El Teatro de Éxito Comercial
Dentro del teatro de éxito comercial debemos señalar, a su vez, tres tendencias:
Comedia Burguesa
También denominado “Alta comedia”, continúa la tendencia realista de la segunda mitad del siglo XIX. Como características, debemos señalar personajes burgueses, las costumbres sociales como temas principales, el marco urbano y el realismo escénico. El público al que se dirige es la media y alta burguesía. Es el teatro que triunfa en las salas teatrales de la época. El dramaturgo más importante es Jacinto Benavente.
Jacinto Benavente
Se vincula inicialmente a la estética simbolista, pero tras el fracaso de público de El nido ajeno evoluciona hacia el realismo, convirtiéndose en un auténtico cronista de la burguesía. Sus obras se caracterizan por el dominio de los recursos escénicos, los diálogos, los ambientes de la burguesía y la ironía sobre algunos vicios y defectos de las costumbres burguesas. En las obras de Benavente conviven lo serio con lo cómico, lo realista con lo fantástico. Recibió el Premio Nobel en 1922. Destacan títulos como Señora ama, La malquerida, La noche del sábado, Los intereses creados…
Tuvo su mayor éxito de público con La malquerida, que relata la pasión amorosa del padrastro por la hija de su mujer. Los intereses creados es su obra más reconocida, construida al estilo de la Commedia dell’arte.
Teatro Poético
Esta tendencia es heredera del teatro romántico de mediados del siglo XIX. Es un teatro modernista por su lenguaje, ambientes y personajes. Recibe influencia del teatro español del Siglo de Oro. Su temática principal es el drama histórico, mirando al pasado con nostalgia. Los autores más destacados son Eduardo Marquina y los hermanos Machado.
Los Hermanos Machado
En estilo modernista, reflejan en sus obras la Andalucía popular. Una de sus piezas más conocidas es La Lola se va a los puertos.
Eduardo Marquina
El más importante de los cultivadores del teatro en verso de carácter histórico. Ensalza valores tradicionales (valentía, nobleza, patriotismo,…).
Su primer éxito fue Las hijas del Cid. Inspirado en el Poema de Mio Cid, combina el asunto histórico con una posición conservadora.
Su gran éxito teatral es En Flandes se ha puesto el sol. Otra obra destacable es Cuento de una boda y desafío del diablo. Emplea una técnica única: en el prólogo aparece un personaje llamado ‘el Prólogo’ quien se dirigirá al público.
Teatro Cómico
Este teatro se inserta dentro de la tradición de los pasos de Lope de Rueda, de los entremeses y de los sainetes. Tuvo un gran éxito de público, ya que su finalidad era el entretenimiento. Los autores más destacados son Carlos Arniches, los hermanos Álvarez Quintero y Pedro Muñoz Seca.
Los Hermanos Álvarez Quintero (Serafín y Joaquín)
Llevan a escena una Andalucía tópica. Sus sainetes y comedias son cuadros de costumbres con una visión superficial de la vida y un diálogo gracioso. Sus obras más conocidas son El patio, Malvaloca, Las de Caín…
Carlos Arniches
El maestro del sainete popular madrileño.
Gozó en su época de gran éxito de público y crítica. La riqueza de la lengua popular madrileña, el humor, la ironía y el juego de palabras, caracterizan la obra de este autor que supo mostrar la vida madrileña en dos etapas:
- Una primera en la que se aprecia la comicidad en sus diálogos, el chiste fácil, el habla castiza madrileña, costumbres,… (son sus sainetes) destacan títulos como El santo de la Isidra, El amigo Melquíades, Don Quintín el amargao… Son cuadros de costumbres. Los personajes son tipos populares.
- Y una segunda etapa en la que el humor se mezcla con el pesimismo (“tragedia grotesca”), destacan títulos como La señorita de Trévelez, Los caciques, Es mi hombre.
Pedro Muñoz Seca
Destacó por crear un subgénero cómico, “el astracán”, farsa teatral que juega con situaciones disparatadas, con el único fin de provocar la risa. Exagera y deforma los rasgos cómicos utilizando recursos con el fin de hacer reír. Su obra más conocida es La venganza de don Mendo.
Tras el estreno de La venganza de don Mendo, se hizo muy popular, cosechando grandes éxitos: La tela, La Oca.
La Revolución Teatral de Valle-Inclán
El teatro de Valle-Inclán es el de más absoluta y radical originalidad del siglo XX”. Su obra supone una revolución en la historia del teatro español.
Frente a un teatro tradicional, Valle se declaró partidario de un teatro “que siga el ejemplo del cine actual” y creó un “teatro en libertad”.
Su obra teatral suele agruparse en ciclos:
Ciclo Modernista
En esta etapa destaca Cenizas, reelaborada bajo el título El yermo de las almas, Valle saldrá de él a través de el mito y la farsa.
Ciclo Mítico
En esta etapa se sitúan las Comedias bárbaras, El embrujado y Divinas palabras, todas ellas localizadas en una Galicia mítica, donde los conflictos se centran en la lujuria, la crueldad, la superstición, la magia. Las Comedias bárbaras (trilogía formada por Cara de plata, Águila de Blasón y Romance de lobos), se encuentra a medio camino entre la novela y el teatro. Divinas Palabras gira en torno a un personaje deforme, representa es una Galicia rural y regida por la corrupción moral y social que acerca la obra al esperpento.
Ciclo de la Farsa
Está formado por Farsa infantil de la cabeza del dragón, La marquesa Rosalinda, Farsa italiana de la enamorada del rey y Farsa y licencia de la reina castiza. En La marquesa Rosalinda utiliza el verso y mezcla el teatro de marionetas, la commedia dell’arte y del entremés.
