Análisis de ‘La Celestina’

Versiones y autoría

La primera versión de esta obra aparece en 1499, anónima, dividida en dieciséis actos y con el título de Comedia de Calisto y Melibea. Poco tiempo después, se vuelve a publicar con varios añadidos:

  1. Carta-prólogo: El autor se dirige a un amigo y explica que encontró en Salamanca el primer acto de la comedia ya escrito y se decidió a continuar la obra. Además, dice que la intención del libro es advertir a los amantes sobre los peligros del amor, de los sirvientes malvados y de las alcahuetas. Es casi seguro que este suceso no es un recurso literario solo, sino que la comparación del lenguaje y el estilo, confirman la doble autoría.
  2. Poema acróstico: Dividido en octavas, en él se revela el nombre de autor, Fernando de Rojas, y se insiste en el propósito de la obra.
  3. Argumento: El autor explica la trama general de la obra.
  4. Versos del corrector de la impresión: se trata de unas coplas escritas por el humanista Alonso de Proaza.

A partir de 1502, la obra se edita con cinco actos más, un prólogo y el nuevo título de Tragicomedia de Calixto y Melibea. En este prólogo Rojas explica porque el autor del primer acto dio el título de comedia a la obra y él, teniendo en cuenta su trágico final, se decidió por el de tragicomedia. Por otra parte, aclara que la insistencia de algunos amigos para que alargase la historia de amor de Calisto y Melibea le llevó a introducir los cinco actos nuevos.

Fuentes y género

La formación y las lecturas de Fernando de Rojas están en el origen de La Celestina y explican muchas de sus características. Entre las fuentes literarias destacan las comedias romanas de Plauto y Terencio y el Pamphilus de amore. Su aportación fundamental a La Celestina es la aparición de la figura de la alcahueta, ya empleada por el Arcipreste de Hita en un episodio de su Libro de buen amor. En la obra de Rojas este personaje adquiere una profundidad y un protagonismo que no tenían sus precedentes.

Pero la fuente principal es la comedia humanística pensada para la lectura ante un público reducido y no para la representación. Así ocurre con La Celestina, que también comparte con este tipo de obras la verosimilitud y el no respetar las unidades dramáticas clásicas. De hecho La Celestina, especialmente en su primer acto, respondería plenamente a los patrones de este género.

Otras fuentes son la novela sentimental, cuyos elementos característicos como los amantes nobles, etc., son claramente parodiados en La Celestina. También obras castellanas como el Laberinto de Fortuna de Juan de Mena o el Libro de buen amor del Arcipreste de Hita.

Todas estas fuentes explican una de las peculiaridades de la obra de Rojas: la dificultad para determinar su género. Para algunos estudiosos se trata de una obra dramática, mientras que para otros es una novela dialogada. Los primeros utilizan como argumentos su título de Tragicomedia, que está escrita en forma dialogada, que utiliza apartes y que no hay narrador. Para los segundos, la extensión de la obra y su tratamiento del espacio y el tiempo la hacen irrepresentable. Tanto el propio Fernando de Rojas en el Prólogo, como el corrector Proaza en las coplas que cierran el libro, aluden a su lectura en voz alta.

Argumento

Calisto, un joven de elevada posición social, declara su amor a Melibea, quien en un primer momento lo rechaza. Aconsejado por Sempronio, uno de sus criados, Calisto recurre a los servicios de una alcahueta llamada Celestina. Gracias a sus artes mágicas y a su labia, consigue hacerse con una “prenda” de Melibea para Calisto. La alcahueta ha embaucado también a Pármeno, criado leal de Calisto, para ganarse su apoyo. Poco después, llamada por Melibea, va a su casa y entre ambas acuerdan un encuentro entre los dos jóvenes. Estos se declaran su amor y se citan para la noche siguiente. Pármeno y Sempronio matan a la alcahueta por negarse a compartir con ellos la remuneración que le ha entregado Calisto, y son ajusticiados. El protagonista acude a la noche siguiente al huerto de Melibea, donde consuman su amor. Pero al tratar de ayudar a unos sirvientes en peligro, bajando el muro, cae y muere. Deshecha por el dolor, la joven confiesa a su padre Pleberio su amor por Calisto y se suicida arrojándose desde la azotea de su casa. Pleberio comunica a su esposa Alisa todo lo ocurrido y pronuncia un planto o lamento que da fin a la obra.

Temas e intención de la obra

Los principales temas que se tratan en La Celestina son los siguientes:

  1. El amor: Es el asunto central de la obra, visto desde diferentes perspectivas. Aparece como una enfermedad con síntomas como enajenación mental, pérdida del apetito, etc., los cuales muestra Calisto de forma exagerada. Con su comportamiento egoísta hacia Melibea, representa una caricatura del amor cortés. Por otro lado, este amor encubre en Calisto un deseo sexual que se presenta sin tapujos en los criados, en las prostitutas y en la propia Celestina. Existe también en la obra un amor sincero que siente Melibea, que tiene que ver con el hechizo amoroso de Celestina.
  2. La muerte: En el caso de Melibea y de Calisto aparece como una consecuencia del amor ilícito y de la lujuria. En el caso de los criados y de Celestina, se presenta como resultado de la codicia y de la avaricia. La muerte, en general, aparece mencionada muchas veces como premonición, y en efecto, es el final que espera a todos los personajes que se han dejado llevar por pasiones inmorales.
  3. La fortuna: Aunque son habituales las alusiones a la fortuna entendida como suerte cambiante, de la lectura de la obra se desprende la idea de que cada uno labra su propio destino. La “caída” en pasiones irracionales o pecaminosas conduce a la muerte.
  4. Otros temas: Aparecen otros asuntos como la hechicería, la honra, el dinero, etc., relacionados con la cambiante realidad de la época.

