La poesía española de posguerra (1936-1975)

Contexto histórico

Al término de la Guerra Civil se impone en España la dictadura del general Francisco Franco, con la que se inicia una nueva y difícil etapa en la sociedad y la cultura españolas. Los primeros años de la posguerra están marcados por la pobreza, la miseria, el miedo, el aislamiento cultural y la censura. A partir de la década de los 60 se inicia un proceso de recuperación económica propiciado por el desarrollo tecnológico, el turismo y la abundante mano de obra. La represión se va debilitando, la censura se relaja y la influencia de la cultura americana y europea se deja sentir en España. La muerte de Franco da paso a la llegada de la democracia y la estabilidad política.

Principales etapas y autores

La muerte durante la Guerra Civil de algunos de los poetas españoles más destacados (Machado, Lorca), el exilio de la mayor parte de los poetas del 27, el encarcelamiento y muerte de Hernández y el inicio de la dictadura franquista, con el aislamiento internacional y la censura política e ideológica que supone, explican la ruptura con la poesía inmediatamente anterior, con lo que eso supone de corte profundo en la evolución natural de nuestra literatura.

La poesía de los años 40: poesía arraigada y poesía desarraigada

En la sociedad de los años 40, cercada por el hambre y la miseria y la total falta de libertad política, los autores solo tienen dos caminos: aprobar la nueva situación (poesía arraigada) o reflejar la desesperanza en el presente y en el futuro (poesía desarraigada).

Los autores arraigados adoptaron una forma clasicista, alejada de toda innovación formal y ofrecieron una visión épica de la realidad y un optimismo que contrastaba con la pobreza que vivía la población. Es también una poesía intimista que canta al amor, el paisaje, la belleza de la tierra y el sentimiento religioso. Los principales autores de este movimiento son:

  • Luis Rosales (1910-1992): Sus poemarios más importantes son Abril (1935), que presenta una visión cristiana y esperanzada de un mundo “bien hecho” en el que es posible la plenitud, pese al sufrimiento y La casa encendida (1949) que muestra un camino vital que va desde la desesperanza al hallazgo del sentido de la vida en la amistad, el amor, la familia y los recuerdos.
  • Leopoldo Panero: Fija su poesía en su propio mundo interior y en la expresión emocionada de lo biográfico (el paisaje, la familia, la experiencia religiosa).
  • Dionisio Ridruejo: Su poesía se centra en temas íntimos, religiosos y paisajísticos.

Los poetas desarraigados aportan una visión de un mundo conflictivo e imperfecto, lleno de angustia y caos. Utilizan imágenes tremendistas, adjetivos sonoros y un tono apasionado y desgarrador, con un lenguaje violento, cercano al grito. La publicación en 1944 de dos extraordinarios poemarios: Hijos de la ira, de Dámaso Alonso y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, marcará el comienzo de esta nueva tendencia poética.

  • Dámaso Alonso: En Hijos de la ira, la repugnancia y el hastío de la existencia se abren paso entre el horror de “una ciudad de más de un millón de cadáveres”. Su lenguaje onírico, con ecos surrealistas, presenta un mundo dominado por el horror y la injusticia, en el que Dios está ausente.
  • Vicente Aleixandre: En Sombra del paraíso, Aleixandre recuerda con nostalgia un tiempo y un paraíso perdidos, un mundo del que el hombre ha sido desterrado.
  • Victoriano Crémer: Mezcla en sus libros la preocupación por los problemas humanos con una poesía comprometida de intención social y política.
  • Eugenio G. de Nora: Mezcla en sus libros la preocupación por los problemas humanos con una poesía comprometida de intención social y política.
  • Carlos Bousoño: Su poesía, emocionada y sincera, manifiesta una conciencia profunda del mundo y la existencia.

La poesía social de los años 50

Durante los años 50 los escritores empiezan a escribir una literatura más comprometida socialmente, con ciertos ecos de protesta y reivindicación. La poesía social considera la literatura como un medio de toma de conciencia y de transformación de la realidad, que ha de ayudar a construir un mundo más justo. Los temas más recurrentes serán la idea y la realidad de España, la injusticia, la alienación, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad o la necesidad de un mundo mejor. De entre todos los poetas sociales destacan los siguientes:

  • Blas de Otero: Expresa en su obra la angustia del hombre ante la vida y su conflictiva relación con un Dios al que no entiende, como sucede en Ángel fieramente humano. En Redoble de conciencia continúa la rebelión del hombre contra Dios, pero ahora ya no de forma solitaria, sino mediante el acercamiento a los demás. En Pido la paz y la palabra sigue manteniendo su inquietud por el hombre, pero se vuelca en la denuncia de la injusticia y la desigualdad.
  • Gabriel Celaya: Defiende una poesía al alcance del pueblo, una poesía para todos, necesaria para transformar la sociedad, para lo cual supedita el estilo al contenido. De su extensa obra destacaremos Cantos iberos (1955), su libro más significativo, de tono beligerante y de exaltación de la lucha social.
  • José Hierro (1922-2002): Es uno de los…