La novela española a partir de 1975: la renovación
Introducción
En este tema estudiaremos la novela que se escribe en nuestro país a partir de la muerte de Franco, hecho que propicia la normalización de la creación literaria en general y de la narrativa en particular. La novela, al ser el género más popular, se ve influida por el aumento de los índices de lectura, que ha crecido en casi 6 puntos en los últimos 10 años. Si más de la mitad de los españoles compran, al menos, un libro al año, el sector editorial va a ser también determinante en la producción novelística.
La renovación de la novela a la que alude el título del tema comienza con la publicación en 1975 de La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza, obra que cosecha gran éxito de crítica y público. Con ella, el experimentalismo del periodo anterior entra en crisis, y desde entonces se puede observar un regreso al placer de narrar, en el que prima la historia (qué se cuenta) sobre el discurso (cómo se cuenta). A esta tendencia se suman narradores que publicaron en el franquismo. Hablaremos, en primer lugar, de ellos:
Continuidad generacional
- Miguel Delibes publica, en 1981 una de sus grandes obras, Los santos inocentes, donde trata las enormes desigualdades sociales que persisten en el mundo rural extremeño. De 1998 es El hereje, novela histórica que transcurre en el Valladolid de la primera mitad del siglo XVI.
- Por su parte, Camilo José Cela, que recibió el Nobel en 1989, vuelve la vista a la Galicia rural en Mazurca para dos muertos.
- Gonzalo Torrente Ballester recrea paródicamente géneros como la novela histórica, en Crónica del rey pasmado.
Los escritores de la generación de medio siglo también se suman a esta nueva forma de narrar:
- Ana María Matute: El olvidado rey Gudú
- Carmen Martín Gaite: Nubosidad variable; Caperucita en Manhattan
- Juan Marsé: El embrujo de Shanghái
Veamos de forma general, en qué consiste esta renovación:
El placer de narrar
Como reacción al hermetismo de la novela experimental, las narraciones de esta época van a coincidir en una vuelta a la narratividad (el sostén del relato es el argumento), donde el estilo dominante es el realismo (como marco verosímil de las preocupaciones individuales) muy distinto al decimonónico, ya que predomina el ensimismamiento (los relatos se centran en problemas íntimos). Estas características las vemos expresadas en distintas tendencias:
Novela policíaca
Florece en las últimas décadas del S. XX y a través de ella se denuncia la degradación moral de la sociedad capitalista. El autor más relevante es Manuel Vázquez Montalbán y sus sagas protagonizadas por el detective Pepe Carvalho.
Novela histórica
Cultivada en todo este periodo con enorme éxito. El autor más relevante es Arturo Pérez-Reverte (El capitán Alatriste; Cidi)
Nuevos realismos
- Rafael Chirbes (En la orilla) se interesa por las vivencias de la sociedad media española del S. XX con intención crítica.
- Comparte esa intencionalidad crítica Almudena Grandes cuyos libros se dividen en dos tendencias: una intimista (Malena es un nombre de tango, Los aires difíciles) y otra histórica (El corazón helado).
- Por otro lado, en Luis Mateo Díez y Luis Landero encontramos un realismo de raíz cervantina, pues ambos exploran la dialéctica entre una realidad vulgar y una fantasía consoladora.
Estrategias de renovación
En la novela española reciente se reconocen las siguientes estrategias de renovación, presentes también en la narrativa occidental contemporánea:
- Literatura autobiográfica: su auge se manifiesta en la aparición de diarios (Rafael Chirbes, Andrés Trapiello), o novelas que recrean la figura del padre o la madre (Manuel Vilas). Los escritores más representativos son Francisco Umbral (Mortal y rosa) y Jorge Semprún (La escritura o la vida).
- Autoficción y metaficción: en estos relatos se difuminan la realidad y la ficción y se incluyen algunos rasgos del autor real en la narración (autoficción). Se reflexiona, también, sobre el proceso de escritura de la novela (metaficción).
- Fusión de géneros: se diluye la frontera entre la ficción, la biografía, el ensayo, el reportaje o el libro de viajes. La novela se convierte en un género multiforme.
Novelistas destacados
Más allá de estas tendencias, es necesario reconocer la trayectoria de los grandes novelistas de este periodo.
- Antonio Muñoz Molina se dio a conocer con obras que recreaban las técnicas y los ambientes de la novela negra, como Beltenebros y Plenilunio, pero también introdujo elementos autoficcionales o autobiográficos en otras de ellas, como en Ardor guerrero, en la que evoca su adolescencia y su servicio militar. En toda su obra es evidente su preocupación por el fanatismo y la injusticia, que se refleja en numerosos artículos de prensa. Su estilo es minucioso y descriptivo, con largos periodos oracionales en los que se aprecia la influencia de Marcel Proust.
- Javier Marías, (Tu rostro mañana; Mañana en la batalla piensa en mí; Los enamoramientos) es un autor ampliamente premiado, con una voz propia caracterizada por la inserción de digresiones de carácter reflexivo, la recurrencia de temas fundamentales como la responsabilidad de callar o decir, la necesidad de contar para dar pervivencia a los hechos, la indeterminación de la verdad, la traición o la integridad y las referencias a otros textos.
- En el caso de Enrique Vila-Matas la novela se convierte en una excusa para la reflexión sobre la propia literatura. Así, Bartleby y compañía es una mezcla de ficción y ensayo en la que el narrador hace inventario de aquellos autores que decidieron dejar de escribir, mientras que El mal de Montano es un ejemplo de autoficción en el que un padre se queja de su hijo obsesionado por la escritura que acaba siendo él mismo.
- Por su parte, Javier Cercas ha irrumpido en el panorama actual tras el éxito de su primera novela, Soldados de Salamina, en la que el propio narrador hace de periodista en busca de la identificación del miliciano que salvó al escritor falangista Rafael Sánchez Mazas de morir fusilado pocos días antes de la ocupación de Barcelona por las tropas franquistas. Otros títulos de este autor son Anatomía de un instante (sobre el 23 F) o El impostor. La narrativa de Cercas está definida por la indagación sobre un personaje histórico como eje de la novela, la autoficción, la metaficción y la difuminación de los límites entre géneros.