El Romanticismo Literario del Siglo XIX en España

Marco histórico y cultural

Las manifestaciones literarias en España durante el siglo XIX se dividen entre las que tuvieron lugar en la primera mitad y las correspondientes a su segunda parte. En la primera mitad domina el Romanticismo, mientras que en la segunda el Realismo y el Naturalismo.

En las primeras décadas del siglo, la exaltación de la libertad, el predominio del sentimiento y la ausencia de normas del Romanticismo se corresponden con el período exaltado de las revoluciones liberales. En España coincide con el fin de la Guerra de la Independencia y del gobierno absolutista de Fernando VII, así como con la vuelta de los exilados españoles, entre ellos Espronceda y el Duque de Rivas.

Características de la literatura romántica

a) Libertad e individualismo

El Romanticismo exaltó la importancia del individuo y afirmó su libertad como valor supremo:

  • Libertad moral (derecho a pensar y actuar sin sujeción a las normas sociales)
  • Libertad política (derechos de los ciudadanos como tales)
  • Libertad artística (derecho a la imaginación creadora y rechazo de las reglas neoclásicas)

b) Subjetividad y sentimentalismo

En la creación literaria se manifiesta en la expresión de la interioridad del yo romántico, sobre todo sus sentimientos y pasiones.

c) Angustia existencial

El ansia de libertad choca con la realidad y el romántico expresa, con melancolía o desgarro, su angustia existencial. La oposición entre las aspiraciones del individuo y el medio social llevará al interés por tipos humanos marginales (el pirata, el mendigo, el verdugo…).

d) Historicismo y nacionalismo

Las obras se relacionaron con el espíritu de la nación. Esta inclinación por el pasado llevó a ambientar las obras en épocas pretéritas, en un mundo idealizado, sin demasiado rigor histórico. El interés por las distintas culturas españolas llevó a la búsqueda de la identidad nacional y al renacimiento de las literaturas gallega y catalana.

e) Huida de la realidad e irracionalismo

El pasado, sobre todo la Edad Media, sirvió también como escenario adecuado para la expresión de los anhelos e ideales, alejado de la realidad rechazada. La evasión se manifiesta en la fantasía: exotismo de espacios y culturas orientales; la elección de motivos terroríficos o fantásticos y la nocturnidad.

De acuerdo con este ideario romántico, los temas más importantes de la literatura fueron la libertad, el poder y la justicia; el sentido de la vida y el silencio de Dios; el destino del ser humano y sus misterios; y el amor, anhelado e inalcanzable.

En cuanto al estilo, los escritores románticos rechazaron las convenciones del lenguaje poético y reivindicaron la mezcla de géneros, de registros y de estilos. Destaca la utilización de enunciados exclamativos para expresar estados de ánimo, y predominan el léxico y los recursos lingüísticos apropiados para la expresión de la subjetividad, la sentimentalidad y las emociones.

La poesía romántica

a) La poesía narrativa

En un primer momento destaca la poesía histórica, de tema caballeresco, acorde con el interés por el pasado medieval. Pero también es una poesía social, que denuncia los defectos de la sociedad moderna y lucha contra la injusticia. Aborda los temas del destino del hombre, la existencia de Dios y la angustia existencial. En esta poesía destacan el Duque de Rivas, José Zorrilla y, sobre todo, José de Espronceda (El estudiante de Salamanca y El diablo mundo).

El estudiante de Salamanca se basa en el mito del burlador. Félix de Montemar es un hombre altanero, mujeriego y jugador que seduce y abandona a Elvira, quien enloquecida, muere. Una noche el pecador sigue a una mujer misteriosa y presencia su propio entierro, después se casa con la mujer tapada, que resulta ser un esqueleto; y la tumba es el lecho nupcial.

b) La poesía lírica

En la poesía lírica se pueden mencionar dos corrientes:

  • Una tendencia centrada en los conflictos entre el individuo y el mundo, en la que sobresalen las canciones de Espronceda. Son composiciones referidas a tipos humanos marginados, símbolos de valores ideológicos y morales: El pirata, El mendigo, El canto del cosaco.
  • Una lírica más intimista centrada en los temas del amor, la naturaleza y la muerte, donde prevalece un estilo más sencillo, alejado de alardes retóricos. En ella destacan los dos poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XIX: Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.

La obra poética de Bécquer es muy breve y sus Rimas suelen dividirse temáticamente en cuatro series: la poesía, el amor, el desengaño y el dolor. Es una poesía muy subjetiva, con un estilo muy sencillo pero de gran perfección formal, y con preferencia por los versos breves de rima asonante. Bécquer concibe la poesía como algo misterioso y antepone el poder de evocación de los objetos sobre sus características propias.

