El Teatro Español de Posguerra (1939-1975): Antonio Buero Vallejo

El Teatro Español de Posguerra (1939-1975)

1. Introducción

La Guerra Civil española (1936-1939) provocó un teatro con fines de propaganda o de agitación política. Tras la guerra, la escena española queda sustancialmente despreciada. Muertos los dos dramaturgos más grandes de este periodo, Valle-Inclán y Lorca, otros como Alberti, Max Aub, Jacinto Grau y Casona se ven obligados a exiliarse. Arniches, después de una breve estancia en Sudamérica, regresa para estrenar todavía alguna obra, pero ya está en franca decadencia. Del lado de los vencedores quedan en España Benavente y Serafín Álvarez Quintero, que a pesar de la muerte de su hermano Joaquín, sigue firmando las obras en nombre de los dos.

La influencia de la censura, que condiciona tanto el texto como la puesta en escena de las obras, es un factor determinante. Los empresarios orientan el teatro hacia la explotación comercial, dando lugar al cultivo masivo del drama de evasión. El teatro cómico tiene un mayor desarrollo, tanto por su carácter intranscendente como por la condición ideológica de los autores que lo cultivaron. Junto a este teatro cómico existe otro que, aun siendo de evasión, contiene pretensiones ideológicas: exaltación de los valores jerárquicos, la idea del imperio, el catolicismo…, relacionado con el nuevo régimen.

Después de los años cuarenta y a medida que las circunstancias políticas cambian y se flexibiliza la censura, aunque siguen predominando las formas teatrales evasivas, aparecen en la escena española otras tendencias, como el realismo y el simbolismo, hasta que en los años ochenta hacen acto de presencia en nuestro teatro las corrientes innovadoras del teatro extranjero.

2. Teatro de los Años Cuarenta

Se distinguen dos grandes bloques:

2.1. Comedia Burguesa

Continuadora de la línea teatral de Jacinto Benavente. Mientras en Europa se representan obras renovadoras de Brecht e irrumpe con fuerza el teatro del absurdo de Ionesco y Beckett, en España se lleva a escena un teatro convencional, que entronca con el melodrama o el teatro popular anterior, y busca divertir a un público conservador. Por otro lado, recordemos que la censura de la época impedía estrenar obras que planteen una mínima disidencia.

2.1.1. Características:
  • Es un teatro bien construido, con diálogos sólidos, acción bien realizada y sorpresas calculadas.
  • La acción se desarrolla en interiores donde reina la comodidad y el confort.
  • Los personajes son casi siempre de clase media sin problemas económicos.
  • Los temas son repetitivos: amor, infidelidad, altercados entre padres e hijos.
  • Es un teatro cómico que a nada se compromete, cuya intención crítica se centra exclusivamente en las costumbres burguesas, pero tratadas sin acritud.
2.1.2. Autores

Pertenecen a esta época una larga nómina de autores de entre los que destacamos:

  • José Mª Pemán: Se inclina por un teatro costumbrista. Ejemplo: “Los tres etcéteras de don Simón”.
  • Joaquín Calvo Sotelo: Con una amplia producción. Ejemplos: “Una muchachita de Valladolid”.
  • Juan Ignacio Luca de Tena: Escribe farsa, obras costumbristas y obras históricas. Ejemplos: “¿Dónde vas Alfonso XII?”.
  • José López Rubio: Es el más interesante de todos por su sabiduría escénica y su construcción de los diálogos. Ejemplos: “La otra orilla”.
  • Víctor Ruiz Iriarte: Con influencias del teatro poético. Ejemplo: “El landó de seis caballos”.
  • Edgar Neville: Escribió una gran comedia: “El baile”.
  • Otros: Jaime Salom, Alfonso Paso y Juan José Alonso Millán.

