EL MODERNISMO. CARACTERÍSTICAS GENERALES A TRAVÉS DE LAS FIGURAS DE RUBÉN DARÍO Y DELMIRA AGUSTINI
El Modernismo supone el triunfo de una estética nueva surgida en el contexto de crisis finisecular (finales del s. XIX y principios del s. XX) que afecta a España y a otros países europeos. Nace con una actitud de protesta y rebeldía frente al Realismo burgués por el camino de la evasión estética y del culto a la belleza. Estos son algunos rasgos, visibles la mayoría en la obra y vida del poeta Rubén Darío:
Características del Modernismo
- Actitud vital de rebeldía y afán por renovar la vida y el arte. Rechazo de las normas sociales y morales, gusto por la provocación, desprecio de la vulgaridad y la mediocridad de la vida burguesa y de la civilización posterior a la revolución industrial.
- Relación con la bohemia y el dandismo como actitudes vitales de rebeldía frente al mundo burgués. Su deseo es provocar tanto desde dentro (dandy) como desde fuera de esa sociedad.
- Influencias de los románticos (paralelismo con la rebelión romántica), de la poesía francesa parnasiana (gusto por la perfección formal), simbolista (uso de símbolos y temas procedentes de la poesía de Verlaine – jardines otoñales, parques solitarios-, para hablar de la soledad, el hastío vital…), decadentista (exaltación de lo morboso, y de todas las sensaciones), y de los precursores de la modernidad en Hispanoamérica (sensualidad y brillantez).
- Temas: rechazo del presente (buscan un mundo intemporal e imperecedero), evasión en el espacio y en el tiempo (la antigüedad clásica en general y Grecia de modo particular; el pasado medieval evocado por los románticos; exotismo orientalista), intimismo, angustia existencial (desarraigo, soledad, hastío vital, abulia, desazón romántica), protesta, decadentismo (gusto por lo mortecino y ruinoso).
- Estética plural que es síntesis de contrarios y de tradiciones diversas: universalismo, cosmopolitismo (es común el gusto por viajar y conocer nuevos mundos y “paraísos”) y gusto por lo propio y particular, espiritualismo (“mujer frágil y virginal”) y erotismo (“mujer fatal”), indigenismo e hispanismo, aristocratismo e interés por lo popular…
- Tono: sensual, vitalista, decadente, provocador, frívolo a veces…
- Estilo: Estética que evoca un mundo ideal, soñado y distinguido, con una exaltación de los sentidos, la sensualidad y la musicalidad. Abundancia de recursos retóricos (aliteraciones, símbolos, sinestesias, paralelismos, anáforas, metáforas…).
- Léxico: abundancia de cultismos, neologismos, esdrújulas, adjetivación abundante.
- Renovación y gran variedad de la métrica: buscan, ante todo la música, el ritmo y la originalidad.
Autores significativos
Rubén Darío (Nicaragua) y Delmira Agustini (Uruguay), entre otros, en Hispanoamérica. En España, Antonio Machado (primera etapa, con un Modernismo intimista y simbolista), Manuel Machado, Valle-Inclán (primera etapa), Juan Ramón Jiménez (primera etapa).
EL MODERNISMO DE RUBÉN DARÍO (Nicaragua 1867-1916)
Su poesía sintetiza el Modernismo americano y los movimientos europeos de Fin de Siglo, Parnasianismo y Simbolismo especialmente. En su trayectoria, se pueden distinguir dos etapas diferenciadas:
- La primera etapa está representada por Azul (1888, 1890) y Prosas Profanas (1896). Azul refleja el estilo propio del Modernismo americano: exotismo, musicalidad, fantasía, erotismo, temas de mitos precolombinos… Prosas profanas culmina esta tendencia; es una poesía brillante, sensual y vitalista, de temas cosmopolitas, exóticos o paganos. Su profunda renovación poética (temas, estilo y métrica), provocó reacciones encontradas, de admiración o desprecio.
- La segunda etapa, desarrollada tras su segundo viaje a España, se recoge en Cantos de vida y esperanza (1905) y muestra una mayor preocupación humana. En este libro tomó partido por la conservación de los valores culturales españoles en Hispanoamérica frente al creciente poderío de los Estados Unidos (vencedor en la Guerra de Cuba de 1898). Combina temas sociales cercanos al Grupo del 98, poemas de tema político con otros claramente existenciales y pesimistas (“Lo fatal”). En prosa, escribió artículos periodísticos y fue un maestro de cuentos en prosa poética modernista.
