1. La Comedia Burguesa
Este género teatral, de gran éxito comercial, se centraba en las preocupaciones de la burguesía. Jacinto Benavente, su principal exponente, cultivó diversos estilos:
- Drama: El nido ajeno
- Farsa: Los intereses creados (al estilo de la commedia dell’arte, con el tema del poder del dinero)
- Drama rural: La malquerida (con personajes campesinos y sentimientos primarios)
Otros autores destacados del teatro cómico fueron:
- Hermanos Álvarez Quintero: Creadores de una Andalucía tópica y costumbrista (Mariquilla terremoto)
- Pedro Muñoz Seca: Inventor del astracán (La venganza de don Mendo)
- Carlos Arniches: Cultivador del sainete y la tragedia grotesca (La señorita de Trevélez)
Durante la Guerra Civil, la comedia burguesa continuó con autores como Casona y Pemán.
2. El Teatro Poético
En contraposición al realismo burgués, este género abordó temas históricos o fantásticos con una versificación modernista. Destacan:
- Eduardo Marquina: En Flandes se ha puesto el sol
- Francisco Villaespesa: Aben-Humeya
- Hermanos Machado: Las adelfas
- Miguel Hernández: Pastor de la muerte (durante la Guerra Civil)
También se incluyen las obras iniciales de Federico García Lorca, como El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda. Su teatro, aunque con interpretaciones sociológicas, siempre posee una dimensión poética por la importancia del texto, su simbolismo, la desrealización de temas y escenarios, y las connotaciones trascendentes. Lo instintivo y el mito se plasman en obras como:
- Yerma (“poema trágico”)
- Bodas de sangre (cargada de simbolismo)
- La casa de Bernarda Alba (conflicto entre autoridad y libertad)
3. Los Intentos Renovadores. El Esperpento
Autores como Jacinto Grau y Lorca buscaron superar el realismo y naturalismo. La Generación del 98 contribuyó con Azorín (Lo invisible) y Unamuno (Fedra, El hermano Juan). Pero la renovación más destacada la llevaron a cabo Valle-Inclán y Lorca.
3.1. Valle-Inclán
Su teatro renovador, de alcance europeo, comenzó con dramas decadentes y simbolistas con un toque irónico (El marqués de Bradomín, El yermo de las almas). Le siguieron dramas gallegos (Comedias bárbaras, Divinas palabras) y farsas (La marquesa Rosalinda, Farsa infantil de la cabeza del dragón, etc.). Su obra cumbre es el esperpento, una técnica expresionista que degrada caricaturescamente la realidad española. Ejemplos de ello son:
- Luces de bohemia: Crítica a la política y la bohemia a través de la vida de Max Estrella.
- Martes de carnaval (trilogía): Sátira del honor, del mito de Don Juan y del ejército.
4. El Teatro desde 1939 hasta Nuestros Días
Tras la Guerra Civil, el teatro se vio afectado por la censura y la muerte de grandes figuras. Se distinguen tres tendencias:
4.1. Teatro de Humor
Sirvió como evasión de la realidad de posguerra. Destacan:
- Enrique Jardiel Poncela: Situaciones disparatadas (Eloísa está debajo de un almendro)
- Miguel Mihura: Humor absurdo e ilógico (Tres sombreros de copa, Maribel y la extraña familia)
4.2. Teatro Realista
En los años 50 surge un teatro social que reflexiona sobre los problemas de España. Autores clave:
- Antonio Buero Vallejo: Teatro crítico sobre la pasividad y la situación de España (Historia de una escalera, El tragaluz)
- Alfonso Sastre: La taberna fantástica
- Martín Recuerda: Las salvajes en Puente San Gil
Tras el franquismo, triunfa el neorrealismo, que mezcla nostalgia, humor y poesía para criticar el pasado y presente de España (Bajarse al moro, Las bicicletas son para el verano, Ay, Carmela).
4.3. Teatro Vanguardista
En los 60 y 70 se asimilan las vanguardias extranjeras, con autores como Fernando Arrabal (Pic-nic) y Francisco Nieva (Pelo de tormenta). También surgen grupos independientes como Els Joglars, Els Comediants y La Fura dels Baus, que combinan vanguardia y teatro popular.