2.2. Teatro de Humor

En estas obras predomina la comicidad, tenga o no intencionalidad satírica. Sobresalen dos autores:

  • Enrique Jardiel Poncela: Inicia su producción novelística y teatral antes de la guerra civil. Sus obras son una caricatura de la sociedad. Es un maestro en crear situaciones inverosímiles, en el uso de un lenguaje que no refleja categoría social alguna y en el humor abstracto de raíz intelectual. Destacamos como obras: “Cuatro corazones con freno y marcha atrás” y “Eloisa está debajo de un almendro”.
  • Miguel Mihura: Se dedica al periodismo además de al teatro. Su concepción del humor inverosímil, en la línea de Jardiel, y su postura inconformista ante los convencionalismos sociales le convierten en un antecedente del Teatro del Absurdo. Obras: “Maribel y la extraña familia” y “Ninette y un señor de Murcia”. Ambos ofrecen situaciones disparatadas y absurdas, sin previo aviso, que arrancan de otras más verosímiles. Final siempre sorprendente.

3. Teatro de los Años 50

A finales de los años cuarenta se produce un movimiento de reacción contra el teatro evasivo que había dominado la escena española en la década precedente. Se sigue manteniendo un tipo de teatro comercial y aparece un Teatro Social de talante crítico. Dos tipos de teatro:

3.1. Teatro Realista Existencialista y Social

3.1.1. Características:
  • Presentación en el escenario de la realidad social española (insolidaridad de la burguesía, bajos salarios, emigración y persistencia de actitudes irreconciliables).
  • Las clases humildes como protagonistas: obreros y modestos empleados que habían estado marginados en el teatro anterior.
  • Uso del lenguaje coloquial y popular.
  • Esta corriente realista abarca un periodo más amplio que la década de los cincuenta en sí, ya que encontramos obras que siguen estos criterios incluso en la década de los sesenta.
  • En el seno del Teatro Social surge un debate conocido como enfrentamiento entre el posibilismo y el imposibilismo. El posibilismo lo integran autores dispuestos a atenuar la crítica con tal de estrenar sus obras (Antonio Buero Vallejo). En el lado contrario los defensores del imposibilismo, autores que quieren expresarse libremente, aunque esto les traiga muchos problemas con la censura y les lleve a no poder representar sus obras (Alfonso Sastre).
3.1.2. Autores
  • Alfonso Sastre: Es un exponente destacado del Teatro Social Comprometido (principal impulsor y teórico), con obras como “Escuadra hacia la muerte” (plantea el conflicto entre la autoridad y la libertad y muestra un alegato contra la guerra. Desarrollada en la 3ª Guerra Mundial, un escuadrón militar es enviado a una avanzadilla, donde estará bajo el mando de un tiránico cabo, al que los soldados acabarán por asesinar en una noche de borrachera. Temas: la opresión y su consiguiente rebelión, los remordimientos y la expiación de la culpa) y “La mordaza” (que denuncian la opresión y la tiranía, abordando temas como la autoridad, la libertad y la censura en un contexto de conflicto bélico y represión familiar. Actitud de denuncia y una fuerte voluntad de renovación. Historia de Isaías, asesino que tiene atemorizada a su familia. La única capaz de quitarse la mordaza y denunciarle será su nuera Luisa. Tema de la censura, la represión y la dictadura). Su obra apenas se representó en su momento por desconexión con gran parte del público y de la crítica, o por problemas con la censura. También hay que recordar que en esta época inicia su actividad Antonio Gala que combina la comedia de salón con el teatro simbolista.

3.2. Teatro Convencional

El público mayoritario, compuesto por una burguesía sin mayores aspiraciones culturales, asiste a un tipo de obras más o menos tradicionales, más o menos serias o completamente frívolas. Este público, amante de un teatro de leves contenidos críticos, con rasgos de humor y según las directrices de la “obra bien hecha” es el que hace triunfar a Jaime Salom, con “La casa de las chivas”, a Jaime de Armiñán con “Pisito de solteras”.

