Análisis del Barroco Español: Entre el Conceptismo y el Culteranismo

Contexto histórico del Barroco

El Barroco emerge en un período histórico caracterizado por una profunda crisis social, política y económica en Europa. Este periodo, que abarca desde finales del siglo XVI hasta el inicio del siglo XVIII, se ve marcado por una serie de conflictos políticos y guerras que afectan tanto a España como al resto del continente. La Contrarreforma, impulsada por la Iglesia Católica, busca reprimir el avance del protestantismo, mientras que la administración centralizada choca con la corrupción y la pérdida de poder de la Corona española.

En medio de este contexto, la sociedad experimenta una transformación significativa. La nobleza, antes ligada al uso de las armas, comienza a valorar más las artes y las letras como medio de ascenso político. Por otro lado, la burguesía, aunque escasa y concentrada en ciudades comerciales, no logra tener un impacto significativo en la reflexión intelectual debido a su falta de inversión en la educación y la investigación.

La situación económica empeora con la retracción en la productividad agrícola, la decadencia de la ganadería y la industria, y la expulsión de los moriscos, lo que contribuye a una fuerte crisis económica. A esto se suma una serie de epidemias que diezman la población, como la peste, y una alta tasa de desempleo y pobreza entre la clase trabajadora.

En medio de esta decadencia generalizada, surge un pesimismo y derrotismo que se refleja en la producción artística y cultural del periodo barroco. La literatura, marcada por el uso de figuras retóricas y un lenguaje intenso, aborda temas como la muerte, la fugacidad de la vida y el desengaño. Grandes escritores como Cervantes, Quevedo y Lope de Vega, entre otros, dejan un legado literario que marca el Siglo de Oro español.

En el ámbito del arte, pintores como Murillo, Ribera, Zurbarán y Velázquez destacan por su uso del claroscuro y el horror vacui, creando obras que reflejan la intensidad y el dramatismo característicos del Barroco. Además, figuras como Calderón y Tirso de Molina desarrollan una rica producción teatral que refleja los conflictos y dilemas morales de la época.

A pesar de las dificultades económicas y sociales, el periodo barroco representa un momento de esplendor cultural en España, donde se alcanzan niveles de excelencia artística y literaria que siguen siendo admirados y estudiados en la actualidad.

Culteranismo

Una huida de la naturalidad y de la sencillez en forma de expresión. El estilo es oscuro, recargado, amanerado y pleno de giros rebuscados. Hace gala a todo aquello considerado culto en el momento, dirigiéndose a un público aristocrático, separándose de lo “popular” importando latinismos, una forma de escribir la minoría para la minoría, única capaz de deleitarse con textos saturados de hipérboles, metáforas, hipérbatos y alegorías que buscan el preciosismo del exterior. La corriente se extiende por toda Europa del siglo XVII e influye en Cervantes, Lope de Vega y Quevedo.

Conceptismo

Por su parte, Quevedo expone el conceptismo. Sus escritos poseen una riqueza léxica usando desde cultismos latinizantes a la jerga picaresca, además de su complejo significado. Emplea un vocabulario expresivo y que juega con la gramática. Maestro en la hipérbole, el equívoco, la paranomasia y lleva el apodo al extremo. En él se fusionan erudición y genialidad. Se basa en los clásicos y lanza metáforas y símiles para los más listos. Pero, lo más constante en el conceptismo, es la búsqueda de la novedad y sorpresa utilizando los vicios cánones y temas desgastados por el uso.

Luis de Góngora: Características

La Fábula de Polifemo y Galatea es una tragedia barroca en la que abundan los contrastes. En ella, Góngora indaga en la psicología de los personajes como pretexto para hacer gala de culteranismo. En las Soledades acude a un tema intrascendente para relatar una naturaleza estilizada símbolo de armonía, lejos de la sociedad, la guerra y la ciudad. Aquí su estilo llega a su máxima expresión. En la Fábula de Píramo y Tisbe se burla de la mitología, de quienes lo critican y de su propio estilo. Góngora se inspira de Garcilaso o Herrera aunque abunden los cultismos, las metáforas y las referencias mitológicas. Su intención es crear un mundo de belleza absoluta estilizando la realidad o sustituyéndola por fantasía, más vistosa lidera la metáfora y otorga a lo cotidiano un halo casi divino. Con el hipérbaton y los neologismos gana en sonoridad, sin olvidar el cromatismo o la musicalidad de las palabras. Algunas de sus obras también fueron romances, letrillas, sonetos y soledades.

