Características generales
Los textos científicos informan sobre investigaciones, estudios o conocimientos propios de las Ciencias Naturales. A diferencia de las disciplinas humanísticas, que con frecuencia presentan un carácter especulativo, las ciencias naturales se distinguen por estudiar aspectos precisos (y, a menudo, empíricos y comprobables) sobre el conocimiento y estudio de la Naturaleza y los fenómenos relacionados. Cuando estos conocimientos se aplican a la creación de instrumentos, surge la Tecnología y sus textos se denominan textos técnicos.
Los objetivos básicos de los textos científico-técnicos son la precisión, la claridad y la exposición de hechos demostrables. Como consecuencia, presentan las siguientes características:
- Una ordenación clara y lógica con una sucesión coherente de contenidos; las ideas se presentan ordenadamente y se relacionan entre sí.
- La información se presenta de forma objetiva; proviene de una experiencia que permite llegar a conclusiones y verdades generales verificables. La comprensión del texto debe ser inequívoca y común a todos los lectores.
- Aunque existen textos con párrafos breves y oraciones cortas, la complejidad de los contenidos científicos hace que con frecuencia predomine una sintaxis compleja, con gran variedad de proposiciones subordinadas.
- Las ciencias aspiran a un lenguaje universal, comprensible para todos, independientemente del idioma. Esto explica la presencia en algunos textos científicos de lenguajes formalizados (con fórmulas o signos iguales para toda la comunidad científica). En los textos divulgativos, es común encontrar apoyos gráficos que facilitan la comprensión.
Rasgos lingüísticos
El rasgo más significativo de estos textos es el léxico específico, que en ocasiones solo conocen los especialistas de cada área; es decir, cada materia tiene sus propios tecnicismos (palabras específicas).
El lenguaje científico utiliza un léxico denotativo, debido a la objetividad y universalidad de la información. Se prefieren palabras monosémicas para evitar ambigüedades. Si se usan palabras polisémicas, se acompañan de adjetivos u otros complementos que aclaran su significado. Predominan los sustantivos concretos, que se refieren a realidades perceptibles por los sentidos, aunque a veces se requieren nombres abstractos de cualidad o fenómeno.
En cuanto a la morfosintaxis, destaca el uso de verbos en presente de indicativo por su carácter habitual o atemporal, aunque también aparecen otras formas verbales como el presente de subjuntivo o el futuro de indicativo. Los adjetivos suelen ser especificativos y pospuestos, contribuyendo a la objetividad. Para mayor precisión, se usan aposiciones, oraciones explicativas y subordinadas adjetivas. Abundan las oraciones pasivas reflejas y perifrásticas con ser, así como las impersonales con se y el plural de modestia (1ª persona del plural). El uso de pasivas e impersonales refleja la intención de los autores: presentar los hechos objetivamente, sin valoraciones personales. Al ser textos objetivos, abundan las oraciones enunciativas y copulativas. El verbo ser es frecuente en las definiciones.
El carácter innovador del lenguaje científico implica una constante creación de terminología. Los neologismos científicos se crean a menudo con raíces griegas y latinas (ej. cefalópodo, microscopio, termostato). Otros mecanismos son:
- Procedimientos tradicionales de generación léxica (derivación, composición o parasíntesis): ej. comatoso, anticuerpo, turbodiésel.
- Préstamos de otras lenguas: ej. buffer, software.
- Epónimos (nombres de inventores o descubridores): ej. níquel, amperio.
- Trasvase de términos de la lengua común: ej. potencia (en matemáticas).
- Cambios de categoría gramatical: ej. microondas.
- Siglas y acrónimos: ej. ADN, láser, radar.
Estructuras textuales
En este tipo de texto, las estructuras más comunes son la exposición y la descripción. La exposición explica y aclara conceptos; la descripción presenta las características de personas, objetos o animales. También puede haber argumentación para probar una teoría.
La exposición científica se organiza con dos estructuras fundamentales:
- Deductiva o analizante: se formula la tesis y se demuestra con pruebas.
- Inductiva o sintetizante: se parte de pruebas para llegar a la tesis.
También se usa la estructura encuadrada, que combina las anteriores: se enuncia la tesis, se argumenta y se reafirma la tesis.
La descripción en textos científicos utiliza estos recursos:
- Definición: explica un concepto con precisión para distinguirlo de otros.
- Clasificación: agrupa seres o cosas según características comunes, a menudo mediante enumeración.
- Comparación: señala semejanzas y diferencias entre dos objetos, a veces con ejemplos.