Primeros años y educación
Francisco de Quevedo nació en Madrid el 14 de septiembre de 1580. Su padre, Pedro Gómez de Quevedo, era secretario de la reina Ana de Austria, y su madre, María de Santibáñez, era asistenta de cámara de la reina.
Quevedo tuvo cinco hermanos. Su padre murió en 1586, y su madre volvió a palacio, donde fue admitida en la servidumbre de la infanta doña Isabel.
Quevedo inició sus estudios en el Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, donde también había ingresado su hermano Pedro. Cuando este falleció, Quevedo heredó el mayorazgo, varios censos y parte de un privilegio concedido por Felipe II.
Después de sus estudios en los Padres Jesuítas de Ocaña, entre 1594 y 1595, se trasladó a la Universidad de Alcalá, donde se inscribió en la Facultad de Artes y Filosofía. En 1600 recibió el grado de bachiller y se matriculó en Teología. El 31 de diciembre obtuvo la licenciatura en Artes y Filosofía.
Carrera literaria
En 1602, tras la muerte de su madre, Quevedo se encontraba en Valladolid reiniciando sus estudios de Teología. Fue entonces cuando hizo su primera salida al mundo de las letras.
Su fama como poeta le llevó a mantener correspondencia con los hombres más sabios de España. Conoció a Pablo Rubens, Miguel de Cervantes y sostuvo su primer rifirrafe con Luis de Góngora, siendo antagonistas no solo en lo personal sino también en su forma de entender la literatura, siendo Góngora del culteranismo y Quevedo del conceptismo.
En 1603, Quevedo se entregó a una intensa labor literaria, producto de la cual fueron su soneto alabando a Lope de Vega, sus poesías contra Góngora y más de veinte composiciones.
En 1605, su hermana María de Santibáñez murió. La rapidez de su muerte impidió a Quevedo asistir a su inhumación. En su testamento, dejó como herederos a Quevedo y a su hermana doña Margarita.
El 24 de enero de 1606, la corte se trasladó nuevamente a Madrid. Fue entonces cuando Quevedo terminó El Sueño del Juicio Final, que dedicó al conde de Lemos.
Cuando apareció la segunda parte del Quijote, Quevedo escribió el Testamento de Don Quijote como forma de corresponder a los elogios de Cervantes.
Viajes y destierros
Regresó a Nápoles por orden del duque de Osuna para conferenciar en Venecia, pero alguien lo delató y Quevedo huyó precipitadamente, vistiéndose de pobre y gracias a su conocimiento del italiano. Llegó a Nápoles con la noticia de los sucesos antes de que acabara el mes de mayo y fue enviado inmediatamente a Madrid.
Quevedo compró una casa junto a las casas de Cervantes y de Lope de Vega. En la casa que compró Quevedo vivía Luis de Góngora, quien fue desalojado. Por este problema, Góngora arremetió otra vez contra Quevedo.
Por orden del duque de Uceda, Quevedo fue apresado sin conocerse las causas y trasladado a la Torre de Juan Abad, de donde no podía salir. Se le dejó libre con vigilancia, y en septiembre se le retiró la vigilancia, pero se le impidió salir de Madrid.
El 4 de enero de 1622 se le ordenó que saliera de Madrid y fuera a la Torre de Juan Abad. Cayó enfermo y, por no haber médico, se le permitió trasladarse a Villanueva de los Infantes. En 1623, y por intercesión de Olivares, se le levantó el destierro.
Regreso a Madrid y últimos años
Salió para Madrid para ganarse el favor de Olivares. Su primera comedia fue escrita en colaboración con Antonio de Mendoza y Mateo Montero y fue representada en el Real Alcázar el 9 de julio de 1625.
