Evolución de la Literatura Española e Hispanoamericana: De la Posguerra al Siglo XXI

La novela española tras la Guerra Civil comienza en los años 40 con la corriente existencialista, q trata la situación d vacío d la época, con 1a realidad marcada x la pobreza, la incertidumbre y la falta d liberdades, además d 1a sensación d fracaso, usan protagonistas angustiados y desorientados, con narraciones sencillas y lineales, d narrador omnisciente o protagonista. Se divide en 2 tendencias, la novela realista existencial, con obras como “Nada” d Carmen Laforet, o “La sombra del ciprés es alargada”, d Miguel Delibes. La otra tendencia fue la novela existencial tremendista, q trataba aspectos duros d la vida, su obra + importante fue “La familia d Pascual Duarte”, d Camilo José Cela. A comienzos d los 50 nace la novela social, con temas como la dureza d la vida dl campo, q incluía rasgos como la preferencia x la 3ª persona narrativa, la mínima intervención dl narrador, 1 reducido tiempo y espacio, estructura lineal, además d 1 estilo marcado x 1 lenguaje sencillo, directo y claro, con frases cortas y 1 limitado vocabulario. Destacó “La colmena”, d Cela, y “Las ratas”, d Delibes. X último, en la década d los 60 nace la novela experimental, y pierde importancia el argumento, aparece la narración en 2ª persona, se usan personajes con problemas d identidad, es poco habitual el diálogo, además d introducir constantes saltos al pasado y al futuro, neologismos, cultismos y coloquialismos. Destacó “Tiempo d silencio”, d Luis Martín Santos, y “Cinco horas con Mario”, d Delibes.


En la poesía española, durante los últimos años d guerra y primeros tras la Guerra Civil, destacó
Miguel Hernández, con “Elegía a Ramón Sijé” o “Viento dl pueblo”. A partir d 43 nacieron varias tendencias como la poesía arraigada, q tenía 2 tonos, 1 heroico, para ensalzar el presente, y otro intimista, para ensalzar la belleza d la tierra o el amor familiar, mostrando 1 visión optimista dl mundo. La 2ª tendencia fue la poesía desarraigada, con temas como el vacío personal o la soledad. Otra tendencia fue el postismo, q buscaba la libertad expresiva y tenía la idea d la literatura como diversión y juego. A partir d los años 50 nace la poesía social, q daba testimonio d lo q ocurría en la calle, denunciaba la marginación, el paro y la falta d libertad, exigiendo justicia y paz. Veían la literatura como instrumento para transformar la sociedad, con 1 lenguaje claro y sencillo, en 1 tono coloquial. Destacó Blas d Otero, con obras como “Ángel fielmente humano” y “Pido la paz y la palabra”. A finales d los 50 se convierte en poesía como experiencia o como conocimiento. Es habitual la presencia d lo íntimo o el gusto x el recuerdo, además d la preocupación x la situación en España. En cuanto al estilo hay mucha atención al lenguaje, y en la métrica predomina el verso libre. Destacó Gil d Biedma, con “Las personas del verbo”, además d Gloria Fuertes, con “Isla ignorada” o “Cuando amas aprendes geografía”.


A partir d 75 comienza en la Península la revitalización d la novela, con carácterísticas como la simplificación d estructuras narrativas, la recuperación dl argumento, la trama, los personajes y los narradores tradicionales(1ª y 3ª persona), el individualismo dl escritor, con 1 lenguaje propio, orientado a 1 lector medio, además d 1a diversidad formal y temática q multiplica los subgéneros narrativos. Algunos subgéneros fueron, la novela histórica, recreando acontecimientos o personajes dl pasado, las novelas sobre memoria histórica d guerra y posguerra, la novela d intriga y policíaca, reflejando las transformaciones dl país y denunciando corrupción o injusticias sociales. X otra parte, el Realismo sucio crea 1 retrato crudo d la juventud urbana d finales dl Siglo XX. Otros subgéneros fueron la novela erótica, la autobiográfica e intimista, la fantástica o la d misterio, además d la literatura d autoficción, q acoge el nombre dl autor o sus circunstancias y las mete en la obra, rompiendo la frontera entre la realidad y la ficción, a veces se combina con la metaficción, q reflexiona sobre el proceso d escritura d la novela. Los autores q destacan son Eduardo Mendoza, con “La verdad sobre el caso Savolta” o “El misterio de la cripta embrujada”; Rosa Montero, con “Crónica dl desamor” o “Los tiempos d odio”; Antonio Muñoz Molina, con “Plenilunio” o “Tus pasos en la escalera”, y Almudena Grandes, con “El lector d Julio Verne” y “Las edades d Lulú”.


La narrativa hispanoamericana a partir d los años 40 comienza a tener interés x los espacios en el paisaje urbano, trata temas como los grandes problemas existenciales o la soledad, con 1a visión desolada y pesimista. Nace el Realismo mágico, q es la fusión entre lo real y lo maravilloso, además d ser habitual la metaliteratura, q es la literatura como juego. Relacionado con las forma, se usa 1 narrador protagonista, personaje o testigo, se rompe la linealidad temporal con historias paralelas o saltos temporales, relacionado con el lenguaje, se nota 1a preocupación x la elaboración sintáctica, las imágenes y sugerencias. Los autores destacados fueron Jorge Luis Borges, con “Ficciobes” o “El libro d arena” y Julio Cortázar, con “Rayuela” o “Las armas secretas”. El boom d la narrativa sigue el proceso d renovación anterior, en los temas se trata el paisaje urbano, temas existenciales, la novela rural o la integración d lo fantástico y lo real. Respecto a las formas, se rompe la línea argumental, hay cambios en el punto d vista, rompecabezas temporal, 1 estilo indirecto libre y monólogo interior. Entre los autores, destacan Gabriel García Marquéz, con “El coronel no tiene quien le escriba”, “Crónica d 1a muerte anunciada” o “Cien años d soledad”, y Mario Vargas Llosa, con obras como “La ciudad y los perros”, “La guerra dl fin dl mundo” o “Lituma en los Andes”.