El Teatro desde Principios del Siglo XX hasta 1939
1. El Teatro Comercial
Jacinto Benavente fue el encargado de dar forma al nuevo teatro de comienzos del siglo XX. Sustituyó las situaciones melodramáticas de origen romántico por otras más verosímiles. Puso en escena defectos superficiales de las relaciones personales o sociales, que afectan a personajes tolerantes y compresivos.
Un género dramático diferente es el teatro costumbrista. En estas obras, se exageran y deforman con intenciones humorísticas el ambiente pintoresco de determinadas regiones españolas, los personajes típicos de esos lugares y los rasgos más llamativos de su lenguaje. Carlos Arniches y los hermanos Álvarez Quintero son los dramaturgos más representativos de este teatro.
Sobresale también el teatro escrito en verso. Resaltan en este género sus temas históricos y su conservadurismo ideológico, que evocaba con nostalgia episodios de un pasado glorioso. Los autores más destacados son Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa.
2. El Teatro Renovador y Marginado
Algunos autores crearon un teatro cuyos propósitos los condenaban a ser marginados de los escenarios. En la Generación del 98, destaca Jacinto Grau, con obras como El señor de Pigmalión (1921).
Por su parte, los autores del 27 intentaron crear un teatro que combinara temas populares y clásicos. Sus autores más destacados fueron Max Aub, Rafael Alberti, Pedro Salinas y Federico García Lorca.
3. El Teatro de Valle-Inclán
El primer teatro de Valle-Inclán se inscribe en la corriente modernista más decadente. Forma un ciclo mítico iniciado con las Comedias bárbaras y que culmina con Divinas palabras. En ese mismo año, Valle-Inclán, con la primera versión de Luces de bohemia, da nombre a un género propio: el esperpento. Los personajes son seres grotescos en un mundo grotesco. El teatro esperpéntico agrupa a la mencionada Luces de bohemia y la trilogía Martes de carnaval.
4. El Teatro de Federico García Lorca
El tema dominante en casi todo su teatro es el enfrentamiento entre el individuo y la autoridad. Lorca cultiva géneros muy diferentes, desde las farsas de guiñol, como Tragicomedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita (1923) o El retablillo de Don Cristóbal (1931), o las farsas para ser representadas por actores, al drama lírico, como su primer gran éxito, Mariana Pineda (1923).
Incluso escribió dos obras influidas por el surrealismo, como El público (1929). Pero las obras más importantes de Lorca forman la llamada trilogía rural: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Las tres presentan rasgos comunes: la índole sexual de los problemas tratados, la mujer como protagonista, la ambientación en el campo andaluz y el desenlace trágico. De estas tres, La casa de Bernarda Alba (1936), historia de un amor ilícito que acaba en suicidio, es la cumbre teatral de Lorca.
El Teatro desde 1939 hasta Nuestros Días: Tendencias, Autores y Obras
1. El Teatro de Humor
Es un teatro condicionado por la sociedad burguesa del momento, dirigido a su ideología. Desde el punto de vista de las representaciones teatrales, varias son las corrientes que suben al escenario en estos años:
- El drama burgués, continuación de la comedia benaventina, en el que se inscriben autores como Joaquín Calvo-Sotelo y José López Rubio.
- El teatro de humor, donde sobresalen:
- Enrique Jardiel Poncela, que creará una comicidad caracterizada por la ruptura de la lógica y por su libre concepción de la técnica teatral y del espacio escénico.
- Miguel Mihura, que escribió en 1932 Tres sombreros de copa, cuyo humor absurdo esconde una burla corrosiva de los hábitos burgueses y provincianos.
2. El Teatro Realista de Protesta y Denuncia
La década de los cincuenta se abre con dos importantes estrenos: Historia de una escalera (1949), de Antonio Buero Vallejo, y Escuadra hacia la muerte (1953), de Alfonso Sastre. Se vio entonces la posibilidad de hacer un teatro que reflejara los problemas del momento.
Al teatro realista pertenece la obra de José María Rodríguez Méndez, Carlos Muñiz, Lauro Olmo y José Martín Recuerda. Sus temas abordan problemas de obreros, estudiantes, etc., denunciando las desigualdades sociales y la falta de humanidad.
Antonio Buero Vallejo es el más importante de estos dramaturgos. El género adoptado por Buero para tratar los grandes problemas del ser humano es la tragedia, con la que pretende que el espectador se sienta impulsado a luchar para labrarse su propio destino. Entre sus obras, destacan los dramas históricos, como Un soñador para un pueblo, y los dramas de personajes con taras.
3. Nuevas Formas de Expresión Dramática
Avanzada la década de los sesenta, las experiencias más interesantes surgen de los grupos de teatro independiente. Sus características generales son la improvisación, la importancia del montaje en detrimento del texto y la ruptura de las convenciones escénicas de espacio y tiempo. Los grupos más destacados fueron: Els Joglars, Tábano, Los Goliardos y el Teatro Experimental Independiente (TEI).
Aparecen dramaturgos cuyas novedades estéticas no son comprendidas por un público muy conservador. Tras el fin de la dictadura, se realiza un teatro mucho más diverso que el realista. Los autores de más éxito de estos años son Antonio Gala y José Luis Alonso de Santos, que cultiva la comedia humorística que refleja la sociedad actual en La estanquera de Vallecas (1981) y Bajarse al moro (1985).