque para elegir debemos renunciar a la vez a lo que no hemos elegido. Y porque, desde el ateísmo, solo depende del ser humano, estamos solos en esa decisión. Es una moral de acción y de compromiso con el mundo. El existencialismo niega el determinismo psicológico, social o económico que, según esta corriente, son excusas para no actuar.

El determinismo en la teoría psicoanalítica

Según Freud, la vida adulta del ser humano está determinada por los acontecimientos de la infancia, que marcan el desarrollo afectivo sexual y provocan traumas que condicionan la vida adulta. Sobre este punto, Simone de Beauvoir discrepa.

2. Método regresivo-progresivo en el análisis de la condición femenina

El método regresivo-progresivo es un método de investigación que aborda su objeto de estudio desde dos perspectivas:

2.1. Perspectiva analítica y regresiva (primer volumen de El Segundo Sexo)

Parte de la falta de simetría entre la feminidad y la masculinidad en la mayor parte de las sociedades. Lo masculino se ha identificado con lo humano y lo femenino con la “carencia” de determinadas características respecto a lo masculino. Estas carencias se asocian a la sexualidad específica de las mujeres, como si el cuerpo de la mujer estuviera lastrado, como un ser incompleto o defectuoso en comparación al varón. La humanidad es masculina y la mujer se define en relación al hombre. Beauvoir se propone conocer por qué ha sucedido esto, por qué la mujer se define con respecto al hombre y no al revés. Por qué el hombre es el sujeto y ella no. Ella no es esencial. Es la Alteridad, la Otra. Simone se pregunta por qué se ha dado la sumisión.

2.2. Perspectiva sintética y progresiva (segundo volumen de El Segundo Sexo)

Una vez se han analizado las causas de la creación de la asimetría y sometimiento de la mujer a lo largo de la historia, en este volumen se describe cómo se modifica esta situación, superando las distintas situaciones. Explica la formación o socialización de las mujeres y explica cómo la mujer puede liberarse.

3. Problematización de la categoría “mujer”: Concepto de mujer, eterno femenino y masculino

3.1. Uso contradictorio del término “mujer” según Simone de Beauvoir

¿Qué es una mujer? Es la pregunta de la que parte Simone y que le lleva a una duda radical sobre el concepto de mujer. En primer lugar, Beauvoir señala el uso contradictorio que se hace del término “mujer” cuando se vincula al hecho biológico, como hembra del ser humano, junto al hecho de considerar que hay unas más mujeres que otras, como si se pudiera medir si se es más o menos mujer. Esto se relaciona con la “feminidad”, cualidad que tendrán las mujeres en mayor o menor medida, como si tuvieran que tender hacia un eterno femenino (valor absoluto de la feminidad). Parece ser que el hecho de ser mujer no es suficiente para definir a las mujeres, que precisan de la cualidad de la feminidad.

3.2. Concepto de “feminidad” según Simone de Beauvoir

El eterno femenino supone un estereotipo falso que tiene como consecuencia la discriminación hacia las mujeres poco “femeninas”. La feminidad es un mito forjado a lo largo del tiempo y que empieza a desmoronarse a principios del siglo XX. Ser una mujer, desde el punto de vista tradicional, supone cualidades como la pasividad, dependencia, emotividad… y esto no es algo natural, sino el resultado de un proceso de aprendizaje que empieza desde el primer momento de la historia del individuo. “¡No se nace mujer, se llega a serlo!”.

Por ello, Simone de Beauvoir, cuando se habla de la mujer, no solo se habla simplemente de la hembra humana, sino del ser social al que llamamos mujer, y esto implica un ser que ejerce roles sociales. Tradicionalmente se ha asociado “ser mujer” a realizar funciones vinculadas al cuidado de los demás (hijos, mayores o dependientes) y se la ha excluido del ejercicio de otras funciones que se desligaban de la afectividad (el poder, la política, determinados trabajos, el deporte…). Esto se justificaba porque se les atribuyen características supuestamente naturales tanto para las mujeres como para los hombres.

Estas supuestas características naturales de la mujer eran la pasividad, la dependencia, emotividad, sensibilidad, afectividad, debilidad, necesidad de protección, frivolidad, incapacidad técnica, irracionalidad, gusto por la belleza. Sería el eterno femenino. En cambio, en el hombre se suponen las siguientes características naturales: capacidad de ejercer el poder, control de la emotividad, racionalidad, autonomía, capacidad de acción, gusto por el riesgo, rigor, seriedad, falta de sensibilidad, valentía. Sería el eterno masculino.

4. Lectura feminista de la dialéctica hegeliana del amo y del esclavo: La mujer como Otro en la sociedad patriarcal

4.1. La categoría hegeliana “Otro” en Simone de Beauvoir

Hegel explicó la relación entre amos y esclavos. Beauvoir tomó esta explicación para trasladarla a la relación hombre-mujer. Falta de simetría entre hombres y mujeres. Mujeres y hombres no son categorías opuestas, sino desiguales y asimétricas. Las mujeres tienen dependencia e inferioridad y pasan a la categoría de Otro. Los varones se afirman como sujetos, relegando a las mujeres al papel de las otras. Las mujeres se someten a un punto de vista ajeno, a los hombres.

