España vive una situación difícil que acentúa el pesimismo del momento. El gobierno de los Austrias no puede soportar las cargas económicas de su política imperial y el país camina hacia la pérdida de su imperio. Hay constantes luchas de intereses entre la nobleza, el clero y la incipiente burguesía. Se acentúa la emigración del campo a las ciudades. Hay una situación general de fracaso y desorientación. En pleno espíritu contrarreformista, la vida artística y literaria es vigilada por los censores del Estado. Son muchas las obras que engrosan el Índice de libros prohibidos. España carece de un pensamiento filosófico y científico relevantes.
Nuestro país produce una espléndida literatura en calidad y cantidad, este siglo constituye nuestro Siglo de Oro, que viven los grandes genios de las letras y las artes españolas: Cervantes, Góngora, Quevedo, Calderón, Lope de Vega… Este Siglo de Oro se da por concluido con la muerte de Calderón de la Barca.
Clasicismo y Barroco en la Literatura
El Barroco se caracteriza por un lenguaje identificativo de la función literaria que desea para la literatura una lengua propia. El lenguaje experimenta una mayor elaboración en todos los niveles. El estilo barroco tiende a las formas retóricas con abundancia de recursos variados. Estos recursos sirven para expresar una visión del mundo desde una perspectiva dinámica, intensificadora y artificiosa.
Tirso de Molina
Los méritos del teatro de Tirso se cifran en el acertado retrato psicológico de los personajes, la calculada dosificación de la intriga, el tono burlesco, los juegos de palabras… Fue el creador del mito de don Juan.
La producción teatral de Tirso se divide en:
- Dramas religiosos (La Santa Juana)
- Dramas históricos (La prudencia en la mujer)
- Comedias de enredo (La villana de Vallecas)
- Comedias de carácter (Marta la piadosa)
- Comedias mitológicas y autos sacramentales
Calderón de la Barca
Es el dramaturgo más importante de la comedia del Siglo de Oro. Su concepción del mundo es matizadamente pesimista. Calderón concibe el mundo como una feria de vanidades y a los seres humanos como personajes de ficción de una obra de teatro. El sentido trascendente de la existencia libera al hombre de los dos sentimientos que más le angustian: el de la culpa por haber nacido y el de la muerte.
1. Características de su teatro
Tiene un lenguaje dramático, es elaborado y artístico, y su arquitectura teatral, es sólida. El teatro de Calderón tiene una proyección mayor: es más aristocrático y más universal por los temas que trata.
El sentido del orden (se hace patente en la rigurosa claridad de la estructura de planteamiento, nudo y desenlace de los conflictos dramáticos), la estilización (simplificación de la trama y la reducción del número de personajes) y la intensificación (se advierte en la densidad de los conflictos que atenazan a los protagonistas) son las notas más características de su teatro.
En el lenguaje y el estilo de Calderón están presentes de forma constante la densidad de significados y el lujo ornamental característicos del conceptismo y del culteranismo.
2. Obras
- Dramas de honor y celos: El médico de su honra.
- Dramas de historia y leyendas españolas: El alcalde de Zalamea.
- Dramas filosóficos: La vida es sueño.
- Comedias de costumbres: La dama duende.
- Dramas teológicos: La devoción de la cruz.
- Comedias mitológicas: La hija del aire.
La Poesía Durante el Barroco
El lenguaje exuberante y sensorial de este período se manifiesta en la lírica. Los temas, las formas métricas y los géneros siguen siendo los del siglo XVI, aunque se amplía su gama para abarcar desde las formas más populares a las más cultas. La poesía amorosa sigue fiel a la lírica petrarquista. Se intensifican también las referencias mitológicas, en las que se construyen numerosos poemas. El mundo grecorromano se presenta como una vía de evasión de la realidad, además es un campo donde el poeta exhibe su conocimiento del mundo antiguo, su erudición y su formación humanística.
Los tres grandes poetas de este momento son Lope de Vega (La Dragontea), Luis de Góngora (Fábula de Polifemo y Galatea) y Quevedo (Poderoso caballero es don Dinero).
Primera Mitad del Siglo XVI
El teatro renacentista toma como modelos la comedia latina y el teatro italiano de la época. La pluralidad temática, el empleo del verso octosilábico, la introducción de nuevos recursos expresivos y la relativa observación de la preceptiva clásica constituyen las notas más singulares de un teatro destinado a un público cortesano.
La obra dramática de Torres Navarro parte de su vida que transcurrió en Italia. El autor las clasifica en dos grupos: comedias a noticia y comedias a fantasía.
La producción dramática de Gil Vicente, religiosa y profana, está escrita en portugués y castellano, y es una de las más importantes de teatro del siglo XVI. Obra importante: la Tragicomedia de don Duardos.
La aportación de los dramaturgos del primer Renacimiento al teatro humanístico consiste en traducciones y adaptaciones de tragedias y comedias de autores grecolatinos, destinadas a la lectura de un público minoritario.
El teatro religioso y popular de la primera mitad del siglo XVI tienen un fin didáctico y lúdico a la vez.
Primera Mitad del Siglo XVI
El teatro renacentista toma como modelos la comedia latina y el teatro italiano de la época. La pluralidad temática, el empleo del verso octosilábico, la introducción de nuevos recursos expresivos y la relativa observación de la preceptiva clásica constituyen las notas más singulares de un teatro destinado a un público cortesano.
La obra dramática de Torres Navarro parte de su vida que transcurrió en Italia. El autor las clasifica en dos grupos: comedias a noticia y comedias a fantasía.
La producción dramática de Gil Vicente, religiosa y profana, está escrita en portugués y castellano, y es una de las más importantes de teatro del siglo XVI. Obra importante: la Tragicomedia de don Duardos.
La aportación de los dramaturgos del primer Renacimiento al teatro humanístico consiste en traducciones y adaptaciones de tragedias y comedias de autores grecolatinos, destinadas a la lectura de un público minoritario.
El teatro religioso y popular de la primera mitad del siglo XVI tienen un fin didáctico y lúdico a la vez.