La lírica española desde 1940 hasta la actualidad

Lírica desde 1940 al 70

La poesía de la 1ª posguerra está condicionada por la situación histórica española. Ante el horror de la guerra recién concluida, los poetas buscan respuestas y realizan una poesía dirigida a Dios, en la que vierten sus quejas y, en ocasiones, se rebelan ante él. Los poetas desearán convertirse en la voz de la mayoría: surge la poesía social. La actividad lírica de esta época se centra en:

Garcilaso

Agrupa a los poetas más cercanos al régimen político oficial, que cultivan una lírica de corte clásico, que ofrece una visión optimista del hombre y el mundo. Sus poetas más representativos son Luis Rosales y Leopoldo Panero.

Espadaña

Los poetas contrarios a la dictadura, que aportan una visión desarraigada de un mundo conflictivo e imperfecto.

Pablo García Baena y el grupo Cántico

En la posguerra también hubo poesía pura, gracias a un grupo de poetas cordobeses que fundan en 1947 la revista Cántico. Cercanos a este grupo, también se hallan poetas como Jorge Guillén, muy influidos por el intimismo y el refinamiento de Luis Cernuda.

Pablo García Baena (Córdoba, 1923), es el principal representante del grupo. El amor es el tema fundamental. Otros autores destacados son Ricardo Molina y Julio Aumente.

El postismo

La revista Postismo da nombre al último de todos los «ismos». Se trata de un movimiento que reivindica la libertad creativa y el sentido lúdico del arte. Cercano al surrealismo ibérico, su fundador es el gaditano Carlos Edmundo de Ory. Debido a la censura, la revista Postismo solo publicó un número.

Poesía espiritual y poesía social

Los poetas alzan sus ojos a Dios para pedirle explicaciones acerca de lo que observan a su alrededor. Poco a poco, se irá modificando esta tendencia inicial, de manera que a finales de los cuarenta surge en España una poesía denominada social. Los dos autores más representativos de este momento son Gabriel Celaya (Cantos iberos) y Blas de Otero. Por esos momentos escribe José Hierro, uno de los poetas más personales y reconocidos de la segunda mitad del siglo XX.

La poesía social evita los problemas íntimos e individuales, para centrarse en lo colectivo. Asimismo, rechaza el esteticismo y la poesía pura: de este modo, se pretende crear una poesía clara.

La generación del 50

En la década de 1950 se interrumpe el panorama literario con un nuevo grupo de poetas que se aparta de la poesía social. Algunos de ellos son Antonio Gamoneda, Ángel González, Claudio Rodríguez o José Agustín Goytisolo. La poesía de estos autores vuelve a preocuparse por el “Hombre”; se trata de una poesía inconformista y escéptica que se centra en lo cotidiano y recupera el intimismo.

Lírica desde los 70

Tras la revolución cultural del «mayo del 68», surge un nuevo grupo de poetas conocido como Generación del 68 o “novísimos”. Plantean un amplio concepto de la cultura, que incluye manifestaciones marginales o no consideradas hasta entonces, tales como el cómic, el cine, etc. Otros novísimos, los llamados “culturalistas”, optan por una poesía decadentista inspirada en la obra del griego Kavafis.

Los novísimos se sienten cercanos a poetas como Aleixandre o Cernuda, y revitalizan el grupo Cántico y al Postismo. El nombre de este grupo procede de la antología Nueve novísimos poetas españoles, publicado en 1970. Lo forman autores como Pere Gimferrer, Leopoldo María Panero, José María Álvarez, Guillermo Carnero, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix.

Estas son las últimas generaciones de poetas:

Experimentalismo

(José Miguel Ullán): basado en la utilización de las antiguas técnicas vanguardistas (collages, poemas visuales…).

Culturalismo

(Antonio Colinas, Julio Martínez): influencia del mundo clásico grecolatino o la Edad Media.

Surrealismo

En los ochenta podemos destacar una línea de recuperación del Surrealismo, en la que destacan las poetas Blanca Andreu o la gaditana Ana Rossetti: se trata de una poesía fuertemente erótica.

Poetas metalingüísticos

(Andrés Sánchez Robayna, Jenaro Talens, Jaime Siles, Juan Carlos Suñén, Julia Castillo, Justo Navarro). Esta poesía del silencio o minimalista entronca con la poesía pura y se orienta hacia la indagación sobre el lenguaje, con rasgos de adornos superfinos y antirretoricismo.

Poesía de la conciencia

(Jorge Riechmann, Fernando Beltrán, Enrique Falcón, Antonio Méndez Rubio). Son poetas que pretenden sacudir la conciencia. La poesía se concibe como acción social y hasta política.

Poesía de la experiencia

Es la tendencia poética más característica de los últimos años. Tras el declive de la estética novísima, se produce una recuperación de la generación del medio siglo (Ángel González, Claudio Rodríguez…) y una revisión de la tradición literaria previa. Se observa una tendencia a la recuperación de ciertas formas métricas (empleo generalizado de endecasílabos y alejandrinos blancos) combinada con el uso de un lenguaje perteneciente al mundo de lo cotidiano. El tono suavemente elegíaco de muchos de estos poemas es muy característico. Tampoco faltan elementos irónicos y humorísticos. En cuanto a los temas, destacan los urbanos, extraídos de la experiencia vivida por los propios poetas. En este sentido, es muy usual recuperar escenas de la infancia o la adolescencia. Se aprecia un lenguaje muy elaborado y elegante, sin caer en excesos retóricos. Autores como Miguel d’Ors…