4.2. Momentos en la relación entre hombres y mujeres

La relación hombre-mujer la compara a la dialéctica amo-esclavo en la que se suceden tres momentos:

  • Primer momento de la dialéctica: Riesgo/Libertad: Los varones arriesgan la vida en acciones peligrosas. No temen perder la vida, pueden decidir libremente sus propias acciones.
  • Segundo momento de la dialéctica: Las mujeres, que no pueden participar en esas acciones, reconocen este valor. Los varones obtienen el prestigio ante los demás, sobre todo, ante las mujeres. Ellas no han podido participar en las acciones libres de los varones porque tienen un fuerte vínculo con la naturaleza: la mujer es el ser que da la vida. La mujer es la Otra para el varón; no es reconocida por el varón como una igual.
  • Tercer momento de la dialéctica: Los varones someten a las mujeres aprovechando el prestigio del que disfrutan y les brindan protección para mantenerlo.

4.3. Causas por las cuales Simone de Beauvoir afirma que la situación de “vasallaje” no ha sido abolida

Esta relación de vasallaje no ha sido abolida por las siguientes causas:

  • Las mujeres no tienen los medios para agruparse en una unidad para oponerse. Las mujeres viven dispersas entre los hombres, no se identifican con otras mujeres. Para poder decir “Nosotras” se requiere de elementos identificatorios (pasado, historias, creencias) que las unan y las separen de los varones.
  • El vínculo entre los hombres y las mujeres no es comparable con otras relaciones. Los dos se necesitan uno al otro.
  • La relación de vasallaje proporciona ventajas no solo materiales, sino existenciales. Las mujeres no solo perderían lo material, sino su existencia, pues nunca han tomado decisiones sobre sí mismas.

5. Concepto de “sujeto situado”

Partiendo del concepto del existencialismo (punto 1c), El ser humano se encuentra en una situación determinada y no todas favorecen la libertad. La situación es el contexto complejo en donde debemos decidir los fines de la acción. Está compuesta de condicionamiento biológicos y sociales diversos: el propio cuerpo, el contexto histórico, económico, cultural, psicológico, etc. La opresión de los hombres ha ejercido sobre las mujeres a lo largo de la historia en la mayor parte de sociedades ha ido creando para las mujeres una situación que impide en mayor o menor medida la autonomía de las mujeres. Cuando las mujeres pierden la autonomía de su vida “cae en la inmanencia”. Supone cosificarse, hacerse objeto, degradarse. Deja de poder elegir la dirección de su vida y sin futuro. Si ya no puede cambiar, crecer como persona, no tiene capacidad de aportar a la Historia. El ser humano es siempre un sujeto situado porque ha de decidir para ser, pero situado porque esa decisión se realiza en un contexto concreto.

6.Propuestas de Simone para abolir el vasallaje y llegar a la liberación.

Simone de B. afirma que las mujeres tienen una situación ambigua porque como seres humanos tiene libertad y autonomía para decidir, pero se les ha impuesto que vivan en dependencia respecto a los varones, como si fueran los únicos sujetos. La filosofa indica que la condición humana es ambigua en general para ambos, hombre y mujeres, porque son, por un lado, libertad y autonomía y, por otro lado, animalidad vinculada a la especie. Este segundo aspecto es el menos humano más fisiológico y sobre él se pueden tomar pocas decisiones.Por ello, propone que ambos, debieran reconocer y aceptar la proyección del otro, procurando que mi libertad incluya la del otro.El cuerpo humano como cuerpo vivido Simone rechaza que las mujeres hayan sido sometidas por sus características biológicas especificas vinculadas a la reproducción. Critica las teorías que ha dado al hombre el papel activo de la reproducción. La biología no es determinante para el éxito del ser humano sin 
situarlas en un contexto histórico-social.Para Simone de Beauvoir, el cuerpo no es una cosa, es una situación, es la forma en la que captamos el mundo. El cuerpo humano es un cuerpo vivido, porque le acompañan unos valores propios de cada individuo que a su vez está en un contexto concreto. Por tanto, no es la biología la que ha diferenciado a la mujer sino el contexto cultural.Clave por la cual, según S. de Beauvoir, los varones someten a las mujeres El macho humano menos supeditado a la especie que la mujer, se dedica a trasformar el mundo, crea instrumentos nuevos, forja el futuro. Era casi necesario que las mujeres se sometieran, en vez de realizar una colaboración entre hombres y mujeres puesto que el hombre, refuerza su esencia en la alienación de la mujer.Factores que determinarán la evolución de la condición de las mujeres Dos factores van a determinar la evolución de las mujeres: la participación de las mujeres en la producción y la liberación de las servidumbres de la reproducción. La segunda es imprescindible para conseguir la primera. Por eso reivindica las prácticas