El Teatro en la España de la Preguerra (1936)
El teatro anterior al 36 estuvo sujeto a los intereses de los empresarios, que querían un teatro comercial, y otros autores que buscaban renovar el teatro comercial. Este teatro se caracterizaba por la alta comedia, que criticaba los conflictos morales de la burguesía. El máximo representante de este estilo fue Jacinto Benavente, con obras como La Malquerida y Los Intereses Creados.
También existía un teatro poético que mezclaba el drama histórico romántico con el lenguaje modernista en verso. Destacan autores como Villaspesa, con Doña María de Padilla, y los hermanos Machado, con Juan de Mañara y La Lola se va del Puerto.
El teatro humorístico abordaba temas de trama fácil con personajes populares. Destaca Carlos Arniches, con La Señorita de Trevélez, los hermanos Quintero, con El Genio Alegre, y Pedro Muñoz Seca, con La Venganza de Don Mendo.
El Teatro de Renovación (1936-1939)
En este periodo, encontramos el grupo del 98, que buscaba una renovación del teatro. Destacan autores como Unamuno, con su teatro filosófico (Fedra y El Otro), y Azorín, que se preocupaba por la palabra y el paso del tiempo, lo invisible. Otros autores como Valle-Inclán evolucionaron del modernismo al esperpento, con obras como Luces de Bohemia. Jacinto Grau escribió teatro culto, como El Señor de Pigmalión, y Comer de la Serna escribió teatro vanguardista, como Los Medios Seres.
El Teatro de la Generación del 27
En la generación del 27, destaca Pedro Salinas, con un teatro humanista (Judit y El Tintero), y Miguel Hernández, con un teatro comprometido, como Teatro de Guerras. Max Aub habla de la incomunicación humana en Morir por Cerrar los Ojos.
Alejandro Casona sitúa sus obras en sus sueños, como La Sirena Varada. Rafael Alberti escribió teatro vanguardista, como Noche de Guerra en el Museo del Prado, y Lorca tuvo influencia clásica, vanguardista y popular, con temas trágicos, como Bodas de Sangre.
El Teatro de Humor Intelectual
Enrique Jardiel utiliza el humor mediante el juego con el lenguaje y situaciones grotescas, como en Un Marido de Ida y Vuelta. Miguel Mihura, fundador de la revista La Codorniz, tiene como tema el enfrentamiento entre la sociedad y el individuo, como en Tres Sombreros de Copa.
El Teatro de la Posguerra (1939-1975)
El panorama general del teatro posterior al 39 del teatro español serio se vio condicionado por la Guerra Civil y sus consecuencias. Encontramos dos tipos de teatro: la alta comedia y el teatro humorístico.
A partir del final de los 40, se dio a cabo un teatro crítico que se puede dividir en teatro realista y teatro no realista.
Teatro Realista
El teatro realista trata de un teatro crítico, comprometido e inconformista. Destaca Antonio Buero Vallejo, que se puede dividir en varias etapas: teatro realista, teatro histórico y teatro subjetivo, con personajes de acción y tragedias.
Alfonso Sastre, por su parte, pasa por varias etapas: dramas e frustración, de posibilidad y tendencia irónica. Destaca Escuadra hacia la Muerte de Sastre y Historia de una Escalera de Buero Vallejo.
Generación de los 60
En la generación de los 60, encontramos a Carlos Muñoz, Laura Olmo (La Camisa), Martínez Recuerda (Los Salvajes) y San Gil (En el Puente de San Gil).
Teatro No Realista
El teatro no realista aborda temas comprometidos mediante lenguaje poético y elementos extraverbales, alejándose del realismo y el simbolismo. Destacan Luis Riaza (Las Jaulas), José Rizal (Los Mendigos), Antonio Martínez Ballesteros (El País de Jauja) y Francisco Nieva (Maldita Sea Coronada y Sus Hijas).
Existen grupos ya consolidados e independientes, como Estaba No en Madrid, el Teatro Lebrijano en Andalucía y Els Joglars en Cataluña.
El Teatro de la Transición (1975-1982)
A partir del 75, podemos distinguir autores consagrados, entre los que destacan Buero Vallejo, Olmo, Francisco Nieva, Antonio Gala (El Anillo para una Dama) y Martínez Recuerda.
Autores con experiencia previa, como Sanchis Sinisterra (Ay, Carmela), Alonso de Santos (Bajarse al Moro), Fermín Cabal (Tú Estás Loco), Briones, Fernando Fernán Gómez (Las Bicicletas son para el Verano), también destacan en este periodo.
Otros nuevos autores rompen el desarrollo lógico de la acción y simplifican el lenguaje. Entre ellos, destacan Sergi Belbel, Ernesto Caballero, Antonio Onnetti y Alfonso Zurro.
Grupos estables de teatro como Els Joglars, Els Comediants, Dagoll Dagom, Tricicle y La Cubana en Cataluña, y La Cuadra en Andalucía, también se consolidan en este periodo.
El Teatro de la Democracia (1982-2000)
En el teatro desde el 75, se representaban obras de los autores más importantes de la preguerra, como Valle-Inclán y García Lorca. Autores realistas como Buero Vallejo, Sastre, Martín Recuerda, Fernando Fernán Gómez y Antonio Gala continuaron escribiendo obras.
Con la llegada de la democracia, muchos grupos de teatro independiente desaparecieron, pero algunos otros tuvieron un éxito notable, como Els Joglars, Els Comediants, Dagoll Dagom, La Cuadra y Tábano.
La nueva comedia burguesa sigue estrenando obras. Surge el teatro neorrealista a partir de autores como Sanchis Sinisterra, junto con Fermín Cabal, que reciben el nombre de la generación del 98. Se caracterizan por tener una actitud realista, entroncando con la tradición teatral de la comedia española. Prefieren personajes fracasados que expresan una ruptura con la moral tradicional. Utilizan el humor y la ironía, y recurren a la metateatralidad.
Surgen tres nuevas promociones: el grupo de finales de los 80 de formación universitaria que tratan los 90, con Ignacio García May y Antonio Álamo, que tratan problemas sociales contemporáneos; y Alfredo Sanzol, que introduce elementos humorísticos.
Otro fenómeno teatral es la puesta en marcha de la Compañía Nacional de Teatro Clásico por Adolfo Marsillach, y el sufrimiento del teatro alternativo.
l teatro alternativo.