4. El Teatro de 1960 a 1975

El teatro español de esta época sigue tendencias paralelas a las de la novela e incluso la poesía. Corrientes:

4.1. Comedia Burguesa

Teatro de evasión, dirigido a un público sin demasiadas inquietudes, con tramas cómicas, a menudo de enredo, que reflejan bien el vacío de las clases acomodadas durante la dictadura. Juan José Alonso Millán con “El cianuro, ¿solo o con leche?”, Jaime Salom o Alfonso Paso con “Enseñar a un sinvergüenza”.

4.2. Teatro Comprometido

Podemos destacar:

4.2.1. Teatro Realista

Se trata de una continuación del camino iniciado por Buero Vallejo y Alfonso Sastre.

4.2.1.1. Características:
  • La narración es cronológica.
  • Predilección por temas como la injusticia social, la explotación del ser humano, la crueldad y la violencia.
  • Utiliza un lenguaje violento, directo y sin eufemismos.
  • Predomina un tono amargo y desesperado.
  • Hay preferencia por las formas dramáticas realistas-naturalistas, la farsa y el sainete.
  • Los protagonistas son tratados como víctimas de una sociedad alienada.
  • Se rechazan las formas del teatro vanguardista y del teatro del absurdo.
  • Emplean técnicas propias de los sainetes grotescos, el expresionismo e incluso el esperpento de Valle-Inclán.
4.2.1.2. Autores
  • José Martín Recuerda: Con obras como “Las salvajes de Puente San Gil”, obra de gran realismo y de protagonismo coral, que muestra el más retrógrado conservadurismo de la burguesía ante la llegada de un grupo de actrices de revista cuya presencia no aceptan.
  • Lauro Olmo: En su obra “La camisa” trata el tema de la emigración, del paro y de la escasez de dinero, reflejando la vida difícil de las clases sociales más humildes.
  • Carlos Muñiz: Destaca sobre todo su obra “El tintero”, denuncia de la burocracia administrativa y de la deshumanización del individuo forzado a la realización de un trabajo alienante.
4.2.2. Teatro Simbolista

Sus autores adquirieron un estilo dramático diferente para tratar temas similares a los de los autores realistas.

4.2.2.1. Características:
  • Sustitución del personaje-persona por el personaje-signo (poder, dictadura…): la única función de los personajes es conseguir la respuesta crítica del espectador que nunca se identifica con ellos.
  • La acción y el lenguaje son simbólicos: el espectador debe decodificar y dar otro sentido a lo que ve.
  • Con frecuencia aparecen en el espacio escénico efectos sonoros o visuales con función simbólica.
  • El desarrollo de la acción no es lineal: está estructurado en fragmentos.
  • Se concibe al teatro como espectáculo, como experimento colectivo, para hacer participar al público en la acción del drama.
  • El texto pierde importancia, es concebido como un material que habrá de completarse en su realización escénica con ayuda de actores y realizadores.
  • Preferencia por la farsa grotesca y satírica y la degradación y cosificación de los personajes.
4.2.2.2. Autores
  • Francisco Nieva: Escribe teatro desde los años 50, estrena en 1976. Señalemos como obra “La carroza de plomo candente”.
  • Fernando Arrabal: Comenzó su carrera en los años 50, dentro del teatro del absurdo, pero después será uno de los principales representantes del llamado Teatro Pánico. Este se caracteriza por la provocación y el desenfreno, por un rechazo de la burguesía y del orden establecido, en medio de un mundo sin sentido y cruel. Obras: “Pic-Nic” o “El cementerio de automóviles”. La temática de sus obras es variada: la soledad, la incomunicación, el sinsentido de la vida y el ataque a las estructuras morales de la sociedad.
  • Grupos de Teatro Independiente: Desarrollan una tarea basada en la creación de textos propios, muchas veces colectivos, y le dan más importancia al espectáculo y al montaje que al texto en sí. Fueron muy importantes en los años finales del franquismo y se centraron en la denuncia y la provocación. Destaquemos: Tábano (en Madrid), creador de “Castañuela 70”, una de las representaciones fundamentales en la época; Els Joglars, con obras como “Daali”; Teatre Lliure en Cataluña; Askelarre, en Bilbao… Todos estos grupos dirigen su espectáculo al gran público.