Características de la obra de Rubén Darío
Todas las características citadas del movimiento podemos encontrarlas en la obra de Darío. En general, cabe decir que evoluciona desde unos comienzos más sensoriales y brillantes hacia una madurez más reflexiva y honda y, además, promueve la renovación estilística de la lírica en castellano que se plasma particularmente en tres ámbitos:
- Defensa de una estética de los sentidos, la sensualidad y la musicalidad: es por ello que en sus versos proliferan las referencias a los aromas (mirra, sándalo, incienso…), piedras preciosas (zafiro, diamante, rubí…), colores (azul, púrpura, ocre, violeta, añil, verde, albo, oro…), instrumentos musicales (arpa, clave…)
- Léxico: abundancia de cultismos, neologismos, palabras extrañas y bellas, esdrújulas (ebúrneo cisne, alma áptera, bosque hiperbóreo…), adjetivación abundante.
- Aliteraciones (“esta mudo el teclado de su clave sonoro”, “la libélula vaga de una vaga ilusión”), paralelismos (para reforzar la musicalidad del texto literario); símbolos (el cisne, que evoca al poeta incomprendido, el azul que nos remite al mundo del ideal y el ensueño, el otoño que nos habla de la finitud, el crepúsculo, el sueño…); sinestesias (figura retórica que mezcla diversos sentidos: “aladas arpas”, “áureo beso”, “pálpitos azules”); paralelismos, anáforas, metáforas…
Es también un ejemplo único de la renovación de la métrica: usa el alejandrino trimembre de los simbolistas franceses, los eneasílabos (“juventud, divino tesoro”), los dodecasílabos… y otros más habituales en la poesía hispánica (endecasílabos y octosílabos). Busca la música y el ritmo con metros como sonetos alejandrinos, silvas, romances… Son frecuentes las rimas internas…
Rubén Darío es, en definitiva, el autor que mejor reflejó la gran revolución poética del Modernismo. La influencia de su obra se percibe en la poesía de la escritora uruguaya Delmira Agustini.
EL MODERNISMO DE DELMIRA AGUSTINI (Uruguay 1886-1914)
Esta poetisa uruguaya tuvo una vida breve, tormentosa y con final trágico, lo que la rodeó de un aura de “malditismo”. Su obra está marcada por el feminismo, la sensualidad, el deseo y el sexo, desde una perspectiva novedosa para la época. En sus primeros poemas, su estilo es próximo al de los inicios de Rubén Darío: exotismo, cosmopolitismo.
Escribe sobre ilusiones y sueños (idealismo) a través de numerosos símbolos, usados por los modernistas: el otoño, la primavera, las hadas, la musa, el cisne…
En 1907, publica su primer libro, El libro blanco (Frágil), y en 1910, ve la luz Cantos de la mañana. En 1912, Rubén Darío viaja a Montevideo, la conoce y queda impresionado por sus versos, hasta tal punto que la considera la joven promesa del Modernismo. En cambio, no siempre fue valorada en los círculos modernistas. En 1913, se edita Los cálices vacíos, precedido de un “Pórtico” lleno de elogios del autor nicaragüense. Constituye un libro más abiertamente erótico que los anteriores y en el cual la mujer es “sujeto de deseo” (y no solo “objeto”, como venía siendo habitual). Esta obra es una puerta abierta al Vanguardismo que su corta vida no le permite explorar del todo.
La edición póstuma de sus Obras completas incluye El rosario de Eros y Los astros del abismo.
En la lírica de Agustini, encontramos una nueva visión del lenguaje erótico y del deseo femenino, que chocó con los códigos tradicionales de su entorno, aunque dejó una profunda huella en voces femeninas posteriores.
Si tuviésemos que condensar algunos rasgos comunes a toda su obra señalaríamos un marcado afán de evadirse de la realidad y la indagación en el mundo de los sueños; sensualidad, deseo y erotismo, con la mujer como protagonista y dueña de su cuerpo; pesimismo, pues amor, locura y muerte se funden en muchos de sus poemas.