Tras la guerra civil la literatura española se sume en aislamiento, con una censura que prohíbe las novelas con contenido social o fuera de la ortodoxia católica. Así, en los años 40 se publican novelas que relatan la guerra desde el punto de vista de los vencedores o novelas de evasión sobre asuntos sentimentales. Las obras que inician la historia de la novela española de posguerra se inscriben en la corriente existencial: reflejan angustia y frustración de las vidas cotidianas con pobreza y persecución política, pero sin una crítica directa. Son novelas sencillas, lineales y con un narrador omnisciente o protagonista.
Tendencias de la Novela Española de Posguerra
Las novelas se agrupan en 2 tendencias:
- Las de la corriente realista existencial, iniciada por Nada de Laforet, caracterizadas por mostrar una realidad asfixiante, marcada por la pobreza y la falta de libertades, con los protagonistas angustiados y desorientados.
- Las de la corriente existencial tremendista, inaugurada con La familia de Pascual Duarte de Cela, se centran en los aspectos más duros de la vida, en escenarios rurales y protagonizadas por personajes marginales y violentos.
El Realismo Social en la Década de 1950
A comienzos de los 50, con La colmena de Cela, se abre un nuevo rumbo, los escritores abandonan el pesimismo del relato existencial y ahora describen la dura realidad de la sociedad española: dureza de la vida en el campo, dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales, explotación del proletariado y la vida burguesa superficial e insolidaria→Realismo social.
Rasgos Técnicos del Realismo Social
El narrador apenas interviene, reflejando la realidad imparcialmente, como una cámara; tiempo y espacio concentrados (acción transcurrida en unas horas o días y en pocos espacios); predomina el diálogo sobre la narración; estructura lineal, y se prefiere el personaje colectivo o representativo de la clase a la que pertenece. En el estilo, se usa un lenguaje sencillo, directo y claro, con frases cortas, de limitado vocabulario y con coloquialismos, reproduciendo el habla común.
La Novela Experimental: Renovación y Experimentación
En 1960 hay cansancio del realismo social, los autores tienen más en cuenta las aportaciones de los grandes novelistas extranjeros, y pronto causará impacto la nueva novela hispanoamericana→comienza la novela experimental, que, sin perder el enfoque crítico sobre los problemas españoles, renueva el lenguaje y las técnicas. La obra inaugural es Tiempo de silencio de Luis Martín Santos.
Características de la Novela Experimental
- Pierde importancia el argumento, que a veces desaparece para dar paso a sucesos inconexos.
- Predomina la 1ª persona narrativa y aparece la narración en 2ª persona. La voz del narrador se sustituye por una polifonía de voces apareciendo el punto de vista múltiple, el perspectivismo…
- Preferencia por el personaje individual con problemas de identidad y abatido por la angustia existencial.
- Diálogo es poco habitual, siendo sustituído por el estilo indirecto libre y el monólogo interior.
- Ruptura de la secuencia cronológica del tiempo: Hay saltos del pasado (analepsis) y al futuro (prolepsis), y tiene importancia la simultaneidad.
- Eliminación de capítulos: Se sustituyen por secuencias separadas por un espacio en blanco.
- Renovación del lenguaje literario introduciendo neologismos, cultismos y coloquialismos con absoluta libertad.
- Innovaciones tipográficas: Se mezclan tipos de letras, se rompe la puntuación tradicional, escritura vertical, hay grabados y esquemas…
Autores Destacados de la Novela Española de Posguerra
Carmen Laforet
Su trayectoria literaria se inició con Nada, que describe la asfixia social en la España de los primeros años de posguerra. En ella Andrea, una joven que va a estudiar a Barcelona alojada con unos parientes, retrata con tristeza el sinsentido y la vulgaridad de sus vidas, en un ambiente sórdido y degradado. El éxito conseguido hizo que su autora tardara 8 años en escribir la siguiente: La isla y los demonios. Después publicaría La mujer nueva, reflejando sus experiencias religiosas y con el tema central de la fe de la protagonista. Años más tarde sale La insolación, primer volumen de una trilogía que no llegó a completar. Casi toda su obra gira en torno a un mismo tema central: El enfrentamiento entre el idealismo juvenil y la mediocridad del entorno. Varias tienen personajes huérfanos como reflejo de su vida. Se destaca que, aunque su producción no es amplia, obtuvo premios prestigiosos: Nada recibió el Premio Nadal y La mujer nueva, el Premio Nacional de Literatura.
Miguel Delibes
Se dio a conocer con la novela de tintes existencialistas, La sombra del ciprés es alargada. Poco después publica El camino, presentando el despertar a la vida de un niño, así como la vida de un pueblo y sus gentes desde la perspectiva de unos ojos infantiles. Las ratas, denuncia el atraso y abandono de un pueblo rural castellano y es una novela social. Cinco horas con Mario, que da inicio a una etapa de utilización de recursos técnicos novedosos, es un soliloquio pronunciado por Carmen mientras vela el cadáver de su marido Mario. El contraste entre Mario, profesor solidario y progresista, y Carmen, de mentalidad cerrada y convencional, refleja el de la España progresista y la tradicional.
Sus libros posteriores (El príncipe destronado, Los santos inocentes…) muestran su compromiso con la defensa de los valores humanos. En su última etapa destacan El hereje, novela histórica ambientada en el Valladolid del s.XVI.
Camilo José Cela
En su trayectoria, reconocida en 1989 con la concesión del Premio Nobel, se distinguen 3 etapas: En la 1ª (años 40) publica La familia de Pascual Duarte, iniciando la corriente tremendista y narra la historia de un campesino condenado a muerte que recoge por escrito su vida, llena de violencia y horrores diversos. A su 2ª etapa (años 50) pertenece La colmena, iniciando la novela social y muestra las miserias cotidianas de más de 300 personajes en el Madrid de 1942. Es una obra de protagonismo colectivo y técnica caleidoscópica en la que la unidad se consigue con la concentración espacio-temporal (hechos narrados ocurren en poco más de 3 días en pocos espacios). En su 3ª etapa (desde los años 60) se deja influir por la corriente experimental, perteneciendo San Camilo, 1936, compuesta como un monólogo en 2ª persona que refleja de manera grotesca los primeros días de la Guerra Civil en Madrid, y Mazurca para dos muertos, ambientada en la Galicia rural de los 30.
Luis Martín Santos
Su única novela es Tiempo de silencio. Su argumento tiene mucho de folletinesco (Pedro, un médico becado para investigar sobre el cáncer, conoce el mundo de las chabolas madrileño, de donde saca sus ratones de laboratorio. Se ve implicado contra su voluntad en un aborto clandestino, lo detienen y, aunque demuestra su inocencia, su vida quedará marcada por tragedias con las que abandona Madrid y se hace médico rural) pero abrió el camino de la novela experimental por la búsqueda de nuevas técnicas narrativas. Así, la novela se organiza en secuencias, se explota el monólogo interior, hay cambios de narrador (1ª, 2ª y 3ª persona), se combinan registros lingüísticos (lenguaje de la medicina, latinismos, anglicismos…), se modifica el lenguaje (neologismos, subchabola, y palabras compuestas), la sintaxis se complica con largos párrafos y se utilizan figuras retóricas, alejándose de la prosa sencilla y sobria del realismo social.