Análisis de Poemas de Gloria Fuertes, Ángela Figuera Aymerich y Ángel González
Gloria Fuertes
GLORIA FUERTES
SOY SOLO UNA MUJER
TEMA: Expone infatigablemente la injusticia social y las desigualdades de género sexual, todo lo cual ha contribuido para que su poderosa voz quede enmarcada para siempre en la poesía española.
ESTRUCTURA
EXTERNA: Son 4 cuartetos, versos de arte mayor y el último verso de las dos primeras estrofas de arte menor.
INTERNA:
- 1º CUARTETO (4 PRIMEROS VERSOS): Habla de sentirse una mujer desde que amanece.
- 2º (9 VERSOS): De lo que le gustaría haber sido, algo diferente a lo que es, implorando se la escuche.
- 3º CUARTETO ÚLTIMO: Reitera la afirmación de ser solo una mujer.
YA VES QUE TONTERÍA
TEMA: El amor hacia alguien, sentimiento que no claudica al paso del tiempo.
ESTRUCTURA
EXTERNA:
Estrofa con 11 versos seguidos:
1º– 7. 2º-6º 9 (del 2º al 5º rima consonante) 8º 11 9º-10º 9 11º 11
INTERNA:
- 1 – Los 7 primeros versos hablan de escribir, gritar y decir el nombre de la persona que ama y le gusta.
- 2 – Los 4 últimos versos: la felicidad y la cercanía de esa persona por llevar su nombre.
Ángela Figuera Aymerich
ANGELA FIGUERA AYMERICH
CANTO A LA MADRE DE FAMILIA
TEMA: Es un canto a las madres de la postguerra, que en su pobreza luchaban cada día por sus hijos.
ESTRUCTURA
EXTERNA: 7 ESTROFAS, cada una con diferente número de versos.
INTERNA:
- PRIMERA ESTROFA: Mujer, triste, sumisa.
- SEGUNDA Y TERCERA ESTROFA: Tareas del hogar y su día a día.
- CUARTA ESTROFA: Belleza y tristeza con el paso del tiempo.
- QUINTA ESTROFA: Con la pobreza y los pocos ingresos del trabajo de su marido, hace lo que puede por sacar adelante al hogar.
- SEXTA Y SÉPTIMA ESTROFA: Tras un día agotador, el descanso y la oración (que no podía faltar en la postguerra).
NO QUIERO
TEMA: Trata la opresión y la injusticia vivida durante esta época, luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial; expresando una actitud opositora mediante distintas formas de autoritarismo y su enojo hacia el gobierno. La poetisa utiliza las palabras como instrumento de protesta y acusación. El poema habla de la pobreza, las situaciones económicas, los militares y finaliza el último verso remarcando la falta de libertad de expresión.
ESTRUCTURA
INTERNA: Compuesto por 49 líneas, el poema consta de una sola estrofa. Como el propósito de la poetisa es dirigirse a un público expresando su opinión y dejando bien en claro su oposición, y no creando rima para distraer al lector de comprender el mensaje, el poema mantiene un verso en blanco.
La composición interna de este fragmento está dividida en dos partes; estas se pueden observar a partir del cambio de estructura en el poema. La primera está compuesta desde la línea 1 a la línea 43; luego la segunda parte está compuesta por las últimas seis líneas (44-49). La división de las dos partes se crea a partir de la línea 44 con la frase “No quiero”; Generalmente esta frase aparece como una anáfora por sí sola en una línea, pero en este caso está acompañado por “amar en secreto.” Entonces esta división es muy clara porque no hay ninguna anáfora.
EXTERNA:
En el primer fragmento resalta todas las injusticias de la sociedad; primero resaltando injusticias generales y luego injusticias más personales, como: “No quiero que mi hijo desfile”. En esta primera parte se puede notar un paralelismo sintáctico excluyendo los versos que comienzan con “no quiero.” Con esto, lo que busca Aymerich es resaltar la opresión y la dura vida que llevaban a cabo y cómo esta es una rutina diaria. Pero al llegar a la línea 36, este paralelismo se quiebra con la oración “con fusil y con muerte en el hombro.” Las anáforas y las correspondencias ayudan a transmitir esta idea de oposición contra el autoritarismo; la poetisa utiliza las anáforas para resaltar su disgusto y enfatizarlo, repitiéndolo en todos los versos, con la frase “No quiero”.
En la segunda sección del poema resalta cómo la falta de libertad de expresión y la opresión se ven reflejadas en su verso que a diferencia de la primera sección ya no tiene anáfora y se centraliza en la injusticia de no poder vivir la vida libremente sin ser oprimida públicamente:
Finalmente, el último verso del poema es el que Aymerich utiliza para enfatizar todo el mensaje del poema: “No quiero que me tapen la boca cuando digo NO QUIERO…” La última frase “NO QUIERO” a propósito, utiliza las mayúsculas para destacar sus deseos, su sensación de encierro y cómo no puede expresarse sin ser oprimida.
Ángel González
ANGEL GONZALEZ
PARA QUE YO ME LLAME ANGEL GONZALEZ
TEMA: El tema principal de este poema es la descripción de todos los hechos que han tenido que suceder para que el poeta, en este caso, llegue a existir y a llamarse Ángel González.
SUBTEMAS: Un subtema podría ser que la vida es una fuerza o un impulso que deja a su paso escombros, muerte y ruina.
