El Auge del Realismo en la Década de 1950
Con Historia de una escalera (1949) de Buero Vallejo, un teatro grave, preocupado e inconformista (de corriente existencial) y con Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre, nació en la década de 1950 una corriente realista que se extendió más allá de los años 70. Surgieron nuevos públicos, la censura se relajó y los temas se centraron en la literatura social: problemas como la deshumanizada burocracia y la pésima situación de los obreros. Lo común era la injusticia social y la alienación. La actitud del autor era de testimonio o protesta (con limitaciones por la censura). En cuanto a la técnica teatral, se empleó un teatro realista, con recursos del sainete y rasgos del esperpento, o simbolismo de aire kafkiano, según el autor. Las puestas en escena se caracterizaron por la complejidad de los espacios escénicos, y los personajes, seres también complejos, luchaban por defender sus ideales.
Antonio Buero Vallejo
El Teatro Trágico de Buero Vallejo
El teatro trágico de Buero se centra en los grandes interrogantes del ser humano y en los problemas del hombre contemporáneo, con críticas a la España de su tiempo. Une lo social y lo existencial, con un mensaje ético, una reflexión sobre el individuo, la justicia y la verdad. No rompe con las fórmulas del teatro comercial, sino que las aprovecha para darles una dimensión nueva. Como recurso, emplea los efectos de inmersión para involucrar al público en la historia. Destacan escenas de En la ardiente oscuridad, protagonizada por ciegos, en las que la sala permanece completamente a oscuras, o los cambios escénicos de La Fundación, en que los espectadores van descubriendo la realidad de la cárcel a través de Tomás, que sufre una locura temporal. Son habituales los personajes con taras físicas o mentales que permiten una mirada distinta a su entorno. Su obra dramática se compone de planos que aparecen superpuestos en sus primeras obras (lo simbólico y lo realista) y que irán evolucionando a lo largo de su trayectoria dramática.
Etapas de la Producción Dramática de Buero Vallejo
Se suelen observar tres etapas en su producción dramática:
- Primera etapa: Tiene un enfoque existencial, con una técnica teatral realista. Historia de una escalera retrata la frustración e impotencia de la clase trabajadora que no logra salir adelante a pesar del esfuerzo. Encontramos personajes y la escalera que encarnan la inmovilidad del sistema. La escalera representa a las personas sin proyección de futuro por la imposibilidad económica (como en la sociedad de posguerra) y una familia minoritaria encarna esa mínima parte de la sociedad que tiene los medios para progresar. El autor nos muestra tres generaciones perdidas condenadas a esta escalera y a una suerte trágica.
- Segunda etapa: Tiene un enfoque social y ético, con una técnica teatral compleja (efectos de inmersión y escenarios múltiples y simbolistas). Escribe dramas simbólicos, en los que se vale del pasado para reflexionar sobre el presente: El tragaluz.
Esta obra presenta el tema de una primera crítica social causante del estado de la sociedad española. Refleja los abusos de la gran corporación, como la empresa editorial donde trabaja Vicente, que puede determinar su futuro. También aparece la falsa ilusión y creencia de que la sociedad y economía marchan bien debido a que no quieren enfrentarse con la realidad.
Tercera etapa: Presenta contenidos sociales y políticos más explícitos, con incorporación de experimentos escénicos: La Fundación.Este drama es una dura reflexión sobre la condición humana. Implica a los espectadores y los convierte en personajes: todos somos prisioneros. La metáfora escénica que equipara la prisión a un agradable centro de estudios traslada la circunstancia de la obra y permite tratar situaciones que incumben a la vida del hombre contemporáneo. Es una muestra teatral del tema literario del “engaño a los ojos”. De la confortable institución en que el público se ha instalado al principio, junto a Tomás, se camina hasta el descubrimiento de la celda de la que nunca se ha salido. Es un tema habitual en el teatro de Buero: la crisis del concepto de lo real. Ya no se puede creer ni en lo que se ve en escena pues puede ser una ilusión óptica.
Se trata de un caso de alienación que finaliza con el triunfo de la lucidez, lo cual es la definición del sentido global de su dramaturgia. La Fundación aclara que la locura podría ser también un refugio o modo de escapar, pues eso significa para Tomás. Esa locura que hace ver lo que no es, ha de ser superada porque el hombre debe encararse con los aspectos más duros de su situación real, por amargos que sean.
La reflexión que levantan estos cinco condenados afecta a la condición humana: el preso puede hallar el modo de fugarse y alcanzar la libertad, pero una vez fuera se dará cuenta de que todo es prisión. Asel reconoce que la libertad y la vida son una ilusión, pero el único modo de saberlo consiste en rechazar la inacción. Al salir de una cárcel o Fundación, podrá pasarse a otra un poco mayor, pero el cambio puede ser aceptable: “No podemos despreciar las pequeñas libertades engañosas que anhelamos aunque nos conduzcan a otra prisión”.
Alfonso Sastre y el Teatro de Agitación Social
Alfonso Sastre formó el Teatro de Agitación Social. Su obra más destacada es Escuadra hacia la muerte. Muestra la rebelión contra la autoridad que provoca una guerra que nadie entiende. La única acción (unos soldados permanecen esperando al enemigo) como la entidad de los personajes (castigados del ejército para llevar a cabo una misión imposible) se dirigen hacia un imposible final. A esto se añade la muerte violenta del responsable de la escuadra. Una sublevación entre ese tipo de personas incrementa el tono miserable del drama e intensifica la voluntad de crítica hacia la sociedad militar, incapaz de sostener sus propias normas.
Escuadra hacia la muerte resulta también un drama sobre la incomunicación, en el ambiente de un clima bélico que va más allá de una hipotética tercera guerra mundial. De ahí que el autor optara por el relato realista, a pesar del intento de proponer ciertos planos simbólicos.