1. Bases Biológicas de la Sociabilidad Humana
1.1 Fundamentos Biológicos
Indeterminación instintiva: Todos los animales poseen una determinación instintiva muy completa que funciona como mecanismo de reacción y adaptación frente a la realidad. El ser humano carece de una pauta automática similar, por ello, muchas de las cosas que en otros animales son inmediatas, en el ser humano deben aprenderse. Este aprendizaje es posible gracias a la permeabilidad, la inteligencia y un cuerpo social.
Largo periodo de inmadurez: Un niño está totalmente indefenso y así se mantiene durante mucho tiempo. Esta inmadurez tan acusada y larga provoca que los adultos deban ocuparse por más tiempo de su manutención y cuidado.
Inexistencia de cualidades físicas destacables: Es posible afirmar que cada especie animal posee una cualidad física que favorece su supervivencia; el ser humano no tiene ninguna de estas cualidades por las que destaque.
1.2 Cooperación y Agresividad
La existencia de relaciones claramente competitivas o violentas ha promovido una doble discusión sobre su origen y si juegan alguna función en la organización y pervivencia del sistema social.
Agresividad y violencia
Algunos autores, como Thomas Hobbes, consideran que el ser humano es un ser esencialmente egoísta que solo busca el beneficio propio y provecho. Según Hobbes, lo natural entre los hombres es la competencia y la rivalidad, mientras que la cooperación y la solidaridad surgen de la conciencia de que es necesaria cierta organización para evitar una guerra constante.
Darwinismo sociológico
Corriente evolucionista que considera que el proceso de cambio inherente a toda comunidad constituye un proceso de mejora de la civilización. No solo los individuos y las especies evolucionan, también lo hacen las sociedades. Uno de los mecanismos que favorecen este progreso es la lucha por la supervivencia. También el conflicto es un mecanismo imprescindible para que la especie humana progrese.
Factores externos
Para algunos autores, la violencia y la conflictividad existentes en la vida social no son inherentes a la naturaleza humana. El ser humano no es agresivo y competitivo por naturaleza, sino por necesidad.
2. La Socialización
Es el proceso de aprendizaje mediante el que nos integramos en la comunidad de la que formaremos parte. Consiste en la adquisición e interiorización de las reglas, los principios y las costumbres de la cultura en la que vivimos. Esta asimilación permite que nos identifiquemos con nuestro grupo y nos sintamos miembros reales de él.
2.3 Agentes de Socialización
La familia
Constituye el primer y más importante agente socializador. Aunque el modelo familiar varíe de una cultura a otra, en todas cumple una función decisiva en la formación e integración de los niños en el ámbito social. La familia no solo tiene el deber de proteger y alimentar a los recién llegados, sino que además debe educarlos.
La escuela
La escuela es la institución constituida con el objetivo de educar y formar a los nuevos miembros de la sociedad. Cuando la cultura y los conocimientos que esta comporta se complican, como en la actualidad, ya no se puede dejar en manos de los padres.
El grupo de iguales
Grupo de individuos de la misma edad con los que el niño entrará en relación en la escuela y en otros ámbitos de su vida cotidiana. Es importante e insustituible. El contacto con otros individuos hace ver otras visiones y comprender problemas de otras familias o escuelas.
Medios de comunicación
Los medios de comunicación están ocupando un lugar cada vez más destacado en la formación de las nuevas generaciones. El niño tiene acceso a toda una serie de experiencias y conocimientos que, de otro modo, habría ignorado hasta mucho después.
3. La Relación Individuo-Sociedad
3.1 Definición de Conceptos
Individuo: En sentido etimológico, individuo significa “lo indivisible”. En sentido sociológico, es la unidad mínima que compone la sociedad y, por tanto, es su objeto último de estudio.
Sociedad: Todo grupo humano que tenga cierta unidad e independencia respecto a otros. Suele caracterizarse por ocupar un espacio propio bastante estable y por tener continuidad temporal.
Sociología: Es la ciencia social que se ocupa tanto de la sociedad como de los individuos que la integran. Pretende analizar y describir la realidad social y se propone criticarla y transformarla.
3.2 Valoración de la Relación
Colectivismo
Para esta concepción, el individuo es tan solo una pieza social, siendo sustituible y remplazable. El colectivismo tiende a promover formas de organización y gestión social encaminadas a buscar el bien colectivo. En esta búsqueda suelen escatimarse los esfuerzos por atender a los intereses y necesidades de los individuos concretos. Esto suele ocasionar una valoración del binomio individuo-sociedad en la que se enfatiza unilateralmente el peso de esta última y se trata al individuo como medio para su conservación y no como fin en sí mismo. El colectivismo exagerado puede provocar que el Todo social engulla y anule a sus miembros, como ocurre en los totalitarismos.
Individualismo
Según esta concepción, la sociedad no es más que un agregado o suma de individuos; por tanto, esta solo tiene sentido en virtud de los individuos concretos de los que surge. El individualismo se caracteriza por considerar que el individuo concreto, con sus necesidades, deseos y preferencias, está por encima de cualquier otra consideración, aunque esta sea promover el bien común. Por esta razón, fomenta virtudes individualistas. Esta concepción suele acompañar a una organización liberal, en la que el Estado no interviene y se limita a administrar los bienes comunes. Sin embargo, el liberalismo radical es criticado por egoísta e injusto. Puede enmascarar un sistema insolidario.
Humanismo
El humanismo se erige como alternativa válida entre el individualismo y el colectivismo, que intenta compaginar los aspectos positivos de ambas corrientes y evitar, en lo posible, los negativos. Sobre todo, intenta evitar la sobrevaloración de uno de los factores en claro detrimento del otro. Apuesta, pues, por el equilibrio entre interés colectivo y respeto por la individualidad, y lo hace favoreciendo un marco social que garantice su continuidad y estabilidad, como las libertades de cada uno. Este humanismo se inspira en las sociedades democráticas, persigue el bien colectivo y los intereses comunes.
3.3 Tensiones en la Relación Individuo-Sociedad
Rechazo
Se produce cuando el grupo social mayoritario no acepta ni reconoce a algunos de los individuos como miembros de pleno derecho. Normalmente suele originarse ante aquellas acciones que se consideran desviadas. La valoración es cultural y depende de cada grupo. Estas conductas pueden ser de muchos tipos, por lo que la respuesta social o tensión que producen será mayor o menor.
Autoexclusión
Es el fenómeno contrario al rechazo social. En este caso, es el individuo el que no se identifica con los parámetros de su comunidad. No se siente satisfecho con lo que le rodea y vive ignorando las normas culturales de su grupo debido a diversos factores. En cualquier caso, esta falta de aceptación de los parámetros culturales del grupo suele generar un rechazo por parte de esa misma sociedad.
Consecuencias
La marginación
Es resultado tanto del rechazo social como de la autoexclusión, y consiste fundamentalmente en una situación de aislamiento y segregación respecto al grupo mayoritario que se erige en representante del conjunto total de la sociedad. El marginado tiende a desarrollar estilos de vida no convencionales. Quienes sufren esto soportan, además, el oprobio social, graves deficiencias afectivas, económicas y culturales, ya que se ven desprovistos de condiciones de supervivencia básicas.
La violencia
Es tanto causa como consecuencia del rechazo social. La agresividad con la que algunos individuos se relacionan se sanciona con un rechazo expreso. Esta violencia tiene como expresión actos delictivos y también violencia gratuita, es decir, agresividad sin objeto ni explicaciones aparentes. Este último es característico de ciertas subculturas.