Francisco de Quevedo: Características

La poesía de Quevedo sigue tres tendencias: amorosa, satírica y metafísica. Su lírica amorosa bebe del renacimiento petrarquista. Como ejemplo, los contrastes entre el «fuego» del amor y el desdén de la «nieve». Suele utilizar el soneto en endecasílabos, como en su Cancionero de Lisi, obra en la que mezcla el neoplatonismo con la angustia del paso del tiempo para expresar un amor que supera las barreras de la muerte hacia una amada tipificada, bella y perfecta. En la poesía metafísica, Quevedo trata la dicotomía entre la vida y la muerte y cómo la inevitabilidad de esta impregna la vida de los mortales. En un tono más moral, Quevedo centra sus temas en corregir las costumbres y criticar el vacío y los caprichos del devenir político con el fin de conseguir una mejora. La sátira de Quevedo se centra en la ausencia de valores morales, en la misoginia, en los tipos sociales tanto de alta como baja estirpe, la fealdad y la avaricia por el dinero para realizar una poesía burlesca y satírica que juega entre la apariencia y la realidad. En este aspecto, Quevedo es el creador de las jácaras, romances que hablan de prostitutas, ladrones, pícaros… en las que mezcla el lenguaje popular y vulgar con su estilo conceptista.

Su obra poética suele dividirse en cinco bloques, atendiendo a su temática:

  • Poesía satírica y burlesca: Sonetos y romances donde critica con ingenio y mordacidad a sus rivales literarios, a los pícaros, a los mendigos, a las mujeres, a los matrimonios, a los médicos, a las viejas… prácticamente no hay tipo humano que salga bien parado.
  • Poesía metafísica y moral: Se centra en la vanidad de la vida y en la fragilidad de nuestras obras. La existencia del hombre está condenada de raíz, todos cumplimos un destino fatal que nos lleva de la cuna a la sepultura, y ser conscientes de ello nos convierte en la más infeliz de las criaturas, ya que una muerte conocida es una muerte adelantada.
  • Poesía religiosa: Trata de la relación con Dios, el juez supremo de quien depende la salvación eterna.
  • Poesía política: Expresa el dolor por la decadencia de España.
  • Poesía amorosa: Quevedo pasó veinte años enamorado de una dama de la familia de Medinaceli, Luisa de la Cerda, sin ser correspondido.

Poemas

a. Mide los versos y determina el esquema métrico del poema.

Versos endecasílabos (11) aguda + 1 esdrújula -1 sinalefas marcadas diéresis +1, consonante/asonante ABBA ABBA CDC DCD soneto (dos cuartetos, dos tercetos)

b. Determina su tema y estructura.

(TEMA DE QUE HABLA) estructura en 3 partes (1 cuarteto, 2 cuarteto y 3 y 4 terceto) y analizar cada parte

c. Localiza al menos tres tópicos literarios.

Amor post mortem, Beatus ille (vida rural), Captatio benevolentiae (ganarse simpatía del público), Carpe diem, Collige, virgo, rosas (que una mujer joven disfrute), Descriptio puellae (descripción de la joven), Fugit irreparabile tempus (el tiempo pasado es irrecuperable), Homo viator (hombre viajero), Ignis amoris (el fuego del amor), Locus amoenus (Lugar agradable, naturaleza ideal), Memento mori (recuerda que has de morir), Omnia mors aequat (la muerte iguala a todos), Omnia vincit amor (el amor todo lo vence), Theatrum mundi (el mundo es una representación teatral), Tempus fugit (el tiempo huye), Ubi sunt? (se pregunta sobre el destino de los hombres muertos), Vita-flumen (la vida como un río), Vita-somnium (La vida como un sueño), VIta-theatrum (la vida como un teatro).

d. Encuentra y explica otras figuras retóricas presentes.

Epítetos (adjetivos que no sirven), metáforas, antítesis (contrarios), paralelismo (estructura del poema parecida), Aliteración (mismo sonidos), encabalgamiento (salto, dos versos equivalen a una frase), Hipérbatos (alteración del sentido de sintaxis), Anáfora (repetición al inicio de frase las mismas palabras), Personificación, enumeración (rosas, lirios, claveles…), Gradación (días, meses, años, eternidades).

E1. Argumenta por qué este soneto es conceptista.

Buscaba un esfuerzo intelectual basado en oraciones compuestas, el hipérbaton con el fin de que su comprensión se haga complicada y requiera un esfuerzo por parte del lector, (los tercetos deben ser leídos en el orden marcado por el autor, diferente de lo que nos representa con el fin de comprender el poema. Quevedo utiliza un estilo culto y la dificultad recae sobre todo en el contenido y en la sintaxis.

E2. Argumenta por qué este soneto es culterano.

Porque su finalidad es deleitar a los sentidos a través del uso del lenguaje utilizando hipérbatos, epítetos y metáforas para crear belleza y obligan al lector a realizar un esfuerzo para entender el poema.