La narrativa española del siglo XX

La Generación del 98 y el Novecentismo

En este espacio de tiempo se desarrollan la Generación del 98 y la Generación de 1914 o Novecentismo. El hecho histórico que marca el punto de partida es el Desastre de 1898, que significó para España la pérdida de las últimas colonias. A este suceso le siguieron otros, igualmente muy importantes: el Reinado de Alfonso XIII (1902-31), la dictadura de Primo de Rivera (1923-31), la 2a República (1931-36) y la Guerra Civil (1936-1939).

Características

El espíritu crítico de los males de España, como el caciquismo, el hambre, la ignorancia y la envidia. Actitud pesimista ante la situación histórica, social y espiritual del momento. Influencia de la filosofía existencialista a partir de autores como Schopenhauer. Los temas giran en torno al dolor de España y Castilla como símbolo patriótico. El género preferido es la novela.

Introspección

Las novelas están protagonizadas frecuentemente por seres abúlicos y desorientados, que experimentan una crisis vital y en muchos casos las inquietudes de los autores. Se presentan personajes masculinos.

Simbolismo

Los personajes son la expresión de la crisis de la sociedad burguesa y de la decadencia de España. Otros elementos simbólicos como el regeneracionismo. Angustia existencial. Proviene de la carencia de una justificación que de sentido a la existencia. Tema de Dios. Se relaciona con el antipositivismo e irracionalismo que provoca la reflexión sobre la divinidad y la pérdida de la fe. Primitivismo. El rechazo a la sociedad burguesa da lugar al regreso de actitudes primitivas. Subjetivismo. La conciencia o perfección de la realidad que tiene el yo es más importante que el mundo exterior.

Autores

Unamuno acuñó el término “nívolas” para aquellas novelas en las que intervenía, hablando con sus personajes. Esta innovación narrativa le sirvió para plasmar sus reflexiones, sirviéndose de un estilo denso y expresivo. Algunas de sus obras son Niebla, Abel Sánchez y San Manuel Bueno.


La novela durante la dictadura

Durante la dictadura franquista, diversos factores dificultaron la escritura y la publicación de nuevas novelas: la anulación de las libertades básicas y el establecimiento de la censura previa, el aislamiento internacional, o la marcha al exilio de muchos de los narradores que habían publicado sus primeras obras antes de la guerra.

La novela en los años 40

Novela existencial y novela tremendista: Se publica una novela de los vencedores con una visión maniquea de la sociedad, dividida en “buenos y malos”.

Novela existencial

Como respuesta al triunfalismo de los vencedores, en la primera posguerra algunas obras reflejan una realidad asfixiante, en la que se impone la sensación de fracaso. No hay en ellas crítica política ni social, sino más bien una desesperanza, angustia individual, marcada por la experiencia de la muerte, soledad y frustración. Ejemplos Nada de Carmen Laforet.

Novela tremendista

Se trata de una manifestación extrema de la novela existencial. Reflejo de la misma angustia y desolación, en el tremendismo se acentúan la atrocidad y la violencia. Son frecuentes los episodios brutales y truculentos. La novela a destacar de esta tendencia es “La familia de Pascual Duarte” de Camilo José Cela. En ella se plasma la inhumanidad y violencia de la España rural.

La novela en los años 50

En los años 50 empieza una tímida apertura al exterior que coincide con una relajación de la censura. Los autores encuentran en la novela social su instrumento para la denuncia.

La novela social

Los temas principales de la novela social son la falta de la libertad, las injusticias sociales y las penosas condiciones de vida de la gente común en la España de posguerra, presentadas desde un punto de vista crítico.

Autores y obras

Es posible distinguir dos tendencias de realismo social: el objetivismo y el realismo crítico. En ambas hay compromiso social pero en el caso del objetivismo se refleja fielmente la realidad, conductas y diálogos de los personajes, sin mediar comentarios o interpretaciones del autor y la crítica está implícita. Ana María Matute con Los Abel. En el realismo crítico, la crítica es explícita. En estas novelas prima el personaje colectivo frente al del individuo.


La novela en los años 60

Los años 60 son los del desarrollo económico, el crecimiento del turismo y el cambio de mentalidad. Aumenta la emigración y la oposición al régimen franquista. En literatura se produce un desgaste de la novela social. Ahora interesa más la renovación aunque no se pierda la intención crítica.

Características

Personajes individuales. Desaparición del capítulo sustituido por la secuencia o por el párrafo extenso o interrumpido. Espacios simbólicos o míticos. Inclusión de materiales diversos en el curso de la novela: informes de policía, rótulos, anuncios… Desorden cronológico, licencias ortográficas y tipográficas… La voluntad de renovación estilística.

Autores y obras

Luis Martín Santos en su obra Tiempo de silencio introduce las novedades características de la novela experimental: el enfoque existencial extendido también a las clases sociales desfavorecidas, que en la novela social eran siempre inocentes; la estructura en secuencias en vez de en capítulos, con alguna ruptura temporal; el punto de vista múltiple que incluye el monólogo interior, el estilo indirecto libre y la segunda persona para hablar con uno mismo; el lenguaje experimental y culto.


La narrativa española del siglo XXI

En los años 70 continúa escribiéndose novela experimental como en la década anterior pero a partir de 1975, con la muerte de Franco, la llegada de la democracia y el fin del aislamiento español, se abre un nuevo periodo para la narrativa.

La continuidad generacional

Novelistas de la primera promoción de posguerra: En esta época Miguel Delibes, escribe algunas de sus obras fundamentales, un ejemplo es Los santos inocentes. Y Camilo José Cela trata el tema de la Guerra Civil en Mazurca para dos muertos. Novelistas de los años cincuenta y sesenta: Después del 1975 siguen escribiendo autores que se labraron un nombre en los años 50 y 60. Entre ellos podemos encontrar a Ana María Matute que escribió Olvidado rey Gudú o Carmen Martín Gaite con su novela El cuarto de atrás. En los años 80 y 90 surge un gran número de novelistas nuevos.

Destacan las siguientes tendencias

La novela policiaca, la novela histórica de intención paródica, la novela lírica, la novela de autoficción y metaficción, y la novela autobiográfica.