La prosa romántica

La prosa romántica tuvo dos principales formas de manifestarse:

a) La novela histórica

La atracción por el pasado histórico (sobre todo de la época medieval) se dio el desarrollo de la novela histórica. Este tipo de novelas recrean un mundo idealizado, heroico, mezclado con leyendas, donde prevalecen los sentimientos y la religiosidad. Ej. obra: El doncel don Enrique el Doliente (Larra)

b) El costumbrismo

En los cuadros de costumbres se retrataban el habla y las costumbres del pueblo de forma idealizada y pintoresca, teñida de cierto humorismo. Sus principales cultivadores fueron Ramón Mesonero Romanos, con sus Escenas matritenses. El costumbrismo se convirtió a veces en un instrumento para la crítica social. Así ocurre en el caso de Mariano José de Larra, el principal prosista de la época. A Larra se le considera el modelador definitivo del género del artículo crítico y ensayístico de extensión breve en español. Los artículos de Larra destacan por la viveza de la narración y del diálogo, por su lenguaje claro y directo y, sobre todo, por su fuerza satírica. Larra acerca el periodismo a un amplio sector de lectores, por lo que aproxima este género a la modernidad. Sus artículos pueden ser agrupados en dos grandes bloques:

  • Artículos de crítica política, social y de costumbres. En sus artículos de costumbres censura la ignorancia y el atraso (En este país), las modas absurdas y la vanidad (El castellano viejo), la hipocresía y el engaño, la mala educación y la grosería (Casarse pronto y mal), la ineficacia de los servicios públicos (Vuelva usted mañana); en sus artículos políticos denuncia la ineptitud de los gobiernos de su época.
  • Artículos de crítica literaria y artística. La mayor parte se dedica a la crítica de obras teatrales, tanto en sus aspectos textuales, como en los referidos a las representaciones y a la formación del público (Carta a Andrés).

El teatro romántico

Los autores románticos se rebelaron contra las normas del Neoclasicismo y en sus dramas de origen histórico o legendario proyectaron las ideas y tensiones presentes en la sociedad de la época. Principales rasgos del teatro romántico:

  • Los temas predilectos son el amor trágico en abierto conflicto con las convenciones sociales, la lucha del individuo por la libertad y la fuerza del destino.
  • Los personajes suelen distinguirse por varios aspectos: en su actitud se muestran valientes, rebeldes o incluso arrogantes frente a una realidad que se opone a sus deseos (se enfrentan con las barreras que su destino les impone). Pero psicológicamente carecen de equilibrio y se guían por las pasiones. Los protagonistas suelen ser extraños y misteriosos; muchos aparecen marcados por un sino trágico que les aboca a la catástrofe final.
  • Se prefieren los ambientes lúgubres y retirados, y las acotaciones cuidan especialmente la ambientación y los efectos escénicos.
  • La finalidad del teatro es fundamentalmente emocional: busca conmover e impresionar al espectador.
  • Se proclama la libertad creadora: se mezcla lo trágico con lo cómico, lo dramático con lo lírico o la prosa con el verso. Tampoco se respetan las unidades de lugar, tiempo y acción, y la trama se suele distribuir en cinco actos.

Las dos obras más importantes del teatro romántico son:

a) Don Álvaro o la fuerza del sino (Duque de Rivas)

La obra rompe con las reglas neoclásicas y ejemplifica el prototipo de drama romántico: la acción se desarrolla en Italia y en España, pasan varios años, mezcla lo trágico con lo cómico, combina la prosa con el verso, tiene cinco actos, hay escenas sobrecogedoras y su estilo retórico transmite vehemencia y apasionamiento.

El personaje central encarna al héroe romántico (indiano rico, mestizo y rechazado por su origen oscuro), víctima del destino y del rechazo de la sociedad. Ninguna de sus acciones evita su desgracia: huye continuamente, pero el código del honor y un hado cruel e implacable le persiguen e imposibilitan su felicidad. De esta forma, el suicidio desesperado de don Álvaro es ante todo un acto de rebeldía, la última manifestación de la libertad individual del personaje.

b) Don Juan Tenorio (José Zorrilla)

En esta obra se retoma el mito de don Juan presente en El burlador de Sevilla (Tirso de Molina): un joven amoral y libertino que seduce a una o varias mujeres y finalmente vive un encuentro sobrenatural que desencadena en el último momento su salvación o su condena eterna. A diferencia de la obra barroca, el drama de Zorrilla se centra en una sola aventura amorosa y presenta un protagonista que se arrepiente y logra la salvación por medio del amor. El tema más importante de esta obra es la libertad de decidir, la capacidad del individuo de modificar su destino por medio de su voluntad; además del amor y la misericordia de Dios.

Doña Inés, personaje opuesto a don Juan, ejemplifica la virtud y la inocencia que acaban por doblegar la maldad del protagonista. Doña Inés se encuentra próxima a la divinidad; es un “ángel de amor” que actúa como mediador entre el mundo y Dios. En ella, el autor representa la creencia en la salvación del ser humano y refleja la importancia que la bondad y la fe tienen para serenar la inquietud propia del espíritu romántico. El amor verdadero, íntimamente relacionado con el amor a Dios, ennoblece y redime al hombre.