La narrativa desde 1940 a los años 70
La narrativa desde 1940 a los años 70
Narradores en el exilio
Una buena parte de los novelistas que habían empezado a escribir en los años 30 tuvo que dejar el país al terminar la guerra y continuar su trabajo fuera de España. Estos narradores se caracterizaron por una angustia de la separación y vuelven al tema de España. Los temas a tratar son: la rememoración del pasado, el testimonio del presente y la España inventada. Los narradores que destacan son: Francisco Ayala, Rosa Chacel. Apartados de la realidad española y marcados por la dolorosa experiencia de la derrota, rememoran el pasado con el fin de hallar una explicación a su situación personal.
El renacer de la novela de los años 40
La novela española de los años 40 se caracteriza por una vuelta al realismo tradicional, a pesar de haber cultivado una novela heroica. La publicación de ‘La familia de Pascual Duarte’ de Camilo José Cela y ‘Nada’ de Carmen Laforet, marcan el renacer de la novela española de posguerra y el primer intento de renovación del realismo tradicional. Ambas novelas reflejan, mediante un relato autobiográfico, el ambiente opresivo que vive la sociedad española durante los años que siguen a la contienda. ‘La familia de Pascual Duarte’ es la obra más representativa de una tendencia estética de los años 40 que se denomina tremendismo. Los rasgos con: los protagonistas son personajes bárbaros o marginados que muestran conductas asociales o agresivas. La trama nos presenta a los personajes enfrentados a situaciones extremas, llenas de violencia. Lo que interesa no es tanto el desarrollo de los acontecimientos, sino llegar al fondo de los personajes y conocer las causas que determinan su comportamiento. El lenguaje literario es bronco y desgarrado, fiel reflejo del mundo sórdido y opresivo en el que se desarrolla la acción.
La novela social de los años 50
La publicación de ‘La colmena’ inicia una nueva etapa en la narrativa de posguerra caracterizada por el predominio del tema social. Las obras más representativas son: El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio. Entre visillos, de Carmen Martín Gaite. 2 días de septiembre, de José Manuel Caballero Bonald. La zanja, de Alfonso Grosso. Las ratas, de Miguel Delibes. Las innovaciones de este tipo de novelas son: el tema social centrado en la descripción de las duras condiciones de vida de los campesinos y de las clases trabajadoras urbanas. El protagonismo colectivo: a la acción narrativa representada en la vida cotidiana organizada de forma secuencial, siguiendo un orden cronológico lineal. La acción se desarrolla en un tiempo reducido y en lugares únicos. Los diálogos son el medio fundamental para la caracterización de los personajes. Narrador objetivo que aparece como observador externo de los acontecimientos y se limita a reproducirlos con imparcialidad. Utilización de un lenguaje austero y simple que prescinde de cualquier retoricismo. Dentro de la novela de tema social se diferencian 2 tendencias: el objetivismo; llegando el narrador a desaparecer, convertido en una cámara cinematográfica que se limita a registrar lo que ve y lo que oye con total imparcialidad. Las obras más representativas son: Los bravos y El Jarama. El realismo crítico. El autor se propone denunciar la injusticia social y eso limita la objetividad. La obra más representativa de esta tendencia es Central eléctrica, de Jesús López Pacheco
La novela experimental desde 1962 hasta 1975
La publicación de Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos en 1962, inicia una nueva etapa en la evolución de la narrativa española de la segunda mitad del siglo XX marcada por la renovación formal y la experimentación. Las obras más representativas de esta tendencia son: Señas de identidad, de Juan Goytisolo, 5 horas con Mario, de Miguel Delibes. . .
El surgimiento de la novela experimental coincide con la etapa del desarrollismo, en la aparición de la novela experimental influye la difusión en España de las novelas de los nuevos narradores hispanoamericanos y el conocimiento de las obras de los grandes renovadores de la novela del siglo XX: James Joyce, William Faulkner. . .
Características de la novela experimental: pérdida de importancia del argumento. Recuperación del protagonista individual que se convierte en el centro de la novela. Ruptura con el orden cronológico lineal e introducción frecuente de rupturas temporales. Complejidad estructural. Uso del punto de vista narrativo múltiple. Empleo del monólogo interior. Utilización de un lenguaje estilísticamente elaborado.
La narrativa española desde 1975 hasta la actualidad
La gran variedad de temas y formas que surgen durante este período imposibilita retratar de forma precisa el estado de los géneros narrativos en la actualidad; sin embargo, sí es posible reconocer algunas de sus características más significativas: se potencia el aspecto lúdico de la literatura, se cultivan subgéneros narrativos como la novela histórica o la policíaca y los personajes reflejan la actitud vital del sujeto contemporáneo.
La novela: en el panorama de la novela española destacan: Francisco Umbral, Luis Goytisolo, Luis Mateo Díez, Luis Landero, Soledad Puértolas, Félix de Azúa, Juan José Millás, Javier Marías. . . Algunos de los rasgos más significativos de la novela española actual son los siguientes: la mezcla entre realidad y ficción, la alusión a mundos fantásticos, míticos y legendarios y los juegos literarios. Se cultiva: la novela histórica. En este subgénero, la trama se inscribe dentro de una época del pasado, como ocurre en la obra de José María Merino ‘Las visiones de Lucrecia’, novela de aprendizaje que se ambienta en el siglo XVI. La novela policíaca. Este subgénero ha sido abordado por autores como Eduardo Mendoza, con ‘La verdad sobre el caso Savolta’ o Manuel Vázquez Montalbán, con la saga de novelas que protagoniza el detective Carvalho.
El barcelonés Eduardo Mendoza es uno de los actuales autores consagrados del panorama novelístico actual. Se dio a conocer en 1975 con ‘La verdad sobre el caso Savolta’, novela por la que obtuvo el premio de la crítica y en la que combina técnicas narrativas tradicionales con innovaciones propias de la novela experimental. La producción posterior de Eduardo Mendoza ha sido constante y de ella cabe citar títulos como ‘El misterio de la cripta embrujada’, ‘La ciudad de los prodigios’, ‘Sin noticias de Gurb’, ‘La aventura del tocador de señoras’ y ‘El asombroso viaje de Pomponio Flato’.
El cuento: las últimas tendencias llevan a hacer cada vez más breves las narraciones. Así, con la misma temática de la novela se cultivan cuentos y microrrelatos, narraciones reducidas mediante la elipsis. Destacan Luis Mateo Díez y Juan Pedro Aparicio