La segunda mitad del siglo XIX
La segunda mitad del siglo XIX presenció el ascenso de la burguesía conservadora y el surgimiento del proletariado, con ideologías como el socialismo y el comunismo. La ciencia y la técnica experimentaron un gran desarrollo, destacando el Positivismo y el evolucionismo de Darwin.
La literatura del siglo XIX
Realismo y Naturalismo
En la literatura, surgieron el Realismo y el Naturalismo como reflejo de estos cambios. El Realismo se enfocó en la observación de la sociedad y los eventos cotidianos, mientras que el Naturalismo llevó esta observación al extremo, ligado a la filosofía determinista.
La novela se convirtió en el género más importante, caracterizado por su verosimilitud, ambientación contemporánea, narración lineal y descripciones detalladas. Destacados autores realistas incluyen a Juan Valera, José María de Pereda, Benito Pérez Galdós, Clarín y Emilia Pardo Bazán. El Naturalismo, representado por autores como Émile Zola y Vicente Blasco Ibáñez, enfatizó los aspectos más oscuros de la sociedad.
Poesía y teatro
En poesía, surgieron el Prosaísmo y el Retoricismo, mientras que en el teatro se destacaron tres tendencias: la alta comedia, el drama neorromántico o melodrama, y el drama social. Autores como Ventura de la Vega, Manuel Tamayo y Baus, y José Echegaray dominaron la escena teatral.
Bécquer y Rosalía de Castro representaron el espíritu romántico en la poesía, buscando una expresión más natural y emocional. Galdós también incursionó en el teatro, destacando por su capacidad para reflejar la realidad contemporánea.
El desastre de 1898 y sus consecuencias
El desastre de 1898 marcó el declive de España al perder sus últimas colonias y desencadenó una crisis económica y social que influyó en todo el siglo XX. Este periodo también fue testigo de corrientes intelectuales y artísticas que buscaban renovar la situación política y social.
El Modernismo
Un grupo de jóvenes rebeldes, llamados”modernista”, surgieron como una reacción contra el Realismo del siglo XIX. El modernismo se caracterizó por su exotismo, cosmopolitismo, y amor por lo elegante, explorando temas como la frivolidad, el exotismo y el erotismo. Rubén Darío fue el principal exponente, con obras como”Azu” y”Cantos de vida y esperanz”, que reflejan una evolución desde la influencia parnasiana hacia el simbolismo y el Romanticismo.
Otros autores modernistas incluyen a Manuel Machado y Juan Ramón Jiménez, quienes fusionaron elementos modernistas y románticos con temas populares y andaluces en obras como”Alm” y”Arias triste”.
La Generación del 98
Por otro lado, la Generación del 98 surgió como respuesta al desastre del 98, abordando temas como la esencia de España y los conflictos existenciales. Liderados por Miguel de Unamuno, estos autores, como Azorín, Pío Baroja, Antonio Machado, y Valle-Inclán, compartieron preocupaciones ideológicas y estilísticas. Sus obras giraron en torno a la introspección, con un lenguaje sencillo y sobrio que reflejaba las inquietudes espirituales y existenciales de la época.
El teatro de la Generación del 98
En el teatro, se destacaron diversas tendencias, desde la alta comedia de Jacinto Benavente hasta el modernismo de Eduardo Marquina y los hermanos Machado, pasando por la comedia costumbrista de los Álvarez Quintero y Carlos Arniches. También hubo una corriente innovadora, liderada por Unamuno y Valle-Inclán, que exploró temas difíciles y se alejó de los convencionalismos.
A pesar de la diversidad y la innovación en el teatro español de la época, predominó un enfoque comercial que limitó la experimentación y la creatividad. Sin embargo, autores como Valle-Inclán y Lorca lograron trascender esta tendencia, creando obras poéticas y provocativas que marcaron un hito en la historia del teatro español.
La Generación del 14
La Generación del 14, también conocida como Novecentismo, surge influenciada por las vanguardias europeas, buscando aplicar los valores y formas de vida europeos a la sociedad española. Contrarios a la expresión de sentimientos en la creación literaria, estos intelectuales buscan el arte puro y emplean la literatura como medio de conocimiento a través de un lenguaje preciso.
Destaca José Ortega y Gasset en el ensayo, abordando temas literarios, estéticos, filosóficos e históricos. En obras como”La deshumanización del art” y”La rebelión de las masa”, propone una creación innovadora, independiente del mundo real y dirigida a una minoría intelectual.
En la novela, Ramón Pérez de Ayala desarrolla una narrativa intelectual llena de meditaciones morales y psicológicas, como en”AMD”, donde reflexiona sobre su experiencia en un colegio jesuita, o en”Tigre Jua”, donde analiza el machismo a través de la evolución de un personaje.
Gabriel Miró, otro autor de novelas, profundiza en la psicología de sus personajes y renuncia a argumentos con mucha acción. Sus obras, como”Nuestro padre San Danie”, retratan una España marcada por la superstición religiosa y el conflicto entre la sensualidad y la represión.
Ramón Gómez de la Serna, por su parte, se distancia de la realidad en sus obras, llenas de elementos disparatados e irracionales. Sus novelas, como”El torero Carach” y”El hombre perdid”, juegan con la fantasía y la estructura narrativa.
En la poesía, Juan Ramón Jiménez evoluciona desde un estilo modernista hacia una poesía pura y depurada, buscando la perfección y la esencia en obras como”Diario de un poeta recién casad” y”Platero y y”.
En conjunto, la Generación del 14 representa el esfuerzo de un grupo de escritores por introducir un arte nuevo en España, alejándola del aislamiento y acercándola a los movimientos vanguardistas europeos.
