Crítica del Modelo Histórico-Positivista
En la segunda mitad del siglo XX, diversos autores comenzaron a criticar el modelo histórico-positivista en la literatura comparada (1958: Conferencia de René Wellek en el II Congreso de la AILC). Este cuestionamiento tuvo antecedentes importantes.
Croce y sus Críticas
Benedetto Croce, figura clave de la primera mitad del siglo XX, negaba la existencia de una literatura comparada separada de la historia de la literatura. Argumentaba que los estudios comparados debían integrarse a la historia literaria. Además, criticaba el carácter erudito de los estudios positivistas, afirmando que confundían la sabiduría con la bibliografía. Finalmente, Croce cuestionaba el componente nacionalista presente en las historias literarias, incluyendo la literatura comparada. Para él, las obras literarias no eran expresión de una entidad nacional, sino creaciones personales con una visión universal.
La Conferencia de Wellek (1958)
A mediados del siglo XX, estas críticas se intensificaron. La conferencia de René Wellek en 1958 marcó un hito al presentar una crítica argumentada contra la literatura comparada basada en el positivismo. Este evento, posterior a la Segunda Guerra Mundial, coincidió con la migración de autores a América, lo que propició el contacto con otras literaturas y la divulgación de las teorías formalistas rusas en Europa y América.
Estudios Extrínsecos e Intrínsecos
Según Wellek, existen dos tipos de estudios literarios: extrínsecos e intrínsecos. Los estudios extrínsecos se centran en el contexto histórico, la vida del autor y la tradición literaria. Por otro lado, los estudios intrínsecos analizan el texto en sí mismo: ritmo, metáforas, etc., sin necesidad de conocer la vida del autor. Wellek abogaba por un estudio formalista, centrado en la forma, ya que los formalistas consideraban que la forma generaba contenido.
Comparatismo y Teoría de la Literatura
En el siglo XX, surge una nueva literatura comparada con los siguientes objetivos:
Replanteamiento del Concepto de Influencia
El concepto de influencia, clave en la literatura comparada tradicional, se replantea. Se cuestiona la necesidad de probar las relaciones entre textos, ya que diferentes autores en contextos distintos buscan respuestas literarias y estéticas a problemas similares. Esta revolución teórica reemplaza el concepto de influencia con el de intertextualidad, donde un texto incorpora elementos de otros para generar nuevos significados. La intertextualidad es la relación que un texto (oral o escrito) mantiene con otros textos, ya sean contemporáneos o históricos. Este conjunto de textos constituye un contexto que influye en la producción y comprensión del discurso.
Críticas al Concepto de Influencia
- Desde la perspectiva del receptor, la influencia se analiza como un proceso de apropiación y reelaboración.
- Bajtin, teórico soviético, plantea la novela como un producto elaborado en diálogo con otros textos. De esta teoría surge el concepto de intertextualidad, que sería precisado por autores como Julia Kristeva y Gérard Genette.
Bajtin y el Diálogo
Bajtin sitúa el diálogo en el origen del lenguaje. Para él, las palabras no son neutras ni impersonales, sino que están cargadas de acentos sociales y asociadas a contextos específicos. El lenguaje es dialógico y transmite ideología, asumiendo y rechazando discursos ajenos. Cada palabra tiene tres aspectos: neutro, ajeno (ecos de otros discursos) y propio (rasgo personal del hablante). El significado de las palabras está en continua negociación.
Intertextualidad e Hipertextualidad
La intertextualidad se refiere a la presencia en un texto de elementos identificables provenientes de otros textos. La cita es un ejemplo de intertexto. La alusión es una referencia más vaga. La intertextualidad está presente en todo tipo de textos. La hipertextualidad, por otro lado, es una relación explícita entre dos textos, donde uno (hipertexto) es resultado de la reescritura del otro (hipotexto). Un ejemplo es el Ulises de James Joyce, una reescritura de la Odisea de Homero.