La Épica Medieval: El Mester de Juglaría
Los Cantares de Gesta
Los cantares de gesta son obras de género épico que narran, en verso, hazañas de héroes. Su origen se sitúa en el siglo XII.
Los Juglares
La difusión oral de estas historias correspondía a los juglares, actores y cantores errantes que iban de villa en villa, actuando en plazas o en castillos. El juglar se dedicaba profesionalmente a la recitación y a su espectáculo debía reunir diversos ingredientes: música, mímica, dramatización, malabarismo, etc. El oficio de los juglares se denominaba mester de juglaría (ministerium, mester).
Estilo del Mester de Juglaría
El mester de juglaría posee un estilo propio de expresión. Los juglares usaban recursos específicos para la recitación oral:
- Llamadas de atención.
- Las repeticiones facilitan tanto la recitación como la memorización.
- Predominio de las oraciones simples y coordinadas, más fácilmente de recordar.
- Uso del presente de indicativo para acercar la acción a los oyentes.
- Petición final de soldada, es decir, un sueldo por la actuación.
Poema de Mio Cid
El Poema de Mio Cid es un cantar de gesta que narra en verso hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Se trata del más antiguo de los cantares conservados y el único casi íntegro.
Fecha
La obra nos ha llegado en una copia del siglo XIV, manuscrito copiado, a su vez, de otro realizado en 1207. Los críticos no se ponen de acuerdo en si antes de ese año existía ya el poema.
El manuscrito no está completo: faltan, al menos, la primera página y algunas intermedias. En total se conservan 3730 versos. El poema empieza in media res, entrando en acción directa.
Autoría
El poema es anónimo. A pesar de todo, la autoría del Poema de Mio Cid sigue siendo hoy un misterio.
Contenido y Estructura del Poema
El poema comienza in media res, es decir, obviando una serie de contenidos que se supone ya conocían los oyentes. Se divide en tres partes o cantares:
Cantar del Destierro
El Cid es desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI y pierde su honra. No se menciona la causa, pero se sabe que se le imputan una serie de acusaciones, del que se dice que se había apropiado de los tributos de los moros del rey de Castilla. En esta situación, el Cid se ve obligado a abandonar a su mujer, doña Jimena, a sus hijas, doña Elvira y doña Sol, y todas sus pertenencias. De este triste modo deja Castilla acompañado sólo de sus soldados más fieles. Pronto participa en una serie de batallas para recuperar su honor y poder retornar así a su tierra. Destaca en esta primera parte la victoria sobre el conde de Barcelona.
Cantar de las Bodas
El Cid conquista Valencia, hecho que supone su principal victoria. Desde allí, envía presentes al rey para ganar su favor y se conciertan las bodas de sus hijas con los infantes de Carrión. El Cid recupera así su reputación militar y pasa a disfrutar de una situación completamente honrosa, tanto en el ámbito público como en el familiar.
Cantar de la Afrenta de Corpes
Los infantes de Carrión son objeto de las burlas de los hombres del Cid por su cobardía. Especialmente significativo es el episodio en que aparece un león suelto en palacio mientras don Rodrigo duerme. Los infantes se esconden aterrados. Cuando el Campeador despierta, atrapa al león y lo reduce, pues estaba amaestrado. La cobardía de los infantes ha quedado en evidencia. Al sentirse humillados, deciden vengarse en las hijas del Cid, a las que llevan al robledo de Corpes, donde las maltratan y abandonan. Vuelve así la deshonra a la vida del héroe. El guerrero pide entonces ayuda al rey y consigue que se celebren cortes en Toledo. Allí los infantes son vencidos por dos hombres de confianza del Cid. Se deshacen los esponsales y las hijas del Campeador se casan con los infantes de Navarra y Aragón, de modo que el héroe queda emparentado con los reyes de España. Por fin, el Cid ha recuperado su honra.
Tema
El tema de la obra es el honor (la recuperación del honor).
Gonzalo de Berceo
Primer poeta de nombre conocido, nació en La Rioja. Su vida transcurrió entre los monasterios de San Millán de la Cogolla (Logroño) y Santo Domingo de Silos (Burgos), para los que trabajó. Su obra más afamada es Milagros de Nuestra Señora.
El Mester de Clerecía
En la primera mitad del siglo XIII surge el mester de clerecía, escuela de los escritores cultos (clérigos). En la Edad Media la palabra clérigo tiene una doble acepción: hombre culto y sacerdote, porque la enseñanza universitaria se llamaba clerecía.
La Cuaderna Vía
La cuaderna vía será la nueva estrofa: cuatro versos alejandrinos (con cesura tras la séptima sílaba) que riman entre sí en consonancia.
Temas
Los temas tratados son eruditos y se basan en la tradición escrita. Los más abundantes son los religiosos, aunque no faltan los históricos, como sucede con el Libro de Alexandre, los novelescos, como el Libro de Apolonio, o los de temática nacional, como el Poema de Fernán González.
Tradicionalmente, mester de juglaría se opone a mester de clerecía; sin embargo, coexistieron, compartiendo público y lengua.
Lenguaje
El lenguaje se caracteriza por ser cuidadoso y selecto aunque, debido tanto a su afán didáctico y divulgador, como se suele emplear un tono menos elevado que el épico.
El Mester de Clerecía en el Siglo XIII
Durante el siglo XIII, el mester de clerecía empleó exclusivamente la cuaderna vía; todas las obras de este siglo son anónimas, sin exceptuar las de Gonzalo de Berceo.
El Mester de Clerecía en el Siglo XIV
Dos serán los exponentes de esta época: Juan Ruiz (Libro del buen amor) y el canciller Ayala (que escribe Rimado de Palacio). Dentro del mester de clerecía, durante este siglo, se incorporarían nuevos metros distintos a la cuaderna vía.