La cultura en el Renacimiento. En el Renacimiento tuvo lugar un cambio en la concepción del ser humano y las relaciones con Dios y con la naturaleza. El hombre se situó en el centro del mundo (antropocentrismo). La base de la transformación de la cultura renacentista fue la valoración de la educación y la recuperación de las letras clásicas realizadas por los humanistas. El humanismo. Es una corriente de pensamiento basada en los estudios humanísticos, que imponía el aprendizaje del latín, que permitió el acceso a las obras de la Antigüedad. En las obras humanísticas exaltaban la naturaleza y el placer, y predominaba una visión optimista y confiada del mundo. Los humanistas participaban activamente en el desarrollo de la vida urbana. Humanismo y Renacimiento en España. El humanismo cobra importancia a finales del siglo XV. Destaca la importancia del cardenal Cisneros, que promovió la edición de la Biblia políglota complutense y fundó la Universidad de Alcalá de Henares. Con el Renacimiento se produjo un resurgir del ideal caballeresco, fusionado con la cultura. También apareció el ideal de cortesano.
La lírica renacentista. Petrarca consiguió armonizar la herencia de la lírica culta provenzal con la literatura clásica y con la de los poetas italianos de su generación. Aspectos formales. La poesía italiana aportó dos innovaciones rítmicas: el endecasílabo y el encabalgamiento. La lírica renacentista incorporó estrofas y tipos de composiciones habituales en la lírica italiana: los tercetos encadenados, la lira, la octava real, la estancia, el soneto y la estrofa sáfica. En cuanto al estilo, en la primera mitad del siglo XVI se cultivó una poesía que responde al ideal de sencillez y naturalidad expresiva. Cobran importancia la adjetivación, el empleo de epítetos, el uso de metáforas y la utilización del hipérbaton.
Evolución de la poesía renacentista. Se distinguen dos etapas. – Primera etapa. En la primera mitad del siglo XVI destaca la renovación poética producida por la irrupción del petrarquismo y la influencia clásica. Algunos autores destacados fueron Garcilaso de la Vega, Gutierre de Cetina y Hurtado de Mendoza. – Segunda etapa. Los cambios de esta etapa se corresponden con el auge de la literatura espiritual. Se inspira en fuentes religiosas. Desarrollan temas morales o ascético-místicos. En la poesía religiosa sobresalen fray Luis de León y san Juan de la Cruz. Esta lírica abarca la ascética y la mística. Ascética. Busca la perfección por medio de tres vías: la purgativa, la iluminativa y la unitiva. Mística. Se corresponde con la vía unitiva.
– La novela pastoril: la fuente más importante fue “La Arcadia” de Jacopo Sannazzaro, sus orígenes se hallan en los narradores griegos Teócrito y Longo. Relaciona el ambiente bucólico con el cortesano, así, permitió una lectura en clave en las que se transmitían alusiones a personas y sucesos reales. Historia. Se construye mediante el viaje, los personajes buscan la felicidad, durante el viaje se suman historias de otros personajes. Los personajes son pastores idealizados que se comportan como cortesanos y se caracterizan por su castidad. El espacio es bucólico, arcádico y con elementos naturales. Discurso. La novela pastoril coincide con la novela de aventuras en el comienzo “in media res” y en la interpolación de historias intercaladas. Adquiere importancia el diálogo. El diálogo puede verse interrumpido por medio de cartas o poemas.
– La novela bizantina: Tipo de narración que despertó gran interés entre el público que habían desencadenado los viajes marítimos y los descubrimientos. Historia. Los protagonistas son jóvenes enamorados que son separados hasta que se unen. Los jóvenes deben enfrentarse a múltiples impedimentos de los cuales muestran su castidad y su fe en la divinidad. Las más habituales son: piratas, tormentas, islas, y cautiverios. El héroe joven y astuto con el tiempo pasará a ser peregrino. Discurso. La novela bizantina incorporó los recursos narrativos de Heliodoro y de Aquiles Tacio.
– Otros modelos narrativos: En el siglo XVI y parte del XVII aparece:
- La novela celestinesca – Narran amores que se desarrollan con ayuda de los criados y una alcahueta. Ofrecen un cuadro verosímil de la sociedad de la época.
- La novela sentimental – Destacan las novelas del XV por Juan de Flores y Diego san Pedro. Siguen desarrollando el tema de la pasión desdichada, e incluyen sucesos históricos.
- La novela de caballerías – Este subgénero tuvo un extraordinario desarrollo que alcanzó su apogeo entre 1510 y 1560. Se suma el caballero cristiano en lucha contra los infieles y más tarde, el caballero aventurero.
- La novela morisca – Evoca la vida de la frontera entre Castilla y el reino musulmán en el siglo XV. La toponimia de estas obras es real. Los personajes masculinos presentan rasgos caballerescos.
Obra narrativa de Cervantes – La Galatea. En 1585 se publicó “La Galatea” novela pastoril. La base argumental es sencilla y se localiza en un espacio limitado y en un tiempo breve. Se añaden diversos elementos. Relatos interpolados, poemas, debates. La Galatea es una novela inacabada. – Novelas ejemplares. Las novelas ejemplares son realistas e idealistas, críticas y conformistas, burlescas y serias, e incorporan los estilos de otros modelos narrativos de la época y materiales folclóricos. Las novelas ejemplares carecen de un marco común. No existe un nexo que las una. – Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Esta novela bizantina se publicó en enero de 1617. Los protagonistas realizan un largo peregrinaje por el norte de Europa, España e Italia. En el recorrido se enfrentan a numerosos peligros, así es posible su matrimonio.