No es fácil determinar la intención de esta obra, en muchos sentidos ambigua. Atendiendo a los textos preliminares y las coplas que acompañan a la Tragicomedia, predomina una interpretación de ella como obra didáctico-moral. Intenta advertirnos acerca de las consecuencias de la pasión amorosa y prevenirnos contra los criados traidores y las alcahuetas, en un tono frecuentemente irónico y humorístico, que entretiene y divierte.

Personajes

La riqueza de los caracteres que aparecen en La Celestina es sin duda otro de sus logros literarios. Los principales personajes son:

  1. Calisto: Es un caballero joven y adinerado, cuya figura es una parodia del amante cortés de las novelas sentimentales, especialmente de Leriano, protagonista de la obra Cárcel de amor. Al igual que Leriano, Calisto está enfermo de amor, pero a diferencia de él se comporta de manera indiscreta, sin preocuparse por la honra de Melibea. Aunque es un personaje bastante plano, muestra al final un rasgo de generosidad al acudir en auxilio de sus criados. Ello provoca el accidente que le cuesta la muerte, por otra parte impropia de los nobles amadores literarios.
  2. Melibea: Heredera única de una familia rica, presenta un carácter más profundo. Aunque en un primer momento rechaza a Calisto, demuestra luego un amor verdadero, sin que sepamos si ya se sentía atraída por él o si en su enamoramiento influye el hechizo de Celestina. Este amor y la desgracia que le da fin hacen que acabe revelando a su padre su verdadera pasión. Su apasionamiento le lleva a preferir el suicidio, considerado un grave pecado, a una vida sin su amado. Se trata de una mujer joven y con carácter, de la que físicamente se ofrecen dos descripciones contrapuestas: la que hace Calisto, que responde a los cánones de belleza femenina de la época, y la que realiza Areúsa, que tacha su hermosura de artificial y carente de proporción.
  3. Celestina: Su figura, heredera de una larga tradición de alcahuetas literarias (como la Trotaconventos del Libro de buen amor), es la que presenta un carácter más individualizado y complejo. Conocemos su pasado, sus múltiples oficios (siempre vinculados a los bajos fondos de la sociedad), sus oscuras habilidades brujeriles y muchos otros detalles de su personalidad. De ellos quizá los que más destaquen sean su codicia, que provoca la ira asesina de Pármeno y Sempronio, y su capacidad para conocer el estado de ánimo de los demás y manipularlos con su hábil discurso.
  4. Pleberio y Alisa: Los padres de Melibea son los otros dos personajes que pertenecen a una clase social alta. Desconocen el verdadero carácter de su hija, a quien ven como una doncella dócil e inocente. Alisa se muestra muy imprudente al dejar que Melibea se entreviste con Celestina, pese a los avisos de su criada Lucrecia. Pleberio ve en su hija a una heredera con cuya muerte su riqueza se pierde para siempre, y no es capaz de percibir su responsabilidad en el desastroso final, del que culpa a la fortuna caprichosa.
  5. Sempronio y Pármeno: Representan al principio el tradicional dúo del criado traidor y el criado fiel que ya aparece en la comedia romana. Una vez corrompido Pármeno por Celestina, el comportamiento de ambos se convierte en una muestra de los valores que mueven a la mayoría de los personajes: la ambición de riqueza, el engaño, el individualismo y la lujuria.
  6. Elicia y Areúsa: Son dos prostitutas que pertenecen a ese mundo social de los bajos fondos en el que se experimenta un fuerte resentimiento hacia los ricos. Sus relaciones con los dos criados son, en ocasiones, un contrapunto grotesco del amor entre Calisto y Melibea.

Estilo

Fernando de Rojas emplea los recursos propios del género dramático:

  1. Diálogos: Presentan dos variedades: por un lado, se dan rápidas y vivas conversaciones que aportan dinamismo a la acción; y, por otro, largos parlamentos en los que se habla sobre los temas más importantes de la obra.
  2. Monólogos: Suelen ser extensos, ayudan a conocer mejor el carácter de los personajes.
  3. Apartes: En ellos uno o varios personajes dicen algo en voz baja que sus interlocutores no captan o entienden a medias. Suelen producir un efecto humorístico y permiten conocer la verdadera intención de los personajes.

Otro rasgo estilístico es el uso constante de proverbios y sentencias extraídos de autores clásicos, que los personajes emplean como apoyo de sus razonamientos, distorsionándolos a menudo.

El autor reproduce en el libro el estilo llano y coloquial de los criados y prostitutas, y el elaborado lenguaje literario de las clases altas, habitual en las novelas sentimentales.

Los criados son capaces de hablar a veces con ese estilo elevado y altisonante que las preceptivas poéticas recomendaban para los nobles, rompiendo excepcionalmente con el llamado decoro poético.