España en los años cuarenta se vivió una situación especialmente difícil por el aislamiento internacional del país. Muchos intelectuales debieron de exiliarse por su apoyo a la República, otros sufrieron el exilio interior, el aislamiento de la renovación occidental, el dominio de la literatura nacional y censura. Los nuevos escritores no contaban con modelos a seguir, lo que provocó su autodidactismo. En los años cincuenta se produjo cierta apertura por las relaciones militares de EEUU, y se producen los primeros movimientos obreros y estudiantiles. La literatura camina hacia lo social con aparente denuncia. En los sesenta hay un desarrollo industrial y una apertura al turismo, suponiendo cierta modernidad. La literatura evolucionó hacia la experimentación, y la muerte de Franco permitió un mejor conocimiento de la literatura española en Europa y de la literatura occidental en España.
A Miguel Hernández se le considera el cierre de la Generación del 27 y el enlace con los poetas de posguerra. Tras su primera experiencia poética, Perito en lunas (1933), publicó El rayo que no cesa (1936), obra en la que se aprecia la unión de una rigurosa técnica con el sabor popular y el sentimiento auténtico. Sus temas son el amor dramático, la vida amenazada por el rayo de la muerte… En 1937 aparece Viento del pueblo, obra con la que inicia la poesía comprometida, a la que seguirá El hombre acecha. Cancionero y romancero de ausencias recoge los poemas escritos en prisión, con lenguaje sencillo y temas dolorosos: el amor a la esposa y al hijo, la libertad.
La poesía en el exilio es en un principio la poesía de Juan Ramón Jiménez, León Felipe, Salinas, Guillén, Cernuda, Alberti o Altolaguirre muestra un tono apasionado, violento, que increpa a los vencedores. Progresivamente se calman los ánimos y se deja paso a un sentimiento de nostalgia de la patria.
La Generación del 36 reúne a poetas situados en órbitas literarias e ideológicas muy diferentes. Se identifican claramente dos líneas poéticas: la poesía arraigada y la poesía desarraigada.
Poesía arraigada: Poesía caracterizada por la expresión ordenada y armónica y la preferencia por las formas clásicas. Sus temas son el paisaje, el amor, el sentimiento religioso, España y Castilla, temas cotidianos, gestas heroicas… Los poetas se agrupan en torno a dos revistas: Escorial (Luis Rosales, Luis Felipe Vivancos, Leopoldo Panero, Dioniso Ridruejo), se basan en el retorno a la idea imperial y religiosa de la cultura, y Garcilaso (Jesús García Nieto, Pedro de Lorenzo, Jesús Revuelta), autores que se inspiran en el Cancionero del siglo XVI y los poetas clásicos componen una poesía artificial y retórica con visión positiva.
Poesía desarraigada: Tendencia que surge en 1944 tras la publicación de Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre e Hijos de la ira de Dámaso Alonso, a lo que hay que añadir el nacimiento de la revista Espadaña, como reacción frente a los garcilasistas. Se muestra una doble angustia: angustia vital propia del ser humano y angustia producto del momento histórico. En los temas aparece una religiosidad conflictiva, un Dios como responsable del dolor humano. Destacan autores como Gabriel Celaya, José Hierro, Blas de Otero, o Carlos Bousoño.
Otras tendencias son el postismo, movimiento heredero de las vanguardias, caracterizado por la libertad expresiva, la imaginación, el humor, la experimentación… y el Grupo Cántico de Córdoba, caracterizado por el intimismo, el culturalismo heredado del Modernismo y del 27.
POESÍA EN LOS AÑOS 50. POESÍA SOCIAL: La poesía se considera una forma de comunicación y se dirige a la inmensa minoría. Trata de ser un instrumento para transformar al mundo. La decepción vendrá cuando se tome conciencia de la imposibilidad de este propósito, ya que la poesía tiene pocos lectores. Al tratarse de un arte de urgencia, prevalece el mensaje sobre la forma, predomina el tema de España, denuncia de la situación del momento.
Blas de Otero: su obra puede dividirse en tres etapas: problemas existenciales y religiosos (Ancia); en su segunda etapa inicia la poesía social con Pido la paz y la palabra, se trata de una poesía de lenguaje sencillo, pero sin renunciar al uso de recursos literarios; su tercera etapa es de búsqueda y experimentación.
POETAS DEL MEDIO SIGLO o Generación del 60: destacan autores como José María Valverde, Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, Caballero Bonald, Carlos Barral, Ángel González…dados a conocer por la antología Veinte años de poesía española: 1939-1959. Poseen un nuevo concepto de la poesía, poesía como conocimiento. Parten de la poesía social para atender más a la persona y a lo autobiográfico. Se alejan del prosaísmo pero convierten el lenguaje coloquial en poético. Incorporan la ironía y el humor. Gustan de una obra bien hecha, depurada y rigurosa. Sus temas son los recuerdos de la infancia y adolescencia, el amor, la amistad, el paso del tiempo, España, etc.
DÉCADA DE LOS 70
Los Novísimos
José María Castellet publica en 1970 la antología Nueve novísimos poetas españoles. De ahí procede el nombre. Hoy se incluyen otros autores. Los más significativos son Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Pedro Gimferrer, Guillermo Carnero, Ana María Moix o Vicente Molina Foix. Estos autores aportan una nueva sensibilidad; su educación incluye elementos nuevos: cine, tebeos, nuevas músicas (jazz, pop). Su formación intelectual es muy amplia y rechazan la poesía social. Esto marca algunos de sus poemas (culturalismo) con un íntimo malestar vital.
Gimferrer es el más significativo (en su obra en castellano) escribe Arde el mar (1966): surrealismo, culturalismo, riqueza imaginativa, culto a la palabra, dominio del ritmo. Muy famosa es su Oda a Venecia ante el mar de los teatros Su segunda obra es Muerte en Beverly Hills (1968), muy influida por las técnicas cinematográficas.
Las características de este grupo se pueden resumir así:
• Esteticismo revalorizando lo lujoso, decadente, al mismo tiempo que lo lúdico.
• La presencia de los mass media como referente cultural y fuente de mitos populares en los que inspirarse
• Uso frecuente de procedimientos experimentales.
• Presencia del surrealismo.
Dentro de este grupo podemos distinguir dos líneas
1) Autores que comienzan a escribir en los inicios de la década de los 60. Muy influidos por la cultura pop. (Vázquez Montalbán, A la sombra de las muchachas sin flor)
2) Una segunda Generación que se da a conocer en los años finales de la década o ya en los 70, influidos por el decadentismo de Kavafis. Son más esteticistas. Como Guillermo Carnero (Dibujo de la muerte, a Antonio Colinas (Sepulcro en Tarquinia).
Como rasgos generales, podemos destacar la importancia de la ironía y el carácter rompedor. Son autores que se abren a la cultura foránea y se proponen romper la estructura rítmica de los poemas. Para ellos no hay alta o baja cultura, sino simplemente conocimientos que se pueden usar en el poema.