La evolución de la narrativa española: de la vanguardia al esperpento

Novelistas de vanguardia

Ramón Gómez de la Serna y Benjamín Jarnés son representantes de la novela vanguardista. Sus obras comparten características como el desarrollo de las historias en entornos urbanos modernos, protagonistas desenvueltos y conflictos eróticos. Estas narraciones reflejan el culto al progreso y la inclinación al hedonismo y lo lúdico. Los personajes se centran en su mundo interior y su identidad, y suelen realizar digresiones.

Valle-Inclán (teatro)

Dramas decadentistas

Valle-Inclán aplicó el modernismo al drama, incorporando personajes con lenguaje y actitudes realistas. En sus primeras obras, como “El marqués de Bradomín” (1906) y “El yermo de las almas” (1908), dramatiza el tema del adulterio. “La dama enferma” presenta rasgos de la heroína decadente finisecular.

Dramas de ambiente galaico

Estas obras, agrupadas bajo el “ciclo mítico”, se caracterizan por sus temas, personajes, atmósferas y significados relacionados con una Galicia mítica e intemporal. Presentan una sociedad arcaica con conflictos centrados en la lujuria, la soberbia, la crueldad y la superstición.

Las farsas

En estas obras, Valle-Inclán introduce personajes de la farándula, disfraces y el teatro dentro del teatro, buscando romper el efecto de realidad escénica. Algunas de sus farsas son “La marquesa Rosalinda”, “La cabeza del dragón” y “La enamorada del rey”.

El esperpento

La obra dramática de Valle-Inclán culmina en el esperpento, una deformación caricaturesca de la realidad. En obras como “Luces de bohemia”, “Los cuernos de don Friolera” y “Martes de carnaval”, los personajes y situaciones se degradan a animales y muñecos, mezclando realidad y pesadilla.

Azorín

En las novelas de Azorín, el movimiento y el tiempo se anulan, basándose en instantáneas. Su obra narrativa analiza profundamente la percepción, congelando el momento y captando la impresión del instante. Sus primeras obras muestran una rebeldía contra los valores establecidos y una crítica a la espiritualidad subjetiva. Entre sus principales novelas destacan “La voluntad”, “Antonio Azorín” y “Doña Inés”.

Valle-Inclán (novela)

Valle-Inclán comenzó su trayectoria narrativa en el modernismo, introduciendo innovaciones hasta culminar en el esperpento. Sus obras más destacadas son las “Sonatas”, “La guerra carlista”, “Tirano Banderas” y “El ruedo ibérico”.

Las sonatas

Las “Sonatas” son una alegoría de la vida humana, con el marqués de Bradomín como hilo conductor. Cada novela representa una estación del año: “Sonata de primavera”, “Sonata de estío”, “Sonata de otoño” y “Sonata de invierno”.

Novelistas renacentistas

Ramón Pérez de Ayala

Creó una novela experimental centrada en la conciencia, incluyendo aspectos inconscientes y subconscientes. Entre sus obras destacan “Tinieblas en las cumbres” y “Tigre Juan”.

Gabriel Miró

En sus novelas prima la emoción, con hechos diluidos en impresiones que fragmentan el texto. Entre sus obras destacan “Las cerezas del cementerio” y “El obispo leproso”.