Análisis de “Esperando a Godot” de Samuel Beckett: Teatro del Absurdo y la Condición Humana

Textos Periodísticos: Características

1. La comunidad periodística es unilateral.
2. Emisores múltiples.
3. Receptores son sujetos colectivos.
4. Mensajes redundantes.
5. Códigos diversos: lingüísticos, tipográficos (negrita) e iconográficos (fotos).

Rasgos Morfosintácticos

1. Colocar el sujeto al final de la oración.
2. Alargamiento de las oraciones (-locuciones adverbiales y perífrasis – locuciones prepositivas y conjuntivas – expresiones redundantes – aposiciones).
3. Anglicismos y galicismos morfosintácticos.
4. Mezcla de estilo directo e indirecto.
5. Empleo de pasivas.

Rasgos Léxicos

1. Extranjerismos.
2. Neologismos semánticos.
3. Calcos semánticos.
4. Acrónimos y siglas.

Noticia

Texto emitido en la radio, la TV o la prensa, en el que se ofrece información sobre sucesos recientes. Puede contener fotos, dibujos… La información se organiza siguiendo el principio de relevancia.

Artículo de Opinión

Texto en el que se manifiestan opiniones sobre determinados hechos o situaciones. El autor aparece citado, se hace responsable de sus valoraciones y pretende influir en sus lectores. Combinan exposición y argumentación.

Rasgos del Artículo de Opinión

1. Referencias al emisor (1ª persona, desinencias verbales).
2. Adjetivos, adverbios y construcciones valorativas.
3. Sustantivos denostadores (-) / ponderativos (+).
4. Recursos expresivos.

Fue considerada como una de las obras fundamentales del llamado teatro del absurdo, nombre inventado a juicio de Ionesco cuando la crítica se encontró ante algo nuevo a lo que no sabía qué nombre darle. Esperando a Godot no es ni más ni menos que una obra realista. Asimilando lo mejor del pensamiento y del vanguardismo europeo crea la nueva tragedia del hombre contemporáneo.


Vladimir y Estragon

La obra clásica del teatro del absurdo presenta a dos vagabundos: Vladimir (Didi) y Estragón (Gogo) que esperan cerca de un árbol la llegada de Godot. Mientras esperan, pierden el tiempo con juegos verbales, haciéndose preguntas, pensando en suicidarse o marcharse, encontrándose y desencontrándose en el mismo lugar. Reciben, asustados, la visita de Pozzo y Lucky, un amo y un esclavo, y escuchan el largo monólogo que finalmente dice que el hombre y su cerebro, a pesar del progreso, se están encogiendo.

Luego reciben a un muchacho que les trae un mensaje de Godot. El segundo acto se desarrolla igual que el primero con algunas variantes. Al final de la obra, siguen esperando entre la alternativa de un Godot que nunca llega y un suicidio que nunca se consuma.


Samuel Beckett

Samuel Beckett (Dublín, 1906 – París, 1989), irlandés despatriado incluso en su idioma, pues escribe buena parte de su obra fundamental en francés, secretario de Joyce y Premio Nobel de Literatura (1969) es una de las cimas de la creación literaria en el siglo XX: él expresa no sólo un cierto límite de la escritura narrativa, llevada al extremo del desvanecimiento del lenguaje, sobre todo en su trilogía Molloy, Malone muere y El innombrable, sino la forma más cumplida de un teatro que tal vez inadecuadamente ha sido llamado teatro del absurdo y que, junto con el teatro existencialista y el teatro experimental representa una de las grandes líneas del teatro de posguerra.

Godot representa también la búsqueda humana del sentido de la vida. La batalla por encontrar significado es en sí misma insignificante para los existencialistas porque no existe tal sentido. La vida es absurda y sin sentido, y eso es lo que muestra la espera de Vladimir y Estragón.

La expresión dramática de Beckett conecta, por un lado, con la proclamación nihilista nietzscheana, a la vez que radicaliza los problemas del lenguaje expresados por Heidegger en Sein und Zeit (Ser y tiempo). Sin embargo, lo esencial, es que nos lleva al límite mismo de una experiencia de belleza que refulge en los límites de la palabra y de lo humano. Cuando se llevó a escena por primera vez Esperando a Godot en París en 1953 se valoró el estreno como el más importante al que había asistido en los últimos cuarenta años, aunque no faltaron voces críticas que lo censuraron o que reconocieron no haber entendido nada. El caso fue que antes de un año ya se habían realizado treinta montajes en Alemania y en tres fue traducida a veinte idiomas.


2.4 Sitúe al autor en su contexto histórico-literario

El teatro del absurdo va más allá de un teatro existencialista de posguerra que aún conserva ideas, mensajes, encarnaciones dramáticas de planteamientos filosóficos. Ahora, fundamentalmente a través de la obra de Ionesco y de Beckett, los recursos dramáticos están al servicio de una experiencia central que sí parte del existencialismo: el hombre es un Da-Sein, un Ser-ahí, un ser arrojado y abandonado a la existencia. No hay lógica en el mundo, y la vida está continuamente amenazada por la muerte. Somos seres-para-la-muerte, había dicho Heidegger.


Características del Teatro del Absurdo en el Fragmento

En este fragmento encontramos muchas de las características más notables del teatro del absurdo:

a) Dos personajes incompletos y frágiles, manejados por un destino que les excede, que a la vez que intentan comunicarse y ahuyentar el silencio ahonda el sentido radical de su soledad y constantemente están tentados de abandonarse, aunque es esa compañía, en última instancia, la única que hace más soportable una espera no se sabe muy bien de quién o de qué.

b) Una reducción de la acción dramática al mínimo (realmente ocurren muy pocas cosas significativas), que incrementa las sensaciones de angustia y de tedio de una existencia humana absurda.

c) Diálogos truncados, incompletos, que apuntan hacia la incomunicación humana.

d) Importancia de la gestualidad, que en este caso desmiente las palabras (ese patético final radical en el que ambos protagonistas proclaman su voluntad de marcharse, de salir de ahí, pero la acotación nos informa de que No se mueven).

e) La propia desnudez del escenario y el elevado simbolismo de cada uno de sus elementos apunta hacia esa sensación de vacío, de vértigo, de sin sentido.


3. COMENTARIO DE LOS ASPECTOS FORMALES

Conviene recordar que no existe narrador, y que la estructura externa de un texto dramático la constituyen las diferentes intervenciones de los personajes (la variedad discursiva será, pues, la dialogada) y las acotaciones que incluye el escritor (hay que comentarlas como un texto aparte); al mismo tiempo, hay que prestar atención a los cambios de escena, con las entradas y salidas de personajes, y a cualquier otra marca de carácter escénico (indicaciones sobre el decorado, el vestuario de los actores, los gestos que deben hacer, su tono de voz…). Asimismo, en los textos dramáticos existen una serie de elementos estructurales que, en buena medida, coinciden con los de la narración (acción-tiempo-lugar-personajes), lo cual es lógico si se piensa que tanto en un género como en otro…