El Renacimiento, el Barroco y el Clasicismo: Un Recorrido Literario

El Renacimiento

Características

  • Aparecen temas, géneros y formas procedentes de la antigüedad grecolatina, ausentes de la literatura medieval.

  • El interés por el ser humano, que ocupa el lugar antes reservado a Dios. Se separan lo religioso de lo profano y los depositarios de la cultura son laicos.

  • La atracción por la naturaleza.

  • El auge de las lenguas nacionales en la producción literaria, imitando la elegancia y naturalidad de escritores latinos.

Durante el siglo XVII en España e Inglaterra se reacciona contra el espíritu pagano, la sobriedad y el equilibrio renacentista. Surge así el Barroco, caracterizado por el pesimismo, el resurgimiento de la religión (Shakespeare, Góngora, Quevedo, Calderón).

En Francia, que alcanza su máximo esplendor en el siglo XVII, surge el Clasicismo, movimiento caracterizado por:

  • El culto a la buena razón y al buen gusto, lo que obliga a la mesura y la verosimilitud, rechaza lo fantástico y poco natural.

  • La utilidad. La literatura debe educar, de ahí su componente moralizador.

  • El carácter cortesano y refinado: el arte se gesta en los salones de la nobleza y de la corte, desde donde irradia al pueblo.

La Poesía

En el Renacimiento

El paso de la lírica medieval a la renacentista se da en Italia con Dante y Petrarca, quienes fueron imitados por Garcilaso y Roldán, incorporando el petrarquismo, la idealización de la naturaleza y los mitos clásicos.

Petrarca

Vivió en el siglo XIV en Italia. Es un hombre de la Edad Moderna: un gran humanista y gran poeta, punto de partida de la lírica renacentista europea. Su primer libro de poesía, Cancionero, que trata del amor no correspondido, se inspiró en Laura de Noves, mujer casada.

Petrarca ve en Laura a una mujer real, aunque idealizada, que despierta sus deseos. El libro consta de dos partes: las rimas compuestas en vida de Laura, llenas de angustia y culpabilidad, y las compuestas tras su muerte, donde la amaba.

Ronsard

Fue el más relevante de los siete de La Pléyade. Los unía su admiración por los clásicos y su afán por introducir en su país las fórmulas italianas. Ronsard, hombre educado y con gran formación humanística, fue muy admirado dentro y fuera de Francia. Tras su retiro a los cincuenta, completó su obra más famosa y personal, Los amores: tres libros de sonetos dedicados a tres mujeres. Describe todo lo hermoso y delicado que admira en la mujer, pero también todo lo fugaz, de donde deriva la melancolía que envuelve sus libros. Como antídoto al tiempo huidizo y a la muerte, el autor invita a disfrutar de la vida y del amor.

En el Clasicismo

Durante el Clasicismo y el Ilustrismo se cultivó poco la poesía. La fusión de lo poético y el deseo de moralizar dio lugar a la fábula, composición literaria generalmente en verso de la que se desprende una enseñanza.

La Fontaine

Murió olvidado por sus contemporáneos, pero sus fábulas están en la infancia de cualquier persona. Se inspira en el griego Esopo y en el latino Fedro. Por medio de sus fábulas parodia con ironía el comportamiento humano. Posee un lenguaje lleno de matices, elegante y delicado.

El Ensayo

Los Humanistas

Con el Renacimiento nace el Humanismo, corriente cultural interesada en lo relacionado con el hombre. Eran grandes conocedores de las lenguas clásicas y capacitados para componer poemas, redactar tratados o comentar un manuscrito antiguo.

El humanista más influyente fue Erasmo de Rotterdam, autor de Adagios y Elogio de la locura, libros de contenido moral y religioso, considerados peligrosos en su época. El inglés Tomás Moro describió en Utopía un país ideal en que reina la igualdad, la tolerancia…

Montaigne

También poseyó una sólida formación Montaigne, que prefirió para sus escritos la lengua francesa.

Ejerció como abogado hasta la muerte de su padre, tras lo que se retiró. Él fue quien acuñó el término ensayo, escrito ameno que versa sobre cualquier tema de interés. Llamó Ensayos a sus reflexiones sobre política, filosofía, pedagogía… En ellos manifiesta erudición y conocimiento de los clásicos, su carácter y numerosos detalles autobiográficos. Su estilo es natural, claro, sobrio y salpicado de ironía.

La Narración

En el Renacimiento

Las novelas, narraciones destinadas a la lectura individual, no a la audición en grupo, alcanzan gran difusión en el Renacimiento. Pretenden distraer a los lectores con argumentos, personajes idealizados o inverosímiles, y con la repetición de dos temas: el amor y la aventura.

Las modalidades más en boga fueron: la novela sentimental, que nace con La Fiammetta de Boccaccio (también su libro de cuentos Decamerón); la novela pastoril, modelo de las Églogas de Virgilio; y la novela de caballería, derivada de los poemas caballerescos. La novela picaresca, de carácter realista, es la única que presenta ambientes y situaciones contemporáneas.

Bocaccio

Completa la trilogía de grandes cuentistas del siglo XIV. Recibió una esmerada educación en la corte. Se enamora de la Fiammetta, de uno de sus relatos, que finalmente termina rechazándolo. Creará un arte narrativo adecuado a una nueva sociedad que disfruta de los placeres de la vida. En Fiammetta relata sus aventuras amorosas, aunque invirtiendo los papeles: la mujer espiritualizada en Dante e idealizada en Petrarca es contemplada por Boccaccio con realismo y humanidad. Su obra más destacada es la colección de cuentos Decamerón.

Con ella, la literatura da un paso decisivo al realismo desenfadado y laico del Renacimiento, lejos del idealismo religioso y moralizador de la plena Edad Media.