La Generación del 27
Un grupo destacado de poetas españoles que se reunieron en torno a un homenaje a Luis de Góngora en 1927 en el Ateneo de Sevilla. Inspirados por su escepticismo, la ausencia de sentimentalismo y el cuidado de la forma en la poesía, estos jóvenes poetas formaron un grupo unido que colaboraba en revistas, figuraba en antologías y escribía sobre sus compañeros de grupo.
Antes de consolidarse como la Generación del 27, estos poetas estuvieron influenciados por corrientes como el modernismo, la poesía pura y las vanguardias deshumanizadas como el futurismo y el creacionismo. Durante la guerra civil española, el surrealismo humanizó sus versos, reflejando la angustia existencial y la preocupación social por la situación de España.
La estética de la Generación del 27 fue ecléctica, combinando elementos de la poesía popular, la literatura clásica española y los movimientos vanguardistas. Cada miembro del grupo tenía sus propias influencias y enfoques, desde la poesía pura de Jorge Guillén hasta el surrealismo de Rafael Alberti y la reflexión sobre la esencia de los sentimientos de Pedro Salinas.
Destacados poetas del grupo incluyen a Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y Federico García Lorca. Cada uno contribuyó con su estilo único y temas recurrentes, desde la reflexión sobre la vida cotidiana hasta la protesta social y la exploración del amor y la muerte.
Federico García Lorca, en particular, fue un figura central en la Generación del 27, tanto en poesía como en teatro, abordando temas como el destino trágico, la muerte y el amor imposible. Su teatro poético, que incorporaba elementos surrealistas y tragedias profundas, marcó un
hito en la historia literaria española.
En conjunto, la Generación del 27 representó una época dorada en la literatura española, con una influencia que trascendió las fronteras del país y tuvo un impacto significativo en la literatura mundial.
La guerra civil sumerge al país en caos político, social y cultural. El Grupo del 27 se desintegra tras la muerte de Lorca, forzando a los poetas a elegir entre el exilio interno o externo. Miguel Hernández, con su obra como “El rayo que no cesa”, destaca por fusionar poesía pura con vanguardia y tradición. En los 40, los poetas falangistas adoptan métricas clásicas y temas patrióticos. Destacan Luis Rosales y Pablo García Baena. Carlos Edmundo de Ory revive el surrealismo con el postismo. Dámaso Alonso inicia la poesía desarraigada con “Hijos de la ira”. Los poetas exiliados exploran la pérdida y el deseo de retorno, con León Felipe como figura prominente.
En los 50, la Generación del 50 critica las injusticias sociales, con poetas como Blas de Otero y Gabriel Celaya. José Hierro introduce el reportaje narrativo y la alucinación poética. Claudio Rodríguez fusiona armonía y surrealismo. En los 60, Ángel González emplea humor y crítica al franquismo. Los Novísimos, como Ana María Moix y Leopoldo María Panero, exploran la originalidad influenciados por la cultura pop. En los 80, la poesía diversifica: Clara Janés fusiona oriente y occidente, García Montero y De Cuenca encuentran poesía en lo cotidiano, y Jorge Riechman abraza la poesía de conciencia.
En teatro, la censura franquista afecta la creatividad. Autores como Jardiel Poncela y Miguel Mihura exploran el absurdo y la libertad. Buero Vallejo y Sastre denuncian la sociedad, mientras Gala mezcla comedia y existencialismo. Nieva y Arrabal introducen teatro experimental. En democracia, Alonso de Santos y Sanchis Sinisterra exploran lo cotidiano y lo histórico. Destaca la comedia burguesa renovada de Ana Diosdado. En el siglo XXI, Mayorga y Liddell destacan por explorar conflictos humanos ocultos y provocar con obras vanguardistas. Las salas alternativas ganan relevancia, buscando conectar con el público contemporáneo.
La poesía hispanoamericana del siglo XX se desarrolla en tres líneas principales: César Vallejo abraza el modernismo en “Los heraldos negros”, la vanguardia en “Trilce”, y el compromiso político en “España, aparta de mí este cáliz”. Pablo Neruda, en “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, desafía al modernismo con un enfoque furioso. “Residencia en la tierra” y “Canto general” exploran el surrealismo y la historia de Hispanoamérica. Gabriela Mistral, en “Lagar”, reflexiona sobre la muerte y el fascismo. Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik exploran lo personal y lo feminista. Ida Vitale representa la poesía esencialista. En el siglo XXI, los poetas hispanoamericanos abordan lo cotidiano y coexisten diversas tendencias poéticas como el surrealismo y el existencialismo.
La novela regionalista destaca en América Latina, abordando temas como la civilización frente a la barbarie. Obras como “Los de abajo”, “La vorágine”, “Doña Bárbara”, “Don Segundo Sombra” y “El mundo es ancho y ajeno” exploran los conflictos sociales y naturales del continente. La novela indigenista reivindica la marginación del indio americano.
El realismo mágico emerge con el “boom” de la novela hispanoamericana, fusionando lo fantástico con lo real. Autores como Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez destacan por sus narrativas innovadoras y sus exploraciones de la identidad y la historia latinoamericanas.
Los escritores posteriores al “boom” muestran una variedad estilística y estética. Isabel Allende integra el realismo mágico en “La casa de los espíritus”. Roberto Bolaño, en “Los detectives salvajes”, aborda el drama del exilio y el fracaso generacional. Mariana Enríquez explora el terror en sus obras. La narrativa del siglo XXI trata temas como la migración, la violencia y la identidad, con autores como Héctor Abad Faciolince y Leonardo Padura.