Evolución del Español: Desde el Latín hasta la Actualidad y la Prosa en el Siglo de las Luces

Evolución del Español: Desde el Latín hasta la Actualidad

Excepto el vasco o euskera, cuyo origen es desconocido, todas las lenguas que se hablan en la actualidad en la península ibérica (castellano, catalán, gallego, portugués) y algunos de los dialectos (el asturleonés y las hablas aragonesas) proceden del latín. La lengua romana se extendió por todo su imperio entre los siglos I y IV. Antes de la llegada de los romanos, procedían dos culturas diferentes principales: la celta y la íbera. El panorama lingüístico era muy heterogéneo: no se hablaba una sola lengua, sino un sinnúmero de hablas distintas. La romanización fue muy lenta. Con la llegada de los romanos se produjo en la Península la adopción de la cultura, lengua y costumbres romanas. Esta romanización fue más intensa en el sur. A la caída del Imperio romano y la llegada de los visigodos, convivió durante un tiempo el bajo latín hablado por los hispanorromanos.

Durante la Edad Media, con la conquista de los musulmanes, se divide la península. En la zona bajo dominio árabe, el latín hablado por los ciudadanos evoluciona hasta convertirse en el mozárabe, que convive con los hablantes de árabe y de hebreo. En el reino de León existe una serie de dialectos que con el tiempo se van expandiendo: al norte y sur el gallego y al extremo occidental el asturleonés, hablándose en la franja central, y el castellano en el extremo oriental del reino de León. El vasco pervive en su misma zona, aunque con menor extensión que en el pasado. En el centro se forman los reinos de Navarra y Aragón. Finalmente, en el este, como parte del Imperio carolingio, políticamente influido por Francia, se forma la variedad del catalán.

A partir del siglo XII, el castellano se impone con fuerza sobre los dialectos leonés y aragonés. Se convierte en la lengua común, así como en la lengua oficial y administrativa. El gallego, separado del portugués tras la independencia de Portugal, queda aislado en su territorio histórico. Por su parte, el catalán se extiende hacia el este, por el Mediterráneo, a Baleares y Cerdeña.

Durante el Siglo de Oro, el castellano, ya denominado también español, se convierte en lengua nacional y en lengua oficial empleada de manera exclusiva. El español sufre una reestructuración fonética de la cual nacerá el español tal y como lo conocemos hoy en día. Con la llegada del siglo XVIII, la fundación de la Real Academia Española en 1713 por Felipe V fija la norma gramatical de la lengua y le da la estabilidad definitiva. A lo largo del siglo XIX se desarrolla en Cataluña la Renaixença, y en Galicia se produce un movimiento de reivindicación que también se llamó Renaixença.

La Prosa en el Siglo de las Luces

El siglo XVIII es denominado el Siglo de las Luces, en referencia al uso de la razón como instrumento para conocer. El movimiento cultural característico de este siglo es la Ilustración. La mayoría de los textos escritos en prosa en el siglo XVIII son obras de carácter doctrinal y pretenden difundir estas ideas ilustradas para reformar la sociedad. El ensayo será la principal forma de expresión de ideas. Se utiliza un soporte narrativo como la forma epistolar. Sus características más destacables son la intención didáctica, la variedad de temas y estilos, la difusión de nuevas ideas y la estructura abierta.

Autores y Obras Destacadas

  • Fray Benito Jerónimo Feijoo: Introduce las ideas ilustradas en España. En sus ensayos, propone reformas para solucionar los problemas sociales. Sus escritos se recopilaron en dos obras: Teatro crítico universal y Cartas eruditas y curiosas.
  • José Cadalso: Su obra Noches lúgubres es una elegía en prosa dialogada con base autobiográfica. En Cartas marruecas hace un repaso sobre la decadencia histórica de España y propone soluciones, como una mejor educación.
  • Gaspar Melchor de Jovellanos: Representa la Ilustración española. Sus textos en prosa abordan los problemas más importantes del país y expone sus ideas de reforma. En Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas, propugna que las formas de entretenimiento sean afines a las ideas ilustradas.

El Teatro en el Siglo XVIII

Después de su gran desarrollo en el Barroco, el teatro se consolida como el espectáculo de gran relevancia social. Se pueden distinguir diferentes formas de hacer teatro:

  • Teatro Barroco: Tiene una fuerte influencia del Barroco. Se siguen representando obras de este periodo, especialmente las de Calderón de la Barca. Destacan autores como Antonio Zamora y José de Cañizares.
  • Teatro Popular: Destaca el sainete, una pieza breve representada en el descanso de las comedias, que reflejaba tipos, costumbres y lenguaje populares. Destaca Ramón de la Cruz con obras como El Prado por la noche o La pradera de San Isidro.
  • Teatro Neoclásico: Defendido por los ilustrados, quienes consideraban que era el modelo a seguir. Promueven un teatro didáctico, basado en la imitación de la realidad y que sea verosímil. Tiene los siguientes rasgos:
    • Tres unidades: tiempo, espacio y acción.
    • Se separa lo trágico de lo cómico, de modo que no se mezclen en ninguna obra.
    • Se huye de los excesos verbales y argumentales.