Fray Luis de León y la Poesía Barroca

Fray Luis de León

El poeta, profesor y traductor fray Luis de León fue un gran estudioso de la Biblia y lector de los clásicos. Aspiraba a convertir el castellano en el vehículo de la cultura humanística, siguiendo los modelos de la tradición latina clásica (Horacio, Virgilio, Cicerón), a los que imprime su sello religioso y moralizante.

Las dos fuentes básicas que funde en su poesía son las Sagradas Escrituras (especialmente el Libro de Job, los Salmos y el Cantar de los Cantares) y la obra del poeta latino Horacio. Este le aporta, además de los moldes formales, su carga de filosofía estoica, doctrina filosófica que afirma que el bien moral de las personas consiste en vivir de acuerdo con la naturaleza.

Su carácter activo y polémico, su búsqueda del sentido literal de la palabra bíblica y su peculiar postura intelectual dentro de un mundo académico anclado en rutinarias tradiciones le ocasionaron persecuciones, juicios y prisión.

Temas

De su contexto vital e intelectual se deriva el tono moral que domina la poesía de fray Luis y el tema fundamental de su creación lírica: el anhelo de una vida retirada en contacto con la naturaleza, libre de pasiones. Una existencia dedicada a la reflexión, al trabajo intelectual (la escritura, la lectura, el estudio de la Biblia) y a la contemplación de la armonía del universo, que permite un progresivo acercamiento a Dios.

A este tema están vinculados dos tópicos clásicos: el beatus ille y el aurea mediocritas, ‘dorada medianía’, que hace referencia a la alabanza de una vida moderada, libre de anhelos y ambiciones.


Estilo

Fray Luis emplea el subgénero poético clásico de la oda, en su origen un canto de tono elevado sobre temas diversos, al que él incorpora el tono moralizante y religioso característico de su obra. En sus breves odas utiliza preferentemente la lira como estrofa. Por lo que respecta al lenguaje, se sirve de la poesía de Garcilaso como modelo de castellano. Otros rasgos estilísticos son el gusto por la sinonimia y las repeticiones de palabras (presentes también en la poesía amorosa de la época); y el empleo de cultismos, términos coloquiales y arcaísmos.

En cuanto a los recursos literarios, fray Luis se caracteriza por la utilización de abundantes recursos como hipérbaton, paralelismo, polisíndeton, asíndeton y anáfora.

Obra

La abundante labor intelectual y creadora de fray Luis dio origen a distintos tipos de obras. Llevó a cabo traducciones de obras clásicas como las Odas de Horacio y las Églogas de Virgilio.

Escribió también obra poética original, representada mayoritariamente por odas de modelo horaciano. La más conocida es la Oda a la vida retirada, en la que fray Luis encuentra en la naturaleza el secreto de la sabiduría. El tono moralista de sus primeros textos va tornándose más íntimo con su estancia de varios años en prisión y adquiriendo un tono más religioso, que se intensifica al final de su vida, cuando habla serenamente de un deseo de salida de este mundo.


La Poesía Barroca

Temas

Hay dos temas en la literatura barroca que se hacen presentes en las diferentes variedades poéticas: el desengaño y la obsesión por el tiempo y la muerte.

El desengaño. El mundo se contempla como un teatro donde todo es apariencia o sueño, y tomar conciencia de ello lleva al desengaño. Este desengaño da lugar a una visión pesimista de la vida humana, y traslada la esperanza de felicidad a la vida ultraterrena. Son ideas presentes en la abundante poesía metafísica y religiosa de este momento. Por otra parte, el desengaño suscita la burla y la crítica de casi todo lo considerado serio, de ahí el éxito de los versos satíricos.

La muerte. La vida se considera un presente inestable y fugaz, y la muerte acompaña al hombre siempre en su existencia. Esta idea hace aparecer en la literatura tópicos clásicos como tempus fugit, carpe diem o memento mori.

Clasificación

La poesía de la etapa barroca se puede clasificar en diferentes variedades:

  • Poesía filosófica y moral. Se medita sobre la realidad y las apariencias, el desengaño, la fugacidad de la vida y la omnipresente muerte. Son asuntos que generan un pesimismo al que algunos escritores oponen su fe cristiana.
  • Poesía religiosa. Está escrita desde una perspectiva cristiana que deposita la esperanza de felicidad en el más allá, pues es imposible de alcanzar en este mundo vacío y en crisis. El amor a Dios, el arrepentimiento o la devoción íntima son motivos frecuentes en este tipo de poesía.


La poesía barroca 2
  • Poesía amorosa. Continúa con los patrones temáticos del petrarquismo, haciendo hincapié en los efectos del sentimiento en el amante, y dando entrada a la obsesión por el paso del tiempo. De ahí nace el tema del amor más allá de la muerte.
  • Poesía satírica y burlesca. Como oposición al oscuro panorama reinante, este tipo de poesía enfoca de forma crítica o alegre todo tipo de asuntos incluidos en los géneros poéticos ‘serios’: costumbres, oficios, tipos humanos, personajes concretos y valores en boga son objeto de sorna. En esta variedad poética son frecuentes las pullas literarias entre escritores.
  • Poesía de circunstancias. Está ligada a acontecimientos concretos como la publicación de un libro, el fallecimiento de un personaje ilustre, etc.
Características formales

Los moldes estróficos cultos más habituales son la silva y el soneto, en el que se respeta su estructura lógica de exposición en los cuartetos y conclusión en los tercetos. En cuanto a los moldes tradicionales, se revalorizan los romances y las letrillas, composiciones en las que se repite a modo de estribillo un pensamiento expresado con brevedad.

En lo que se refiere a los recursos literarios, la concepción del mundo como un movimiento continuo de opuestos (apariencia-realidad, juventud-vejez, vida-muerte) conlleva el uso frecuente de antítesis, oxímoron, paradojas, etc. Además, el deseo de mostrar capacidad de invención artística determina el empleo de recursos como cultismos, hipérbatos, metáforas o paralelismos.

La poesía barroca 3

Culteranismo y conceptismo

En esta época surgen dos concepciones literarias o estilos entre los que no hay una oposición total, pese a que durante mucho tiempo así se consideró:

Culteranismo. Se caracteriza por la búsqueda de un lenguaje que se aparta del ordinario por su brillantez, su cuidada elaboración formal y su musicalidad, en el que abundan los cultismos, hipérbatos, sintaxis latinizante, alusiones mitológicas, etc.

Conceptismo. Se basa en la idea de concepto formulada por Baltasar Gracián, una asociación sorprendente y concisa entre dos objetos, un juego de ideas ingenioso y agudo que permite un conocimiento renovado de algún aspecto de la realidad. Los conceptos se plasman en figuras literarias como la comparación, la metáfora, etc.

Ambos estilos pueden ser empleados por un mismo autor o aparecer en una misma obra y los dos están destinados a un lector culto que sepa apreciarlos.