Infancia y Exclusión Social: Pobreza, Educación y Trabajo Infantil

Infancia y Exclusión Social

Naciones Unidas considera la pobreza como “una condición humana que se caracteriza por la privación continua o crónica de los recursos, la capacidad, las opciones, la seguridad y el poder necesarios para disfrutar de un nivel de vida adecuado y de otros derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales” (UNICEF, 2004). La forma de medir la privación grave en la infancia se debe aglutinar en las siguientes áreas:

  • Privación de la nutrición
  • Privación de agua
  • Privación de saneamiento
  • Privación de salud
  • Privación de vivienda
  • Privación de educación
  • Privación de información

Más de mil millones de niños se ven expuestos por lo menos a una forma de privación grave, mientras que unos 700 millones sufren dos o más formas de privación grave.

Causas de la pobreza infantil

  • Existencia de pobreza extrema a nivel general en el país
  • Propagación de enfermedades como el SIDA sin control
  • Gestión inadecuada de los asuntos públicos (corrupción)
  • Conflictos armados
  • Desigualdades en el acceso a los servicios, ya sea por renta o por localización geográfica
  • Situaciones de discriminación por etnia, género o discapacidad

Causas de la pobreza en países occidentales

  • Desempleo
  • Salarios insuficientes
  • Vivir con un solo padre que trabaje o que trabaje solo uno de ellos
  • Vivir en familias muy numerosas
  • Escasa incidencia de las ayudas a las familias por parte de los poderes públicos

Datos en España

  • FOESSA: 22% de la población española vive por debajo del nivel de pobreza (8,5 millones de personas)
  • Si atendemos a la edad: 34% de las personas que viven en la pobreza tiene menos de 19 años
  • UE: 19% (unos 19 millones de niños expuestos a pobreza). Respecto a España, la cifra de pobreza infantil se situaría en un 24%, de manera que nos estaríamos muy por encima de la media europea
  • EUROSTAT: países con menores porcentajes

Infancia y Educación

A nivel global, en los años 2005-06, podemos decir que alrededor de unos 93 millones de niños/as estaban desescolarizados a nivel de educación primaria, fundamentalmente en África Subsahariana y Asia meridional.

Los niños de los países más pobres presentan un mayor riesgo de estar excluidos de la enseñanza, tanto primaria como secundaria.

Pero no sólo debemos fijarnos en las diferencias que vienen marcadas por los niveles de escolarización, sino que además, si analizáramos los niveles de éxito o fracaso escolar, veríamos que aquellos niños que pertenecen a familias sujetas a diferentes problemáticas (pobreza, desestructuración…) presentan una mayor inadaptación escolar y menores rendimientos académicos; es decir, tienen más posibilidades de fracasar en la escuela. Junto con la pobreza, el nivel educativo de las madres, la ubicación geográfica y el género representan indicadores fundamentales para determinar la posibilidad de la asistencia a la escuela. En el caso del nivel educativo de las madres, los hijos de aquellas que han realizado algún tipo de formación escolar tienen más posibilidades de ir a la escuela. Respecto a la ubicación geográfica, los niños que residen en zonas rurales duplican el porcentaje de desescolarización frente a los que residen en zonas urbanas, entre otras razones por las distancias que tienen que recorrer los primeros para poder asistir al colegio. Por último, las diferencias de género es otro de los factores a tener en cuenta cuando se analiza la falta de escolarización: las niñas presentan menores niveles de escolarización que los niños, sobre todo a nivel de educación secundaria.

En lo que respecta a nuestro país, podemos decir que nos encontramos a la cabeza a nivel europeo en las tasas de escolarización de niños entre 3 y 5 años, con cifras cercanas al 100%. Las mayores diferencias que se presentan en nuestro país se relacionan con la etnia, la inmigración y el género. Así, un estudio del Defensor del Pueblo (2003) pone de manifiesto cómo entre el alumnado de origen extranjero las niñas presentan menores tasas de matriculación que los niños, sobre todo en el caso del colectivo magrebí, lo que se explica por factores de tipo cultural. Por otra parte, la fundación Save the Children pone de manifiesto cómo la situación de las niñas gitanas es especialmente difícil en la escuela, ya que el 90% de ellas abandonan la escuela al acabar secundaria.

Debemos ser conscientes de la importancia de lograr niveles de escolarización para toda la población en edad escolar. No podemos olvidar que la ausencia de escolarización no sólo expone a los menores a muchos más riesgos sociales (delincuencia infantil, por ejemplo), sino que al mismo tiempo cierra el círculo de la pobreza sobre ellos, dificultando las perspectivas de poder salir de ella. Es decir, aquellos menores cuyas familias se sitúan en niveles de pobreza presentan tasas más altas de desescolarización, lo que conlleva que la situación se perpetúe, ya que a su vez estos menores no se cualificarán para trabajar y poder salir de ella.

Infancia y Trabajo

La OIT (2004) estimó que existían alrededor de unos 317 millones de niños y niñas económicamente activos.

  • Por zonas geográficas: la peor situación está en África Subsahariana, seguida por Asia Meridional y América Latina y Caribe.
  • Un tipo de trabajo que impide a los niños poder recibir educación, que agrava sus problemas de salud, que les impide tener derecho al ocio y jugar, y en muchas ocasiones les deja sin la protección y los cuidados de su familia.