Quevedo escribió el Memorial para patronato de Santiago, donde defendía al apóstol, tuvo éxito y recibió muchos elogios, pero también críticas. Se defendió en su”Su espada por Santiag”. Envió el escrito y cuando le fue devuelto fue encerrado en la Torre de Juan Abad, donde escribió”Infierno enmendad”. En 1620 fue liberado y se trasladó a Madrid, donde dedicó las obras de fray Luis de León al conde duque de Olivares.
Doña Inés de Zúñiga intervino queriendo casarlo, pero su amigo el duque de Medinaceli le consiguió casar con doña Esperanza de Mendoza, mujer más rica de Aragón. En 1632 escribió”Perinol”, sátira para el doctor Juan de Montalbán.
Decidió imprimir todas sus obras, donde salía en defensa de Luis de Góngora, a quien en vida atacaba con sátiras, pero muerto respetó sus cenizas. En 1633 recogió sus obras en dos tratados: el primero,”El modo de resignarse a la voluntad de Dios todopoderos”, y el segundo,”Doctrina para mori”, al que dio por título”La cuna y la sepultur”.
En 1634 se casó con doña Esperanza de Mendoza, que tenía ya tres hijos. Comenzó a escribir”La virtud militante contra las cuatro pestes del mundo: envidia, ingratitud, soberbia y avarici”.
Intentando defender la dote de su mujer, perdió 800 ducados. Quevedo no volvió a nombrarla en sus escritos, excepto una vez. Doña Esperanza de Mendoza murió en 1641, a finales de octubre. Quevedo volvió a la Torre.
En 1635 se declaró la guerra entre Francia y España, y Quevedo, por orden de Felipe VI, escribió un ataque contra los franceses. Sus enemigos lo atacaron escribiendo”El tribunal de la justa venganz”. En 1635 volvió a la Torre de Juan Abad y luego a Madrid.
Quevedo se cansó de Madrid y, anhelando su Torre, volvió a finales de octubre, llegando a su villa el 4 de noviembre y poniéndose a trabajar. Por las solicitudes del duque de Medinaceli, marchó a su palacio. Cayó gravemente enfermo, rechazó los médicos del duque, acorde con sus principios, y estuvo a punto de fallecer.
Regresó de nuevo a la Torre y recibió orden de marcharse a Madrid. Se acusó a Quevedo de ser el autor de lo que el rey halló debajo de la servilleta. El Memorial al Rey determinó prender a Quevedo, y el Conde-Duque darle un castigo ejemplar.
Quevedo supo el nombre de su delator. Al palacio del duque de Medinaceli acudieron dos alcaldes de corte, y mientras uno de ellos fue a hablar al duque, otro prendió a Quevedo, haciéndole vestirse a toda prisa y sacándolo en coche hasta el Puente de Toledo. Sus enemigos pidieron al Conde-Duque su cabeza.
En 1640 le quitaron la jurisdicción de la Torre de Juan Abad y en febrero salió desterrado de Madrid por el duque de Medinaceli.
Últimos años y muerte
En 1643, cayó el Conde-Duque, pero a Quevedo le llegó la noticia el 2 de febrero. El 4 de febrero escribió un memorial a Felipe IV, consiguiendo el excarcelamiento el 3 de mayo de 1643. Partió hacia su”Alde” a finales del mes de octubre de 1644, y llegó a la Torre casi muerto.
En esta situación, escribió en la Torre la Segunda parte de Marco Bruto. Por su enfermedad, se trasladó a Villanueva de los Infantes. Pero empeoró y abandonó la casa, pasando a una celda del convento de Santo Domingo.
El 5 de septiembre escribía unos renglones a Oviedo. Fue su última carta. Había hecho testamento el 26 de abril, disponiendo que su cuerpo fuera sepultado y transferido a la Iglesia de Santo Domingo, al sepulcro de su hermana Margarita.
El 8 de septiembre murió Quevedo. Sus amigos no respetaron su voluntad y le dieron sepultura en la parroquia de San Andrés. Siglo y medio después, sus restos fueron mezclados en una fosa común.