Análisis de la poesía renacentista española del siglo XVI

Rasgos de la poesía petrarquista

  • La poesía debía basarse en la recreación de modelos prestigiosos y el autor debía inspirarse en fuentes diversas, practicando la imitación compuesta.
  • El tema fundamental es la experiencia amorosa. Se trata, sin embargo, de una nueva concepción del amor, marcada por el neoplatonismo: la belleza de la amada, reflejo de la belleza divina.
  • La temática amorosa aparece, a menudo, asociada a la mitología grecolatina (la identificación del emisor con un personaje mitológico como vehículo para la expresión de sentimientos) y la descripción de una naturaleza idealizada (locus amoenus) como marco de expresión de esos sentimientos.
  • Formalmente, la poesía petrarquista incorporó nuevos metros (endecasílabo y heptasílabo), estrofas (lira, octava real, estancia, tercetos encadenados) y poemas estróficos (sonetos). Se caracterizó por la naturalidad en la expresión y por la voluntad de provocar la sensación de que el poema transmitía una emoción auténtica.

Obra de Garcilaso de la Vega

  • Treinta y ocho sonetos, más otros dos de atribución dudosa, y cuatro canciones. Estos poemas configuran, en realidad, un cancionero petrarquista que no pudo culminarse ni ordenarse debido a la prematura muerte del autor.
  • La oda Ad florem Gnidi (A la flor de Gnido), escrita a imitación del poeta latino Horacio, con la que Garcilaso introduce la lira en la poesía castellana.
  • Dos elegías (en tercetos encadenados) y una epístola (en endecasílabos sueltos).
  • Tres églogas de ambientación pastoril.

1. Los sonetos

Mitología

En algunos sonetos, el yo poético se identifica con personajes de la mitología:

  • XII (el emisor no puede refrenar la pasión, se identifica con Faetón o Ícaro).
  • XIII (se compara con Apolo, que se convierte en laurel cuando Dafne lo rechaza).
  • XV (se mide con Orfeo, capaz de alterar con su llanto el orden de la naturaleza).
  • XXIX (recrea la historia de Leandro, que cada noche cruza el mar Helesponto para reunirse con su amada Hero).
  • XI (las ninfas son confidentes del yo poético).

Experiencia amorosa

Se exploran los diferentes matices de la experiencia amorosa:

  • El dolor que causa la ausencia de la amada (VIII, XXXVII)
  • La voluntad de reencontrarse con ella tras vencer los obstáculos (IV)
  • El sufrimiento al recordar la felicidad perdida (X)
  • Los celos (XXX, XXXI, XXXIX)
  • El alivio al liberarse del yugo de la pasión (XXXIV).

En algunos, Garcilaso explica el proceso de enamoramiento y la naturaleza del amor.

El amor se identifica con un hábito (sonetos V y XXVII), en su doble sentido de costumbre y de prenda que porta quien profesa una fe.

Muerte de la amada

Siguiendo el modelo del Cancionero de Petrarca (estructurado en poemas in vita e in morte de madonna Laura) algunos sonetos (XXV, XXVI) presentan el dolor por la muerte de la amada y el deseo de reencontrarse con ella en el más allá.

Amigos

Algunos sonetos están dedicados a sus amigos: Juan Boscán (XXVIII, XXXIII), Mario Galeota (XXXV) y Julio César Caracciolo (XIX), como confidentes de sus amores, o bien a su hermano muerto (XVI).

2. Las elegías y la epístola

  • Garcilaso recurre a un tono confesional, intimista, que las convierte en antecedentes del moderno ensayo en prosa:
  • La primera elegía, en tercetos encadenados, es un poema funeral dedicado al hermano del duque de Alba.
  • En la segunda, también en tercetos encadenados, se dirige a su amigo Juan Boscán para reflexionar sobre el amor y los celos.
  • La epístola, en endecasílabos sueltos y también dirigida a Boscán, es una celebración de la amistad.

3. Las églogas

  • Una égloga es una composición protagonizada por pastores que dialogan en el marco de una naturaleza idealizada, donde expresan sus quejas por un amor no correspondido o por la muerte de la amada.
  • Garcilaso construye sus tres églogas inspirándose en fuentes diversas, en un claro ejemplo de imitación compuesta.

Égloga I

Escrita en estancias de catorce versos, se organiza en dos partes:

  • En la primera, el pastor Salicio, rechazado por Galatea, expresa su dolor en doce estrofas rematadas por el estribillo.
  • En la segunda, de igual extensión, Nemoroso se lamenta de la muerte de su amada Elisa.

La obra reúne las dos secciones (in vita e in morte de la amada) características de los cancioneros petrarquistas. Los personajes encarnan, respectivamente, las dos causas del sufrimiento amoroso: el desamor y la pérdida.

Égloga II

Alterna tercetos encadenados, estancias y endecasílabos con rima interna, y es la más extensa y compleja. Reaparecen Salicio y Nemoroso, a los que se une el pastor Albanio, que experimenta una pasión erótica por Camila. Rechazado por esta, enloquece, y, al contemplarse en las aguas de una fuente, no se reconoce.

Nemoroso realiza una apología de la casa de Alba, en particular, del gran duque Fernando Álvarez de Toledo. La vida militar, el honor o el sentimiento del deber parecen ofrecerse como remedio a los desvaríos de Albanio.

