La Tentación del Opinólogo: Una Crítica a la Subjetividad en el Periodismo

Resumen

Los periodistas que escriben artículos de opinión deben enfrentarse con frecuencia a un serio problema: opinar. Al opinar, el periodista corre el riesgo de perder la objetividad y terminar por convertir su opinión en una sentencia, de convertirse en un adicto a opinar, olvidando el verdadero sentido de su trabajo. Este hecho abruma al lector, sometido a la presión constante de las múltiples opiniones que recibe a través de los medios.

Tema

Crítica a los periodistas que, olvidando el verdadero objetivo de su oficio, enjuiciar objetivamente la realidad, se dedican a opinar sin control sobre todos los aspectos de la realidad.

Análisis Textual

Nos encontramos ante un texto en el que el emisor tiene la intención (o función textual) de criticar y opinar sobre un hecho presente de absoluta actualidad en los medios de comunicación y que el autor del texto considera importante. El autor manifiesta una actitud de implicación, pues desde la primera línea se incluye entre los sujetos a los que critica. La intención, la actitud y el tema permiten decir que, globalmente, la función del lenguaje predominante en el texto es la expresiva y conativa.

Adecuación y Selección Lingüística

Podemos afirmar que el texto es adecuado. El autor ha sabido escoger entre las posibilidades que le ofrece la lengua las más apropiadas para la intención que persigue, el tema del que trata, el tipo de texto, el receptor al que se dirige y, en general, para la situación comunicativa en la que se produce la comunicación. Se dirige a un receptor universal; es decir, a cualquier receptor que se acerque a las páginas de su periódico.

Nivel Morfológico

Se observa la abundancia de sustantivos. El tema del que trata el texto hace que muchos de estos sustantivos sean abstractos. En cuanto al sintagma verbal, hay que destacar en el primer párrafo el uso de la tercera persona del singular, que tiene por objeto presentar los hechos falsamente objetivos. A este fin, ayuda la presencia de oraciones impersonales y de pasiva refleja. El tiempo verbal predominante es el presente atemporal.

Estructuras Sintácticas

Las estructuras sintácticas son, por lo general, construcciones complejas. Los periodos oracionales son breves, por lo que el ritmo de la prosa es rápido, y el orden de la oración es siempre lógico. Si observamos la modalidad oracional, apreciamos abundantes oraciones enunciativas, exclamativas, desiderativas, dubitativas, etc. Si atendemos a la naturaleza del predicado, encontramos oraciones predicativas, pero parecen ser más abundantes las coordinadas.

Nivel Léxico-Semántico

Señalar que las redes de significado del texto se despliegan a través de los campos semánticos de la información y de la opinión. Destacar también la presencia de palabras en inglés que, si bien significativamente no aportan nada nuevo al texto, sí buscan darle un toque coloquial, moderno, próximo a la conversación, al lenguaje oral, y fundamentalmente irónico, y que tienen connotaciones relacionadas con el poder económico y comunicativo del mundo actual. Sorprenden también los neologismos, las palabras inventadas por el propio autor.

Estructura Argumentativa

La forma de elocución en el texto (o el modo del discurso, o la macroestructura textual o la estructura externa) utilizada por el autor para reflexionar y criticar es globalmente argumentativa: quiere hacer ver y criticar una realidad que observa en los medios de comunicación (medios de los que él mismo forma parte) y dar razones que defiendan que eso es así. La argumentación no es sino una operación lingüística por la que un emisor pretende hacer admitir una conclusión a un destinatario, y eso es precisamente lo que sucede en este texto desde la síntesis globalizadora de la primera frase: “El problema más grande de escribir artículos de opinión es precisamente opinar”. A partir de esta frase inicial, el autor del texto aporta una serie de pruebas o argumentos para justificar su planteamiento inicial.

El texto, por tanto, se articula mediante una estructura analizante: la idea principal, la tesis, al inicio del texto y un cuerpo argumentativo que la desarrolla. Las premisas de las que parte el autor para construir sus argumentos son esencialmente hechos fruto de la observación que se ordenan en un orden regresivo (que va de la conclusión a las premisas). Los argumentos mediante los que pretende defender su tesis son esencialmente razonamientos: causales (aunque no aparezcan conectores explícitos), así en “uno comienza…” haciendo una cosa y sucede otra, y argumentos analógicos o de semejanza; ejemplo de estos, cualquiera de las metáforas del texto sirve de ejemplo de este tipo de argumentación.

Coherencia y Cohesión Textual

La propiedad del texto que llamamos coherencia, aquella que permite comprender el texto como una unidad cuyas partes están relacionadas entre sí y con el contexto, se basa en buena medida en el orden con el que el autor presenta las ideas, que en este texto es la que he comentado en el párrafo anterior al caracterizar el texto como un texto argumentativo. Que un texto sea entendido como una unidad, que sea coherente, depende además del cómo, de la manera en la que el autor ha ordenado y relacionado las ideas, de que se mantenga a lo largo del texto el mismo núcleo informativo (plan global o macroestructura). Esto se consigue mediante una adecuada progresión temática (enlace tema-rema) que desarrolle el tema del texto: la crítica a los periodistas que se dedican a opinar desmedidamente sobre cualquier asunto.

La intención o función textual a la que me he referido al comienzo de mi análisis es otro elemento fundamental de la coherencia textual, a la que en este texto contribuyen también de una manera muy determinante el conocimiento del mundo del receptor que le permite interpretar de manera adecuada las metáforas, imágenes, comparaciones, ironías o hipérboles que pueden señalarse en el texto.

Mecanismos de Cohesión

Por lo que se refiere a la cohesión textual, es decir, a la propiedad textual que incluye los mecanismos de tipo sintáctico y semántico que explicitan las relaciones que se establecen entre las partes. En cuanto a los mecanismos de referencia, la deixis personal (que señala al emisor y al receptor del texto) está presente en el texto, por ejemplo, en ese indefinido “Uno” tras el que se esconde el emisor y con él todos esos periodistas “opinoadictos” que opinan a diario o semanalmente y que está en relación con los “se”. El receptor del texto puede encontrarse reconocido en el sintagma “consumidor de opiniones”, protagonista del último párrafo y al que el autor vuelve constantemente en esas líneas de modo anafórico, fundamentalmente mediante el pronombre personal átono “lo” (significativamente CD; es decir, sobre quien recae más directamente la acción verbal).

La elipsis es un elemento de cohesión fundamental en este texto; ejemplo de esto es la elipsis del sujeto a lo largo de todo el primer párrafo que, tras ese “uno” indefinido, está elidido; o un sustantivo tan significativo en el texto como “opiniones” que, tras ser calificadas por una larga enumeración de adjetivos valorativos, se eliden como sujeto de los verbos “abrumar”, “nublar”.

Los mecanismos de cohesión léxica presentes en el texto, aquellos mediante los que se consigue mantener permanentemente la referencia al tema son:

  • Repeticiones: reiteración de palabras clave como “opinión”, “periodista”, “crítica”, etc.
  • Sinonimia: uso de palabras con significado similar para evitar la repetición.
  • Antonimia: uso de palabras con significado opuesto para crear contraste.
  • Campos semánticos: palabras relacionadas con el ámbito del periodismo, la opinión y la crítica.

Relaciones conectores: (aditivos, contrastivos, disyuntivos, causa-efecto, conclusivos)