El Welfarismo Penal según Massimo Pavarini
Apartados 4 a 13
Pavarini plantea que la noción central de la criminología es el desviado, el individuo que rompe con el pacto social y se desvía de la norma, quien no coincide con los parámetros de las estadísticas generales, posee una escala de valores distinta de la mayoría y se califica negativamente frente a una norma. Se puede justificar en términos patológicos, pues es quien ha sufrido una mala socialización, una mala integración social. La desviación es sinónimo de no integración y pone atención en las causas que afectan esa adaptación, así surge un interés etiológico de rasgos sociales para explicar la disgregación social. La criminalidad no es más que una forma de desviación que ha sido criminalizada.
La ciudad se convierte en el escenario donde se representan los efectos sociales de las transformaciones económicas de la época. Las ciudades son receptoras de personas distintas en sus costumbres y valores. Desde este momento, la criminología pondrá en análisis a la gran ciudad y sus problemas de orden. Con el proceso de movilidad social y acumulación urbana crecen los niveles de desorganización social; y así también, los niveles de miseria y de criminalidad organizada. Hay quienes deciden afrontar estos problemas con una perspectiva orientada a su solución, afrontándolos como problemas de patología social que merecían terapia. Así nacen los patólogos sociales.
Los Patólogos Sociales y la Búsqueda del Equilibrio Social
Los patólogos sociales tienen la tarea de descubrir los mecanismos y los procesos a través de los cuales se puede alcanzar un equilibrio social. Plantean que la situación en la que vive la sociedad es una especie de simbiosis (la vida en común de los organismos de distintas especies dentro del mismo hábitat). Prestan gran atención a los conflictos que surgen de la disgregación social, y que indican un alto nivel de desorganización social e individual. Su investigación será de campo, dentro de los grupos sociales concretos y pretende ser de tipo pragmática (abordar los problemas y solucionarlos). Ya no es la cárcel o el manicomio el laboratorio de investigación, se trasladan hacia los guetos, la ciudad, el hábitat donde viven los sujetos en riesgo de ejercer conductas criminales. La fábrica comienza a ganar lugar, pues no es solo un ámbito cerrado donde se produce, sino que se ramifica dentro de la sociedad para ejercer un control sobre sus obreros que va más allá de su lugar de trabajo. Así se ejerce un control social.
El Estado de Bienestar y el Control Social
El Estado de Bienestar es un proyecto político y económico que tiende a organizar la vida social en torno a la racionalización del trabajo. Apunta a reducir la conflictividad social a través de dos objetivos:
- La reducción de las desigualdades económicas.
- El aislamiento, la guetización de las clases y de los sectores sociales inútiles (excluidos sociales).
En esta política, el asistencialismo es la forma principal a través de la cual se ejerce el control social. Esta nueva política de control social prioriza las medidas alternativas de detención, y pone atención a las estrategias de control en libertad: la probation, la libertad condicional y los servicios de asistencia en comunidad.
Crisis del Estado de Bienestar
Entre 1950 y 1960 se da una ruptura del modelo consensual, se afirma la existencia de una pluralidad de intereses en conflicto entre sí y se niega un acuerdo sobre algunos valores. Empezó a visualizarse un malestar social difuso: se desequilibró la relación entre población activa y población marginal. Este desequilibrio se produce por la reducción de la población activa frente a la gran cantidad de marginales y excluidos. Se dio un proceso de deslegitimación de la función del estado asistencial: ya no era capaz de satisfacer las grandes necesidades de la población marginal y ya no puede garantizar la paz social.
Modificaciones en la Política de Control Social
- No son los aparatos de control público los gestores de estas políticas, sino, por el contrario, la intervención privada: la familia, la beneficencia y la asistencia privada; y luego, el espíritu empresarial. Es un proceso de desinstitucionalización.
- Cambia profundamente la función de la cárcel; esta, como sistema portador de control social, nace con el sistema de producción capitalista, cumple la función de educar a los excampesinos y convertirlos en trabajadores a través de la disciplina del salario.
La cárcel como instrumento de socialización, se estructura de acuerdo a la política económica dominante y, por esto, es que cambia su organización interna (las formas y modos de explotación de la fuerza de trabajo de los presos). Pierde su función real y su primacía en la práctica del control, pues ahora las disciplinas y el control están en la sociedad. De practicar la destrucción y el aniquilamiento, la pena pasa a ser un instrumento de reintegración social para el transgresor. Este resarce el daño pagando con su propio tiempo, y al mismo tiempo, la pena es una disciplina que lo reintegrará a la sociedad como un sujeto dócil. La pena realiza el primer trabajo de control: retribuye y reeduca.
Dentro del estado de bienestar la cárcel reduce su población debido a que ya no es un instrumento de control social, y sobrevive siendo la única respuesta posible a las conductas de desviación y para aquellos sujetos en los que ha fracasado el control social de tipo no institucional. La cárcel moderna está orientada a sobrevivir como una cárcel de máxima seguridad y debería considerarse como la principal forma de cárcel del futuro. Está orientada a los detenidos encasillados como problemáticos, ya no pretende resocializarlos, reinsertarlos y reeducarlos solo en el plano laboral.