Égloga III

Formada por cuarenta y siete octavas reales, está protagonizada por las ninfas del río Tajo, que tejen cuatro tapices en los que se cuentan otras tantas historias de amores desgraciados: Orfeo y Eurídice, Apolo y Dafne, Venus y Adonis, y Elisa y Nemoroso, consumando, así, el proceso de auto mitificación del autor. Al final del poema, intervienen los pastores Tirreno y Alcino, quienes expresan alternativamente sus amores hacia Flérida y Filis.

Poesía de la primera mitad del siglo XVI

En la segunda mitad del siglo XVI, conviven en España diversas tendencias poéticas.

Poesía petrarquista o italianizante de asunto amoroso

En esta línea se inscriben los poetas Francisco de la Torre, Hernando de Acuña, Francisco de Figueroa o Fernando de Herrera, quienes toman la obra de Garcilaso de la Vega como modelo de imitación.

Poesía espiritual o ascética-mística

Esta tendencia da cauce poético a la reflexión moral o existencial, al anhelo o a la vivencia de la unión con la divinidad. El clima de espiritualidad promovido, primero, por los movimientos de renovación religiosa y, más tarde, por la Contrarreforma católica constituye el caldo de cultivo de este tipo de lírica. Sus principales representantes serán fray Luis de León, san Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y Francisco de Aldana.

Poesía épica

La épica culta tuvo un amplio desarrollo en Europa durante el Renacimiento, con obras como Orlando enamorado (1486), de Matteo Boiardo, Orlando furioso (1516), de Ludovico Ariosto, y Os Lusíadas (1572), del portugués Luís de Camões. En España, la obra más importante del género épico es La Araucana, escrita por el poeta y soldado Alonso de Ercilla (1533–1594). Escrita en octavas reales, relata las luchas entre conquistadores españoles y nativos mapuches en la Guerra de Arauco.

Fernando de Herrera

Escribió uno de los primeros textos de crítica literaria en castellano: “Anotaciones a las obras de Garcilaso”. Analiza minuciosamente la poesía del escritor toledano, demostrando un conocimiento exhaustivo de sus fuentes italianas.

En su obra poética destaca la lírica amorosa. La destinataria de sus composiciones es doña Leonor de Milán, (esposa de un mecenas que protegió a diversos poetas y artistas andaluces, entre ellos al propio autor).

La poesía de Fernando de Herrera no debe interpretarse, sin embargo, en clave autobiográfica. El escritor pretende componer un cancionero petrarquista, de inspiración neoplatónica, en el que la amada, a la que denomina Luz, Lumbre o Sol, es reflejo de la belleza divina.

Es el iniciador en la poesía española del movimiento del manierismo, que se caracteriza por un estilo ornamentado, con abundantes recursos estilísticos y un léxico refinado e inusual.

Fray Luis de León

Fray Luis de León constituye el perfecto ejemplo del humanista cristiano, que trata de conciliar la admiración por los clásicos grecolatinos con la religiosidad y con un profundo conocimiento de los textos bíblicos.

Nació en Belmonte (Cuenca), y estudió en Madrid y en Valladolid.

Fraile agustino y catedrático en Salamanca, fue acusado de traducir del hebreo textos bíblicos hebreos.

Para evitar desviaciones e interpretaciones heterodoxas, el Concilio de Trento había consagrado como única versión auténtica de la Biblia la traducción latina realizada por san Jerónimo en el siglo V (Vulgata).

En realidad, tras los cargos que se imputaron a fray Luis se escondían envidias y rencillas universitarias, y recelo por su ascendencia judeoconversa.

Después de pasar más de cuatro años en prisión (1572–1576) fue absuelto.

Murió en Madrigal de las Altas Torres (Ávila).

Las odas

Es lo más destacado de su poesía. Son veintitrés, compuestas en su mayor parte en liras.

Se sirve de las innovaciones métricas incorporadas por Garcilaso, si bien renuncia a la temática amorosa petrarquista.

El tema central es el deseo de huida del mundo (el suelo), que se percibe como un lugar sombrío y hostil para alcanzar, mediante un movimiento ascendente que lo conduce al cielo, la armonía y paz espiritual.

Clasificación

Odas de intención moral

Proponen un ideal de virtud basado en el deseo de apartarse del mundo y de evitar las pasiones para, en la soledad de la naturaleza o del estudio, encontrarse con uno mismo y lograr la serenidad interior. Aparecen tópicos como beatus ille, locus amoenus…

Odas religiosas

Poetiza un anhelo de unión con la divinidad cercano a la mística.

Su estilo se caracteriza por el uso de metáforas, encabalgamiento e hipérbaton.

San Juan de la Cruz

Obra lírica

Noche oscura del alma

Un yo femenino escapa de casa, en la madrugada, para reunirse con su amado.

Cántico espiritual

Está formada por treinta y nueve liras que desarrollan una leve acción: la esposa pregunta por su amado a los pastores y a la naturaleza; finalmente, lo encuentra y ambos consuman reiteradamente su amor.

Llama de amor viva

En esta composición se expresa de forma directa el goce del alma en comunicación con Dios.

Fuentes

La obra poética de San Juan se puede entender como una síntesis de tradiciones literarias:

  • Literatura bíblica: recibe la influencia del Cantar de los Cantares.
  • Lírica tradicional: Tanto Noche oscura del alma como buena parte del Cántico espiritual presentan un emisor ficticio femenino.
  • Poesía petrarquista: De esta tradición renacentista toma las estructuras métricas o la ambientación pastoril.

Estilo

Abundancia de símbolos y oxímoron.