La novela hispanoamericana del siglo XX: Tendencias y características

Literatura hispanoamericana en el siglo XX

La novela en la segunda mitad del siglo XX

Dentro de esta segunda mitad podemos diferenciar dos tendencias:

  • Comienzo de la renovación narrativa.
  • El apogeo o boom de la novela hispanoamericana. La nueva novela. Innovaciones técnicas narrativas. La novela moderna hispanoamericana.

1.- Comienzo de la renovación narrativa.

A mitad de la década de los 40 se observa un cansancio de la novela realista. No es que desaparezcan los temas cultivados hasta entonces, sino que se pasará a tratarlos con procedimientos distintos, apareciendo incluso nuevos temas. Comienza la tendencia narrativa llamada realismo mágico.

Características del realismo mágico: Entre los temas nuevos, está el interés por el mundo urbano (frente al predominio de lo rural en la novela anterior). Se da cabida a los más variados problemas humanos o existenciales. Junto a las realidades inmediatas, irrumpe la imaginación y lo fantástico. Se empezará a hablar de realismo mágico o de lo real maravilloso. A partir de este momento, realidad y fantasía se presentarán íntimamente enlazadas en la novela.

Se empezará a notar un mayor cuidado constructivo y estilístico. Los autores atenderán a las innovaciones formales aportadas por los grandes novelistas europeos y norteamericanos (Kafka o Joyce). Se asimilan elementos irracionales y oníricos, procedentes del surrealismo.

Como autores destacan:

  • Miguel Ángel Asturias: El señor Presidente.
  • Borges: El Aleph.
  • Carpentier: El siglo de las luces.
  • Ernesto Sábato: El túnel.
  • Cortázar: Rayuela.
  • Juan Rulfo: Pedro Páramo.
  • Onetti: La vida breve.

2.- El boom de la novela hispanoamericana.

Este apogeo de la novela hispanoamericana se produce en la década de los 60 y continuará durante más años. En 1962 Vargas Llosa publica La ciudad y los perros, y en 1967 García Márquez escribe Cien años de soledad. Por estas fechas aparecen novelas como El astillero de Onetti, La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, Paradiso de Lezama Lima,… era el llamado boom de la novela hispanoamericana.

Los nuevos novelistas continuaban en la línea de las innovaciones señaladas en el apartado anterior, pero llevan tales innovaciones a sus últimas consecuencias, a la par que enriquecen la novela con nuevos recursos.

Características generales de esta narrativa: Se confirma la ampliación temática y se incrementa la preferencia por la novela urbana. Se mantiene el análisis crítico de la realidad y la preocupación por lo social. La integración de lo fantástico y lo real se consolida. El realismo mágico es uno de los rasgos principales de los nuevos novelistas.

La estructura del relato es objeto de una profunda experimentación; podemos destacar:

  • Ruptura de la línea argumental: la historia se puede empezar por el principio, pero también por el medio (in media res), o por el final (in extrema res). Hay cambios de punto de vista (perspectivismo). Puede haber varias personas que narran los sucesos desde su propia perspectiva. Uso del estilo indirecto libre y del monólogo interior.
  • Ruptura de la línea temporal: uso de técnicas como la contrapuntística (dar lugar a construcciones complejas con personajes múltiples o acciones paralelas y contrapuestas) y caleidoscópica (mezclar muchas historias y muchos personajes).

La experimentación afectará al lenguaje. Las características más frecuentes son:

  • Se introducen frases en otros idiomas.
  • Se inventan palabras o lenguajes inexistentes.
  • Se rompe con la puntuación tradicional.
  • Alterna el vocabulario culto con el popular.
  • Distorsiones sintácticas y léxicas.
  • Densa utilización del lenguaje poético.

Como autores podemos destacar los siguientes:

  • Cabrera Infante: Tres tristes tigres.
  • Álvaro Mutis: Empresas y tribulaciones de Magroll el Gaviero.
  • Roa Bastos: Hijo del hombre.
  • José Donoso: El obsceno pájaro de la noche.

3.- Narrativa después del boom.

Con el paso del tiempo y debido a discrepancias sobre ciertos acontecimientos políticos, los integrantes del boom fueron perdiendo la imagen de grupo que habían mantenido hasta el momento. Los caminos narrativos de estos autores y de los muchos que aparecen a partir de los años 70 y 80 tienen un marcado carácter individual.

Características:

  • Evolución del realismo mágico: se continúa en obras como La casa de los espíritus de Allende.
  • Humor e ironía.
  • Referencias literarias.
  • Referencias cinematográficas: temas y técnicas cinematográficas influyen en novelas como El beso de la mujer araña, de Manuel Puig.
  • Elaboración lingüística: se aprecia un interés por la elaboración lingüística y por lo que esta puede comunicar.

En general, y aunque no desaparece la denuncia de situaciones sociales injustas, los últimos años han producido novelas menos comprometidas y más enfocadas hacia problemas individuales. La producción es tan inabarcable que sería imposible citar a todos los autores influyentes. Entre otros se pueden nombrar a Zoe Valdés, Jorge Edwards o Laura Esquivel.

Echenique hace en muchas de sus novelas referencias autobiográficas enfocadas con humor e ironía, como en Un mundo para Julius.

Cabrera Infante: su novela más conocida es Tres tristes tigres, en la que evoca la peculiar realidad cubana anterior a la Revolución de 1959, a la que une reflexiones literarias y políticas.

Tendencias en el cuento hispanoamericano:
  • Cuento realista: incorporará temas y técnicas del realismo existencial, del realismo comprometido y del neorrealismo. Destaca Benedetti.
  • Cuento fantástico: introducen en lo cotidiano un elemento de extrañeza. Genera finales impactantes. Influencia del surrealismo y de la literatura fantástica anglosajona. Destacan Borges, Cortázar y Monterroso.
  • Realismo mágico: realidad y fantasía no funcionan como elementos antagónicos, sino que forman, sin contradicción, parte del mismo mundo. Destacan Rulfo y García Márquez.

A partir de la decadencia del boom, la variedad de propuestas estéticas es enorme, pero sí puede señalarse como característico el abundante cultivo del microrrelato o microcuento. Destaca Monterroso.

Borges escribió El Aleph y, en sus relatos, usa temas recurrentes como el misterio de la existencia, la dualidad, el tiempo y el sentido del universo.

Casares elaboró una interesante Antología de la literatura fantástica y colaboró con Borges para escribir los relatos policíacos titulados Seis problemas para don Isidro Parodi.