5. Antonio Buero Vallejo (Guadalajara 1916-2000)

5.1. Vida

Durante la guerra abrazó la causa republicana y, al acabar, colaboró con grupos clandestinos comunistas. Fue detenido y condenado a muerte, aunque se le conmutó la pena por la de treinta años de prisión. Salió en libertad provisional en 1946, y su vida cambió radicalmente al obtener el premio Lope de Vega en 1949, lo que le permitió estrenar su primera obra. A partir de entonces se convirtió en un dramaturgo imprescindible.

5.2. Obra

5.2.1. Características

Aunque podemos destacar tres etapas en su obra, todas ellas comparten una serie de características comunes:

  • Temas: denuncia de la injusticia, inconformismo ante un mundo hostil, el sufrimiento y la búsqueda de la verdad.
  • Sus personajes, a veces con limitaciones físicas, viven en un eterno interrogante.
  • Deseo de ahondar en ciertos aspectos de la naturaleza humana: soledad, felicidad, amor, hipocresía…
  • No se trata de un teatro psicológico sino alegórico.
  • Intencionalidad de crítica social.
  • El teatro de Buero recupera la función de la tragedia griega: conmueve y obliga al espectador a tomar conciencia de lo que vive.
5.2.2. Etapas

Podemos distinguir tres etapas:

5.2.2.1. 1ª Etapa: Etapa Existencial (a partir de 1949)

En ella destacan: “Historia de una escalera”, en la que a través de la vida de las familias trabajadoras de una casa de vecinos, se retrata la situación de pobreza de la colectividad atrapada en un mundo miserable y sin futuro, una vida inútil en donde se repiten las frustraciones. Además pertenece a esta época “En la ardiente oscuridad”, que trata por primera vez el tema de la ceguera, que luego repite en otras obras, y que transmite el inconformismo humano ante las propias limitaciones.

5.2.2.2. 2ª Etapa: Teatro Social

Se inicia con la obra “Un soñador para el pueblo”, y aporta un nuevo enfoque temático basado en el predominio del punto de vista social, sin que esto signifique un abandono de sus preocupaciones existenciales de la primera época.

Características específicas de esta etapa:

  • Cambio en la concepción del espacio escénico: propondrá diferentes espacios en el escenario, que se alternan a los ojos del espectador a través de la iluminación.
  • Uso de recursos que buscan introducir al espectador en la obra (efectos de inmersión). Ejemplo: en “El tragaluz” se escucha a menudo el sonido de un tren que refleja las preocupaciones de los personajes. En esta obra se muestran las consecuencias de la guerra civil en una familia. Es un drama en el que la época actual es observada desde el futuro.
  • El enfoque social de este periodo lleva al autor a escribir un buen número de obras de tema histórico, lo que le permite denunciar problemas sociales de la España contemporánea de manera simbólica, a través de episodios históricos semejantes, con vistas a evitar la censura. Obras: “Las meninas”, con Velázquez como protagonista, o “El concierto de San Ovidio”, donde un grupo de ciegos simboliza a los oprimidos en los momentos previos a la Revolución francesa. También en los años sesenta escribe Buero la obra “La doble historia del doctor Valmy”, en la que se trata el tema de la tortura y la represión policial en un país imaginario. Como cabía esperar, la obra fue censurada y se estrenó después de la muerte de Franco.
5.2.2.3. 3ª Etapa: Teatro de Renovación Formal (obras posteriores a 1970)

En esta etapa la preocupación existencial y social se conjugan con el deseo de innovación formal. Es un teatro más experimental. Una de las obras más destacadas de este periodo es “La Fundación” (1974), que muestra a un grupo de presos políticos condenados a muerte, uno de los cuales sufre un trastorno que le hace creer que están en un centro de investigación en lugar de en una oscura celda. El autor reflexiona aquí sobre la libertad, la lucha por conseguirla y las consecuencias de esta lucha. El resto de sus obras las escribió ya en democracia: “Jueces en la noche”, “Diálogo secreto”.