La novela española desde principios del siglo XX hasta 1939
La novela
La novela se caracteriza en Europa por una honda crisis espiritual donde las ideas de varios filósofos acentúan el pesimismo propio de la literatura del siglo XX. El desastre del 98 supone para España la pérdida de sus últimas colonias ultramarinas (Puerto Rico, Cuba y Filipinas) y el comienzo de una catastrófica crisis moral, económica y social donde las desigualdades, la guerra de Marruecos y la inestabilidad política conducirán primero al enfrentamiento y después a la Guerra Civil. Esto lleva a los autores a un deseo de modernidad que dará lugar al Modernismo. En los primeros años del siglo XX se produce el Regeneracionismo que pretende encontrar la solución a los “males de la patria“ y jóvenes autores como Azorín y autoras como Carmen de Burgos de la Generación del 98 manifiestan un deseo de reforma, europeización y modernidad incorporando nuevas técnicas expresivas. El espíritu del siglo XX es el Novecentismo y en los años 20 y 30 siguen con las tendencias de la novela deshumanizada y la novela social. El Realismo va a dejar tendencias innovadoras.
La Generación del 98
Las novelas de los autores se centran en:
- El tema de España: Pretenden descubrir el alma de la nación a través del paisaje, sobre todo Castilla, la del hombre anónimo a la que Unamuno llamó intrahistoria y la literatura volviendo a autores como Larra y clásicos como Berceo.
- El tema existencial: Se preocupan por el sentido de la vida y la existencia, el tema del tiempo o la relación del hombre con Dios.
En cuanto a la técnica, defienden la sencillez y claridad pero sin perder fuerza expresiva (antirretoricismo), tienden a la sencillez sintáctica y precisión léxica pero con valoraciones subjetivas. Clave es que en 1902 se publican cuatro títulos con una nueva concepción novelista.
Miguel de Unamuno
Es un autor de carácter crítico, obsesivo y con grandes inquietudes filosóficas. Evoluciona de una escritura ovípara a una escritura vivípara y este proceso le condujo a la nivola donde destaca Niebla. Otras novelas de este autor son La Tía Tula, que gira en torno al sentimiento de maternidad, y San Manuel Bueno, mártir, que es la historia de un cura que, aún habiendo perdido la fe, se sacrifica por sus feligreses.
Pío Baroja
Es el gran novelista de la generación, concibe la novela como un género multiforme en el que todo cabe. Para él, las cualidades del buen novelista deben ser la invención, imaginación y observación. Su estilo responde al antirretoricismo propio de su generación y le da a sus novelas fuerza expresiva y amenidad predominando los párrafos breves y la frase corta, el léxico claro y sencillo con coloquialismos. Un rasgo típico de su prosa es la descripción con pocas pinceladas. Su amplia obra de 98 volúmenes se reúne en trilogías, algunos títulos son TIERRA VASCA con Zalacaín el aventurero, cuyo protagonista es un hombre de acción, y LA RAZA con El árbol de la ciencia.
José Martínez Ruiz “Azorín”
Dedicó toda su vida al periodismo y utilizó el seudónimo de Azorín, protagonista de sus primeras novelas. Es un ensayista que ha hecho que algunos críticos subestimen sus aportaciones a la novela. Sus novelas son como fotos fijas con un estilo lento y lírico. Su estilo se caracteriza por la claridad, la precisión y riqueza léxica. Su primera novela es La Voluntad, que representa la visión que el autor tiene de España.
Ramón María del Valle-Inclán
Es un autor genial e inconformista a la búsqueda incansable de nuevas formas de expresión, como su técnica del esperpento (deformación y degradación de la realidad). Su primera obra narrativa se inscribe en el Modernismo por su estilo lírico y aristocrático con carácter decadente. Son las Sonatas, que se relacionan con las distintas fases del proceso amoroso. Están protagonizadas por el Marqués de Bradomín. De las novelas marcadas por el esperpento destaca Tirano Banderas.
Carmen de Burgos
Comparte la idea de regenerar España con la Generación del 98. Su vinculación con el 98 es tanto cronológica como por su pensamiento regeneracionista. Es considerada la primera periodista profesional de España. Entre sus obras destacamos Puñal de Claveles, que cuenta el suceso real que originó también Bodas de Sangre de Federico García Lorca.
Concha Espina
Escritora y periodista coetánea de la Generación del 98 que destaca por su obra periodística y narrativa. Es una mujer independiente con grandes inquietudes intelectuales y su obra fue rechazada varias veces. Su novela está alejada de preocupaciones sociales y está impregnada de innovaciones estilísticas del 98 por lo que fue propuesta para obtener el Premio Nobel de Literatura, que le fue concedido en 1927 por su novela Alta Mar.
La narrativa novecentista
Se conoce así, Novecentismo o Generación del 14, a los autores nacidos a finales del siglo XIX que suceden a la Generación del 98 y alcanzan su plenitud literaria en la segunda década del siglo XX. Las principales características que comparten es que son liberales con formación académica, son europeistas y defensores del arte puro y minoritario. De lo que escriben, cultivan principalmente el ensayo, entre los que figuran José Ortega y Gasset y Ramón Gómez de la Serna.
Ramón Pérez de Ayala
Es el autor de novelas intelectuales donde lo importante no es la trama sino las reflexiones que propone. A.M.D.G. es una caricatura de la vida en un colegio de jesuitas y Belarmino y Apolonio, protagonizada por dos zapateros que presentan la doble visión de la realidad: la del que actúa y la del que contempla. Una de sus obras es El curandero de su honra.
Gabriel Miró
Es autor de novelas líricas que enlazan con el Modernismo gracias a la sensorialidad de sus descripciones. Entre sus novelas destacamos El obispo leproso, que trata de la represión de la Iglesia.
Ramón Gómez de la Serna
Es el escritor original e inclasificable del “Ramonismo”, creador de las greguerías, definidas como “el atrevimiento de definir lo indefinible con la suma de humor más metáfora”. Destaca su novela La viuda blanca y negra.
La novela hacia 1927
Junto a los poetas del grupo del 27 destacan también novelistas que pueden clasificarse en dos grupos: los seguidores de la novela deshumanizada de Ortega y Gasset (Rosa Chacel) y los seguidores de una novela social muy comprometida políticamente (Luisa Carnés, Ramón J. Sender). Todos culminan su obra en el exilio.
su obra en el exilio.