ESTRUCTURA: El poema lo podemos dividir en tres partes.
- En la primera parte (v. 1-4) el poeta nos introduce que a continuación va a describir una serie de hechos (concretar más) que lo han llevado a existir.
- En la segunda parte (v. 5-16) describe esta serie de hechos.
- En la tercera parte (v.17-26) el autor muestra su yo poético más profundo para decirnos que es el fruto de esta serie de contingencias.
RECURSOS LITERARIOS:
En el poema aparecen las siguientes figuras retóricas:
– Encabalgamiento: Aparece entre los versos 3 y 4 (“fué necesario un ancho espacio y un largo tiempo”), entre los versos 6 y 8 (“fértiles vientres de mujer, y cuerpos y más cuerpos, fundiéndose incesantes en otro cuerpo nuevo”), entre los versos 9 y 10 (“solsticios y equinoccios alumbraron con su cambiante luz, su vario cielo”), entre los versos 13 y 16 (“De su pasaje lento y doloroso de su huida hasta el fin, sobreviviendo naufragios, aferrándose al último suspiro de los muertos”), entre los versos 21 y 22 (“un escombro tenaz, que se resiste a su ruina, que lucha contra el viento”) y desde el verso 23 hasta el final del poema (“que avanza por caminos que no llevan a ningún sitio. El éxito de todos los fracasos. La enloquecida fuerza del desaliento…”).
– Anáfora: Podemos observar anáforas en los versos 1 y 2 (“para que”), en los versos 13 y 14 (“De su”).
– Reduplicación: Aparece reduplicación en los versos 6, 7 y 9 (“cuerpos, cuerpos, cuerpo”)
INVENTARIO DE LUGARES PROPICIOS DEL AMOR
TEMA:
La insensibilidad es la única posible respuesta en un tiempo (y un lugar) más propicio al odio que al amor.
ESTRUCTURA EXTERNA:
Poema en versos libres, aunque predominan los heptasílabos y endecasílabos. El ritmo poético lo consigue el autor mediante la utilización de unidades léxicas pertenecientes a idénticos campos semánticos: la primavera, el otoño, el invierno; o por medio de la repetición paralelística de estructuras sintácticas: quicios de puertas orientadas al norte / orillas de los ríos / bancos públicos/. O bien:
ojos bizcos / córneas torturadas / implacables pupilas / retinas reticentes/; y también en Queda quizá el recurso de andar solo / de vaciar el alma de ternura.
ESTRUCTURA INTERNA:
El poema presenta la curiosa particularidad de que el título funciona casi como si fuera el primer núcleo de un texto cuyo segundo núcleo fuera el poema propiamente dicho. En todo caso, los 31 primeros versos conforman el primer núcleo, en que el autor, efectivamente, constata la escasez de lugares propicios a cualquier tipo de expansión amorosa, mientras que los cuatro últimos hallan la solución a tanto desamor en la indiferencia y la soledad. Análisis de la expresión y del contenido.- Ya desde el título nos encontramos con el recurso intelectual que caracteriza toda la obra de Ángel González, la ironía, que consiste ahora en proponerse un inventario de lugares propicios al amor y, al final, observar con melancolía que, en realidad, no hay ninguno en un tiempo (y un país) semejante: ni para él ni para nadie son posibles las efusiones amorosas o sentimentales cuando son la desconfianza, la represión y el odio las fuerzas predominantes. Ya se ve que, de un modo mucho más sutil, el poema sigue ofreciendo unos contenidos sociales inequívocos:
la protesta (indirecta y saturada de ironía) por un tiempo y un lugar –España, sin duda- en que de la ciudad (Tratado de urbanismo se titula la obra a la que pertenece el poema) y del país se han apoderado fuerzas que impiden cualquier manifestación de libertad, gozo o alegría. Así que, efectivamente, como respuesta al título, el poema comienza con la desolada constatación de que son pocos los lugares –y las estaciones del año- propicios al amor. Y sigue a continuación un verdadero inventario, realizado con la frialdad –irónica- que tendría una especie de informe técnico. El lector no puede evitar una sonrisa triste al leer que incluso los lugares más humildes y precarios quedan descartados por las bajas temperaturas y los vientos húmedos, cuyo sentido político es evidente. Pero el poema se hace aún más explícito cuando señala cómo las ordenanzas prohíben todo lo que puede proporcionar auténtico gozo o placer (obsérvese a ese respecto la graciosa pero melancólica ironía del paréntesis). Y la desolada constatación de que el terrible mandamiento de no tocar, peligro de ignominia” es lo único que se advierte en las miradas, unas miradas siniestras y amenazadoras porque las caracterizan ojos bizcos, córneas torturadas, implacables pupilas, retinas reticentes. Los terribles adjetivos que describen a esos sustantivos, el paralelismo sintáctico y la dura y feroz aliteración bastan por sí mismos para darnos un retrato moral de aquel tiempo de España.
Así que, segundo núcleo del poema, el autor halla el tristísimo recurso de refugiarse en la soledad y la indiferencia, frente a un tiempo –y ahora el autor no puede ser más directo y dramático- hostil y propicio al odio. De modo que, al final, entendemos que todo el poema es en sí una amarga alegoría de aquel tiempo y aquel país: aquella España, que era un lugar más dado a la vigilancia, a la amenaza y a la represión qué a la ternura, al amor y a la libertad.