La Narrativa Costumbrista y el Artículo Periodístico
El costumbrismo es un género literario que tuvo gran auge en el Romanticismo y que se difundía principalmente a través de periódicos. Eran relatos breves, de estilo ameno y lenguaje popular que se centraban en la observación y descripción de formas de vida colectiva, de ritos y hábitos sociales, entroncando así con el sentimiento nacionalista y con la preocupación por reflejar lo típicamente español. También han sido denominados “cuadros de costumbres” y tienen su antecedente en la prosa satírica de los siglos XVII y XVIII.
La narrativa de costumbres romántica presenta dos tendencias:
- Conservadora, moralizante, defensora de los valores tradicionales, representada por autores como Mesonero Romanos en su obra Escenas Matritenses (1832-1842).
- Satírica, caricaturesca, cuyo máximo exponente es Mariano José de Larra, en artículos como “El castellano viejo” (1832) o “Vuelva usted mañana” (1833), donde se palpa su visión verídica y pesimista, pero acertada, de la realidad de su tiempo. El estilo de Larra, lleno de juegos de palabras, es llano, claro y directo. Uno de los rasgos más destacados es el perspectivismo, pues sus artículos ofrecen diversos puntos de vista, a veces opuestos, lo que sigue haciendo su prosa atractiva para el lector de hoy. También son palpables la ironía y la caricaturización de personajes o situaciones, que consigue por medios como la hipérbole o la animalización y cosificación, técnicas que recuerdan a Quevedo.
El Teatro: El Drama Romántico
Durante el primer tercio del siglo XIX se elabora un teatro que, básicamente, sigue las pautas del siglo anterior. Así, continúan las tragedias neoclásicas en las que, sin embargo, van apareciendo ya algunos cambios encaminados hacia el teatro romántico: el interés se centra más en el personaje que en la acción, hay mayor preferencia por lo legendario que por lo meramente histórico, por la expresión de la angustia ante la vida. Como ya vimos en la poesía y en la narrativa, también el teatro romántico va a ambientarse en el pasado medieval, recurso que permite la evasión de una realidad que no gusta.
Características:
- Ruptura de la regla de las tres unidades (lugar, tiempo y acción).
- Empleo de versos y prosa.
- Gusto por la mezcla de lo trágico y lo cómico.
- Argumentos complejos que desarrollan temas como el amor, el destino, la libertad, la rebeldía…
- El tono angustiado y violento, haciéndose uso de un lenguaje patético y exaltado.
- Las obras se ambientan en un marco típico (noches, tormenta, cementerio…).
Realismo y Naturalismo
El realismo se caracteriza, como hemos dicho, por el deseo de reflejar la realidad de la manera más fiel posible. Para ello se vale de los siguientes elementos:
- Influencia de la ciencia, tan en auge en el siglo XIX. Sobre todo, hay vinculación con el positivismo y el experimentalismo, lo que lleva al escritor a querer que su obra sea un documento objetivo que refleje una realidad observada de forma minuciosa.
- El género que mejor ayuda a esa representación tan detallada y precisa de la vida con costumbres y comportamientos, es el narrativo; por lo tanto, se produce un renacer de la novela, que profundiza en los ambientes y la psicología de los personajes, descritos con gran detalle.
- El escritor realista no se evade en el tiempo ni huye a lugares exóticos como en el Romanticismo. Se centra en la sociedad española de su tiempo y, generalmente, pone su atención en la burguesía, con sus nuevos valores morales y económicos, a la que considera el motor de la nación.
- Frente a los postulados románticos, que se centran en el individuo y su mundo interior, al escritor realista le interesa la colectividad y su vivir cotidiano, como el testimonio de una época.
Diferencias entre Romanticismo y Naturalismo
Romanticismo | Naturalismo |
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Protagonista: el héroe o antihéroe, individuo en conflicto. | Protagonista: colectividad o el personaje de una clase social. |
Temas relativos al yo y a sus circunstancias. | Temas relativos a las circunstancias externas (históricas, sociales, individuales…). |
Evasión en el espacio (Oriente) y en el tiempo (Edad Media). | Presente temporal y espacios cercanos (Madrid). |
Paisajes sobrenaturales, fantasmagóricos o naturales sobrecogedores (niebla, tormenta…). | Paisajes cotidianos, realistas, urbanos o naturales (regionalismo). |
El individuo se enfrenta a la sociedad. | El individuo se integra en la sociedad, aunque la critique para cambiarla. |
Amores idealizados y frustrantes. | Amores reales, también conflictivos. |
Lenguaje altisonante y exaltado. | Lenguaje cotidiano y sin retoricismos. |
Géneros más importantes: la lírica y el teatro. | Género más importante: la narrativa. |
Características de la Novela Realista
- Logro de verosimilitud y objetividad mediante largas y detalladas descripciones que producen un ritmo lento de la acción, y que logran que el lector se sienta como un observador.
- Profundidad en la caracterización psicológica de los personajes.
- Frecuente uso de personajes que representan la pequeña burguesía comprometida frente a otras clases pasivas e ineficaces.
- Aparición de elementos del ámbito del subconsciente y de lo onírico.
- Construcción de vidas de individuos que se entrelazan, ofreciendo un universo narrativo complejo. Preferencia por el ambiente urbano, sobre todo Madrid, aunque también se refleja el entorno rural.
Benito Pérez Galdós
Fue el autor más prolífico y popular de los novelistas de este periodo y su obra representa un hito no solo de la narrativa realista del siglo XIX, sino de la literatura española en general. Es difícil establecer una clasificación de las obras galdosianas, tanto por la variedad que presentan como por el gran número de ellas, un total de 77 novelas. Pueden clasificarse en dos grupos:
Novelas Históricas del Pasado Cercano:
Aquí encontramos su gran producción narrativa titulada Episodios Nacionales, cuarenta y seis relatos ambientados en la historia española del siglo XIX, desde la batalla de Trafalgar a la Restauración borbónica. Los protagonistas son Gabriel Araceli y Salvador Monsalud, personajes de nombres simbólicos, rasgo muy presente en la narrativa galdosiana, que actúan como testigos de esos hechos en primera y tercera persona.
Novelas Actuales:
Retratan la época de Galdós y se dividen en tres:
- Novelas de la Tesis (de los años 70): obras poco complejas que sirven para defender las ideas progresistas del autor. Construye personajes que representan la modernidad y la libertad frente a otros que encarnan el inmovilismo y la intolerancia. Son “los buenos” frente a “los malos”. De esta etapa destacan Doña Perfecta (1876) o Marianela (1878).
- Novelas Contemporáneas (de los años 80): son obras más complejas, que ofrecen una visión decadente de España a través de Madrid y de la construcción de personajes más profundos. En algunas de las novelas de este periodo cabría hablar de naturalismo incipiente, porque aparecen reflejados aspectos sórdidos, indecorosos o deformes de la realidad física o psicológica, y porque se alude al determinismo social o genético para explicar ciertas conductas humanas. Los títulos más relevantes son Tormento (1884), Miau (1888), La desheredada (1881) y, por encima de los demás, Fortunata y Jacinta (1887).
- Novelas Espiritualistas (de los años 90): buscan reflejar el fracaso de la burguesía para transformar la realidad. Recogen valores cristianos como el amor y la misericordia. La espiritualidad ya había aparecido en novelas anteriores como Miau (1888), pero será preponderante en este periodo. Ya en Ángel Guerra (1891), el mundo alegórico se va imponiendo sobre el realista, hasta llegar a su interdependencia en la llamada trilogía evangelista formada por las obras Nazarín (1895), Halma (1895) y Misericordia (1897).