Sus farsas compaginan elementos modernistas con una visión ácida de la España de su tiempo.
Ciclo Esperpéntico
Está compuesto por Luces de bohemia, Los cuernos de don Friolera, Las galas del difunto y La hija del capitán; estas tres últimas obras se reúnen con un título común en Martes de carnaval. El esperpento aparece definido en Luces de bohemia, su obra cumbre, ya que el protagonista, Max Estrella, afirma que “España es una deformación grotesca de la civilización europea”. Deformación que Max compara con la imagen de los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos. Esta distorsión produce el “esperpento”, deformación sistemática de la realidad para realizar un profundo análisis de la sociedad.
Luces de bohemia representa la última noche de la vida de Max, un poeta bohemio, pobre y ciego. Refleja la incomprensión y degradación de una España absurda. Los personajes son caracterizados por sus actos, su forma de hablar y por las acotaciones del escritor, que tienen un fuerte valor literario. Estas acotaciones son, más literarias que útiles al escenificar la obra a diferencia de las acotaciones comunes.
La obra se convierte, en una parábola trágica de la imposibilidad de vivir en una España, injusta, absurda, donde no hay lugar para la honestidad.
Constituye una sátira política y social de la España contemporánea, un lugar lleno de injusticia, miseria y violencia.
A través del esperpento hace una crítica de la España de la época y sus instituciones. Para ello utiliza los siguientes procedimientos:
- Deformación caricaturesca de la realidad.
- Degradación de los personajes mediante animalización, cosificación o muñequización: los bohemios, los borrachos y prostitutas, en ambientes míseros como burdeles, tabernas…
- Empleo de contrastes, especialmente entre lo doloroso y lo grotesco.
- Utilización de la ironía y la sátira.
- El uso de un lenguaje coloquial que llega incluso a lo vulgar.
Valle declara que “hay tres formas de ver el mundo: de rodillas, en pie o levantado en el aire”. Desde abajo los personajes se ven como héroes. Si se mira al mismo nivel los personajes son “nuestros hermanos”. Si los miramos desde arriba los personajes son muñecos o peleles.
La Poesía Española de la Generación del 27
En los primeros años de la Generación del 27 podemos observar su tendencia a la deshumanización, heredera de La deshumanización del arte de Ortega y Gasset y de la poesía pura de Juan Ramón Jiménez. A esto tenemos que añadir las Vanguardias y la tendencia neopopular y clasicista de la poesía.
La Poesía Pura
La poesía pura, como ideal de los años en que comienzan a escribir los poetas del 27, influye en todos en alguna medida. Se comprueba en los versos de los jóvenes líricos el esfuerzo de depuración formal, la supresión de la anécdota, la búsqueda de la precisión expresiva, la intelectualización. La influencia de Juan Ramón Jiménez es muy importante.
Podemos destacar en esta corriente a:
- Jorge Guillén (Cántico): el más fiel representante de los poetas del 27 del ideal de poesía pura.
- Pedro Salinas: Una etapa inicial: Presagios, Seguro azar y Fábula y signo. Cultiva una poesía en la línea juanramoniana.
Las Vanguardias
La importancia de las vanguardias en la lírica del 27 es decisiva. De hecho, algún poeta, como Gerardo Diego, comienza siendo ultraísta y creacionista. En mayor o menor medida, en todos se perciben las huellas del Vanguardismo: futurismo (se observan también nuevos espectáculos deportivos: ciclismo, aviones…). Todo el talante del grupo en sus comienzos es vanguardista: cosmopolitas, joviales, bromistas… Una de las características es el papel central de la metáfora y la imagen, entendidas al modo ultraísta y creacionista.
La poesía vanguardista del 27 se caracteriza por: un arte autónomo, supresión de la anécdota, aversión a lo sentimental, temas relacionados con los avances técnicos, metáfora, ausencia de puntuación,…
A la tendencia vanguardista pertenecen:
- Rafael Alberti con Cal y canto.
- Gerardo Diego con Limbo.
El Neopopularismo
Hay un especial interés por lo popular, tanto en formas como en temas. El neopopularismo lo vemos en el uso por parte de algunos poetas del 27 de formas y ritmos (romances, villancicos, estribillos…) y recursos estilísticos (repeticiones, paralelismos, diminutivos…) propios del folclore y de la poesía tradicional, como el Romancero viejo, los cancioneros y los versos de Lope de Vega.
Destacan en esta tendencia:
- Gerardo Diego con Soria.
- Federico García Lorca con Romancero gitano. Lorca, desde sus primeros poemas, mostró una preferencia por los temas y formas de su Andalucía. El Romancero gitano, canta a esta raza marginada y perseguida. Eleva el mundo de los gitanos a la altura de un mito: seres al margen de un mundo convencional, marcados por la frustración o abocados a la muerte. Lorca proyecta sobre estos personajes sus obsesiones, su «sentimiento trágico de la vida».
La Poesía Clasicista
Los poetas del 27 declaran su admiración por los poetas clásicos españoles, por los que sienten auténtica devoción. Destaca el interés por poetas como Garcilaso de la Vega, fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Miguel de Cervantes, Quevedo, Lope de Vega y, sobre todo, Luis de Góngora.
El poeta por el que siente mayor fervor es Góngora: a él le dedica Jorge Guillén su tesis doctoral. Los poetas del 27 ven en Góngora un precedente del vanguardismo en el que cobra especial relevancia la metáfora. Del siglo XIX reciben influencia de Gustavo Adolfo Bécquer.
En esta línea destacan:
- Gerardo Diego con Versos humanos.
- Federico García Lorca con Sonetos del amor oscuro.