Análisis de la Obra de Cervantes: Entre la Tradición y la Innovación

Características de la Obra de Cervantes

La obra de Cervantes tiene una fuerte influencia clásica en su formación cultural, abordando temas debatidos en su época, como la naturaleza de la verdad, la imitación, la verosimilitud y el papel del lector en la interpretación de la obra. Su preocupación por reformar el teatro y la narrativa surge de la renovación lírica en el Renacimiento y su formación humanista, que le inculcó curiosidad e inquietud por la mejora de lo conocido.

Cervantes logra el perspectivismo en su propuesta, permitiendo al lector acercarse a la obra desde distintas lecturas. Adopta la verosimilitud como una característica clave, buscando que sus relatos sean creíbles tanto en la acción como en la expresión. Cada personaje se manifiesta con el registro adecuado, demostrando el decoro ensalzado por los clásicos y exhibiendo el perfecto manejo de distintos registros de habla.

Lírica

Cervantes inició su relación con la literatura a través de la lírica, siendo discípulo de López de Hoyos en 1568. Su primer intento poético fue unas exequias en verso en honor a la reina Isabel de Valois, pero su partida a Italia interrumpió su faceta de poeta. Su contacto posterior con la poesía se limitó a estrofas en obras de amigos, composiciones en verso en sus obras de teatro y prosa, y la publicación de en 1614. Esta obra, una alegoría en tercetos, refleja sus lecturas e influencias, presentando un viaje mítico a través de la poesía con reflexiones literarias, juicios de valor sobre autores de la época, y un tono irónico que se entrelaza entre la burla y la gloria. La estructura incluye prólogo, ocho partes con composiciones y un apéndice final.

Comedias

Cervantes se sintió atraído por las nuevas formas teatrales de Italia y admiró las obras de Lope de Rueda. Buscando fama y recursos económicos, intentó reformular el teatro y competir con Lope de Vega. Su propuesta es clasicista, respetando las unidades de espacio, tiempo y acción, y dando libertad a los protagonistas. En sus obras tempranas, como y , sigue principios aristotélicos, cuidando la verosimilitud y el decoro. Aunque inicialmente clasicista, incorpora elementos paródicos, a veces burlándose de Lope y otras apropiándose de sus éxitos. A pesar de los cambios, el teatro cervantino resulta poco resolutivo y demasiado simbólico para un público que buscaba principalmente entretenimiento.

Teatro

Cervantes se sintió atraído por las nuevas formas teatrales de Italia y admiró las obras de Lope de Rueda. Buscando fama y recursos económicos, intentó reformular el teatro y competir con Lope de Vega. Su propuesta es clasicista, respetando las unidades de espacio, tiempo y acción, y dando libertad a los protagonistas. En sus obras tempranas, como y , sigue principios aristotélicos, cuidando la verosimilitud y el decoro. Aunque inicialmente clasicista, incorpora elementos paródicos, a veces burlándose de Lope y otras apropiándose de sus éxitos. A pesar de los cambios, el teatro cervantino resulta poco resolutivo y demasiado simbólico para un público que buscaba principalmente entretenimiento.

Entreméses

Los entremeses de Cervantes, piezas cómicas breves representadas durante los descansos de obras extensas, heredan la tradición de los pasos de Lope de Rueda. Su objetivo principal era entretener al público que no podía abandonar la sala. Cervantes logra acercarse al espectador al incluir elementos folclóricos y personajes de las clases populares y marginadas en sus tramas. A través de estos entremeses, ofrece un retrato de un Imperio en descomposición y de la realidad menos glamurosa, abordando temas como la impotencia de un anciano casado con una joven, el desmoronamiento del Imperio con un ejército hambriento, o la absurda mentira por miedo a ser acusados. Estas situaciones se presentan con humor y expresión popular, utilizando voces polifónicas y diversas formas de discurso para exponer de manera verosímil los conflictos representados. Algunos entremeses incorporan expresiones propias del lenguaje de germanía y del hampa, buscando la complicidad y la risa del espectador a través de situaciones cercanas presentadas desde un enfoque disparatado y satírico.

Don Quijote de la Mancha: La Novela Moderna

de Cervantes redefine la narrativa y se convierte en la novela moderna más universal de la literatura hispana. La obra consta de dos partes, siendo la primera publicada en 1605 y la segunda en 1615. La historia sigue a Alonso Quijano, un hidalgo obsesionado con los libros de caballerías, que decide emular a los héroes de estas obras. Con el avance de la trama, busca la compañía de Sancho Panza como su escudero y crea una realidad inventada en la que se convierte en un caballero errante. Este enfoque hace que los demás personajes también participen en sus aventuras, convirtiéndolas en verosímiles desde la perspectiva de don Quijote, destacando así uno de los logros cervantinos: la creación de un personaje de la novela moderna. La segunda parte, , publicada diez años después, presenta cambios sustanciales y refleja dos formas distintas de entender el género. Don Quijote se convierte en un símbolo universal de la literatura, destacando por la firmeza de su voluntad y su creencia en sus hazañas. La estructura de ambas partes sigue una organización lineal con salidas del personaje, aventuras en el camino, y un retorno a su aldea al final.

1. La Primera Parte

La primera parte de , publicada en 1605, contiene numerosos episodios divertidos que se han convertido en lugares comunes de la literatura universal. Desde la quema de libros hasta la transformación de molinos de viento en gigantes enemigos, rebaños en ejércitos, y ruidos desconocidos en aventuras misteriosas, la obra destaca por su ingenio y humor. En el inicio, se aborda la necesidad de don Quijote de adoptar una imagen externa que coincida con la de los héroes de sus lecturas. Se destaca el mecanismo utilizado para justificar sus excentricidades, ya que lo difícil para él no es dar forma material a su necesidad, sino lograr que los demás lo vean de la misma manera. Esto le obliga a buscar argumentos para defender sus acciones y convencer a quienes lo rodean, todo con el fin de garantizar la fama que busca alcanzar.

2. La Segunda Parte

La segunda parte de , publicada en 1615, continúa la historia desde donde terminó la primera. Don Quijote, habiendo logrado la fama que buscaba, se enfrenta a un nuevo conflicto: su notoriedad no se corresponde con la imagen que él desea para su personaje. Ahora, en lugar de buscar un público cómplice, debe desmontar la fama errónea para ser respetado. La estructura de la segunda parte es más elaborada, centrándose en las aventuras de don Quijote y Sancho, eliminando las injerencias de otros personajes. La introducción de la realidad se da con la publicación de una continuación falsa escrita por Alonso Fernández de Avellaneda en 1614. Esta circunstancia convierte al libro, su publicación y comentarios, en un elemento significativo de la historia. El deseo de don Quijote de emular a los héroes medievales lleva a forzar la realidad, y el relato de sus hazañas, convertido en un libro publicado, establece coherencia estructural entre ambas partes. El plagio de Avellaneda, inicialmente problemático para Cervantes, termina siendo beneficioso para su obra.