La Fusión de Poesía y Metafísica en la Obra de Borges
Como señala Anderson Imbert, sus «cavilaciones metafísicas» son inseparables de sus «intuiciones poéticas». «Lo que a Borges le interesa es la belleza de las teorías, mitos y creencias en que no puede creer. [ … ] Es radicalmente escéptico, pero cree en la belleza de las teorías, las colecciona y, al estirarlas hasta sus últimas consecuencias, las reduce al absurdo.» Nada más exacto. Borges es, ante todo, un creador, un poeta. Y como tal se apasiona por las ideas, ya sea la filosofía idealista, ya las corrientes esotéricas (la Cábala, en particular), ya los posibles sentidos de los mitos clásicos.
La Representación del Espacio en El Aleph
La noción de espacio es tratada en el cuento de dos formas diferentes. En la primera parte, el enfoque es tradicional, el espacio se “representa”. En la segunda –que coincide con la primera mención del Aleph y su visión- el espacio (infinito) se traslada al texto como tal. Cuando el personaje Borges visita la casa de la recientemente fallecida Beatriz Viterbo, la casa de la calle Garay que continúa frecuentando en cada aniversario de su muerte, la ubicación espacial es muy precisa, como lo son, con lujo de detalles, las descripciones de “la abarrotada salita” y los múltiples retratos de Beatriz en diversas épocas y situaciones, suerte de síntesis de su vida. El recurso de la enumeración-en este caso limitada y “realista”- anticipa la enumeración caótica utilizada en la segunda y bien diferenciada parte del cuento, en el desesperado intento por transmitir la visión del sorprendente Aleph. Enumeración de infinitas cosas y acontecimientos de diversos niveles y dimensiones que deben ser dichos al modo del lenguaje, uno detrás de otro, aunque sean percibidos simultáneamente, en un “instante infinito”. Confiesa el personaje una vez enfrentado a su visión: “el problema central es irresoluble: la enumeración. siquiera parcial, de un conjunto infinito” (Borges, 2000:191) Y continúa azorado: “En ese instante gigantesco he visto millones de actos deleitables o atroces; ninguno me asombró como el hecho de que todos ocuparan el mismo punto, sin superposición y sin transparencia. Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje lo es.” (Borges, 2000:191-192).
La Influencia de Derrida y la Noción de Différance
En este momento, pensamos que Derrida tendría también algo que decir a través de su noción de différance (Derrida, 1989:39). Ese neologismo que, aclara su autor, “no es ni una palabra ni un concepto” indica ese movimiento que diferencia y difiere los signos y sus huellas, que espacializa al texto, porque Derrida, coincidiendo con el personaje de Borges, postula que no puede decirse lo simultáneo. Esa indecibilidad es también una indecidibilidad. Porque: ¿qué escoger para mencionar de ese infinito tiempo-espacio? Todo lo no nombrado, está también allí como huella o diferencia”. Borges se anticipa teóricamente más de veinte años a este removedor planteamiento deconstruccionista, que interpela las certezas y las oposiciones jerárquicas de la metafísica tradicional de occidente. El texto es espacio, espacio de diferencias y trazas que admite un entre signos, una temporización, presencias y ausencias que están allí gracias al juego y movimiento de la différance. Es esto lo que se plantea en la enumeración de lo “visto” en ese indecible-indecidible Aleph.
El Modelo Temporal-Espacial de Hagerstrand y su Relación con El Aleph
En el modelo temporal-espacial de T. Hagerstrand, el lugar adquiere significado en función de los cambios experimentados en el espacio y el tiempo, individualmente o por grupos sociales. Es sinónimo de estructura ambiental y está compuesto por una serie de recursos y de alternativas de actividad. En esas estructuras se desarrollan trayectorias o sendas –a diferentes escalas temporales-, poseyendo el lugar el significado de estaciones a lo largo de aquellas. Si algo puede efectivamente subrayarse en este breve aunque densificado texto de Borges es, justamente la coexistencia de “diferentes escalas temporales” marcadas en numerosos pasajes del relato en tiempos que son simultáneos o se distancian: “vi la noche y el día contemporáneos, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala”; “vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Fray Bentos”.
La Coexistencia de Espacios y Tiempos Diversos
Espacios y tiempos diversos que conviven en el texto y en la infinita visión simultánea, así como en la clara vivencia de distintas trayectorias o sendas significativas. Estaciones en la eternidad, pero a la vez, en el instante. A través de estos elementos “se logra la comprensión intuitiva del universo, se siente la inmanencia total de lo infinito en lo finito. En El Aleph se enriquecen los puntos de vista, se universaliza la visión pero no se multiplican las cosas. El poema de su rival Carlos Argentino Daneri, que pasa revista a la geografía terráquea (tradicional), representa lo cuantitativo o multiplicación de las cosas (…). El poema de Borges que surge de la visión del mismo Aleph (¿del mismo?, nos preguntamos ) multiplica y enriquece los puntos de vista sin fragmentación, representa lo cualitativo porque universaliza la visión” (Cedola, 1993:136).
Las Restricciones del Espacio Geográfico según Hagerstrand
En el manejo del espacio geográfico –del lugar- existen restricciones, que Hagerstrand divide en:
- Restricciones de habilidad: las que imponen límites temporales a los desplazamientos diarios o a lo largo de la vida del individuo, generando tubos o prismas accesibles a la percepción del individuo en el espacio externo, por ejemplo los horarios y el trayecto de una línea del transporte urbano.
- Restricciones de autoridad: derivadas del control que ejercen individuos o grupos sobre objetos o eventos de una entidad temporal-espacial, por ejemplo el acceso a un espectáculo no gratuito.
- Restricciones de unión: derivadas de la necesidad de interacción con otros individuos en el espacio para producir, consumir, intercambiar o comunicarse, por ejemplo las derivadas de los diferentes roles sociales.
A partir de la percepción de los prismas accesibles al individuo, se construye la imagen de distritos o áreas, superficies con bordes delimitados y surcados por las sendas antes citadas.